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Sunoo estaba comenzando a hartarse.

Al comienzo intentó ser civilizado como Jay le recomendó, tratando de meter en su cabeza que Geonu solo era un buen amigo de Heeseung y que su novio estaba ayudándolo con esta nueva etapa de su vida como cualquier otro amigo haría.

Pero estaba pasando el límite. Heeseung ni siquiera almorzaba con él, cada vez que lo invitaba a pasar la hora del almuerzo juntos, el alto se negaba diciendo que tenía mucho trabajo, y lo peor es que Sunoo sabía que su novio se estaba esforzando en acabar su trabajo temprano para poder irse con Geonu, llegando ya entrada la noche al penthouse que compartían.

—¿Estás dormido? — susurró Heeseung acostándose a su lado esa noche, frío como un témpano de hielo pues el clima ya estaba comenzando a bajar en grados Celsius. Sunoo no abrió los ojos, pero siseó al sentir las frías manos envolverlo por la cintura.

—Lo estaba hasta que llegó el hombre de las nieves. — Se quejó haciendo un mohín, escuchando al mayor reír y besarlo en la nuca. — Llegas tarde otra vez...

—Lo siento, amor. Geonu estaba preocupado porque SeungKi está un poco estreñido, llamamos al doctor  para ver qué podíamos hacer y...

—No, Heeseung. Hoy día no, por favor.
No quiero escuchar nada de Geonu y SeungKi hoy día. He tenido suficiente de ellos por la semana completa, y estamos recién a martes. — Sunoo se giró en la cama hasta darle frente a su novio, mirándolo con los ojos entrecerrados por el sueño.— Solo quiero que pensemos en qué vamos a hacer el jueves... Van a ser siete meses estando juntos.

—Cierto... ¿Prefieres salir o que hagamos algo aquí? —Sunoo estaba durmiéndose de nuevo cuando escuchó la pregunta, balbuceando algo que Heeseung no fue capaz de entender.— Lo hablamos mañana, dormilón. Te amo. — susurró el mayor, besando su frente y abrazándolo antes de apagar las luces y disponerse a dormir.

Para la mañana siguiente, Sunoo fue el primero en despertar. Aquello no ocurría nunca, por lo que aprovechó ese momento único y se adelantó en meterse a la ducha y prepararse para el trabajo. Heeseung aún dormía cuando salió del baño, Sunoo pensó que en verdad debía estar cansado para dormir hasta esa hora, podía jurar que había oído la alarma y Heeseung se ponía de pie con el primer tono.

Fue a la cocina y sacó los ingredientes necesarios para hacer un desayuno al estilo americano. No era muy bueno en la cocina, pero los hotcakes le quedaban deliciosos y sabía utilizar la cafetera. En medio de la preparación escuchó movimiento en el cuarto, y no bastó mucho más para que Heeseung apareciera en la cocina completamente arreglado.

—Buenos días, dormilón. —saludó el menor animado. — ¿Tienes hambre? Me da igual si no la tienes, siéntate a comer.

Heeseung rió por su comentario y se acercó para darle un beso en los labios.

—Esto no se ve a menudo. Tú despertando antes que yo, quién lo diría.

—Puedo consentir a mi novio de vez en cuando. Hace días que no desayunábamos juntos y vivimos en el mismo sitio. —Sunoo dice mientras sirve los platos para ambos, dejando además dos tazas con café caliente. —Buen provecho.

—Gracias, Sun. —Heeseung estaba gratamente sorprendido por esa atención, le gustaba cuando Sunoo actuaba como todo un dueño de casa y lo trataba de esa forma, pues por lo general era él quien consentía al menor llenándole el estómago. Era agradable estar del otro lado de vez en cuando.

—He pensado sobre el jueves. —Sunoo dice antes de llenarse la boca con hotcakes, masticando rápido y tragando antes de continuar. — Pensaba que podríamos simplemente cenar en casa, ambos estamos con mucho trabajo y en realidad disfruto mucho más mi tiempo contigo cuando puedo besarte a cada momento sin que alguien vaya a mirarnos extraño.

𝗰𝗮𝗰𝘁𝘂𝘀 𝗻𝗱' 𝗯𝗮𝗹𝗹𝗼𝗻𝘀 ▪︎ 𝙝𝙚𝙚𝙨𝙪𝙣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora