Heeseung le había sido fiel a Jake durante todo su matrimonio, por ese motivo no comprendía los celos que él tenía hacia su relación con quien había sido su mejor amigo durante mucho tiempo: Kim Sunoo.
De un día para otro el matrimonio de Heeseung s...
—Déjame concluir tu historia... Heeseung confesó por tercera vez, tú le dijiste que lo veías más que como un amigo, pero aun así lo rechazaste. Por tercera vez... Tres veces rechazaste a la persona que te gusta. — Jay lo miraba incrédulo, Sunoo pensó que él se miraría de la misma manera si pudiera hacerlo, la situación debía sonar absurdamente ilógica teniendo en cuenta los sentimientos que ambos tenían por el otro. — ¿Te das cuenta de que fuiste estúpido hasta llegar a niveles intergalácticos? Sabes que insultarte no es mi estilo, pero creo que mereces un par de palabrotas en este momento.
—Creo que ya me he insultado todo lo que pude, pero es lo que hay, mi realidad. La realidad que me tocó vivir.
—La realidad que tú elegiste vivir.
—Es lo mismo. — Concluye Sunoo encogiéndose de hombros, dejándose caer sobre la mesa de su cocina, con Jay aun mirándolo de esa forma reprobatoria, sin poder creer el punto al cual había llegado su pequeño amigo.
Sunoo se sintió arrepentido de inmediato, pero luego volvió a convencerse de que era lo mejor, que Heeseung y él no estarían bien estando juntos, que no eran compatibles y que solo se harían más daño. Aunque lo esperaba, su estado emocional empeoró cuando Heeseung no dio señales de vida ni respondió a sus mensajes del día siguiente, fue por ese motivo que acudió a Jay.
—Y sigue sin responder mis mensajes, es lógico que no quiera verme ahora... Pero justamente eso quería evitar, que se alejara de mí. — Jay posó su mano sobre la cabeza contraria, alborotándole un poco el cabello.
—Debes darle tiempo, él te hablará cuando esté listo para hacerlo.
Sunoo asintió y soltó un suspiro, solo quería que las cosas se solucionaran con Heeseung. Sabía que era injusto pedirlo, estaba rogando prácticamente para que el mayor hiciera oídos sordos a sus rechazos y no lo abandonara. Sunoo era dependiente a él, era la única persona en la cual confiaba realmente a ciegas y sentía que ya no podría vivir tranquilamente sin el más alto a su lado.
—¿Quieres distraerte? — Preguntó Jay llamando la atención del más bajo, quien lo miró con una ceja alzada y asintió. — Conocí a alguien en el viaje.
Eso sin duda captó la atención de Sunoo, quien se enderezó y dejó atrás sus problemas por unos minutos, concentrándose en el mayor para escuchar su historia.
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El ánimo de Heeseung estaba por el suelo esa mañana. Quedarse en casa no era una opción, no podría estar todo el día haciendo nada y pensando en todo, eso solo aumentaría su estado depresivo.
Se levantó una hora más temprano de lo usual y decidió sacar a Noodle a trotar junto con él. No le hacía mal el ejercicio matutino y pensaba que era una buena forma de comenzar el día, tirando fuera las malas energías.
Se duchó y arregló dejando a su cachorro en el balcón del departamento para que no se aburriera estando encerrado, marchándose luego a la oficina con los ánimos un poco más renovados.
