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Cuando Heeseung llegó a casa luego de estar con Geonu, el peso de la culpa estaba cargado en su espalda como una pesada mochila. Mirar a Sunoo recibiéndolo tan sonriente le partió el alma, ¿Cómo iba a explicárselo? No era algo que pudiese simplemente esconderle.

—¿Todo va bien? —Sunoo preguntó mientras lo abrazaba, enterrando el rostro contra su pecho como adoraba hacer, con el alto rodeándole la espalda con sus brazos.

—Todo está perfecto, amor. ¿Ya cenaste? — Preguntó mientras le corría algunos mechones de cabello del rostro, el más bajo negó con la cabeza y se empinó para poder besarlo. — Cenemos ahora, entonces.

—Estaba esperándote, pedí comida a domicilio.

Se había decidido a que no hablaría en ese momento con Sunoo, principalmente porque ni él entendía muy bien la historia como para explicársela a su novio. Esperaría hasta hablar con Geonu al día siguiente, pedirle algunas respuestas, explicaciones y acordar cómo compartirían la tutela. Hacerlo de manera pacífica para no tener que llegar a recurrir a abogados.

"Parece una broma" pensaba Heeseung, si parecía que había sido ayer cuando Jaeyun le lanzaba a la cara su dudosa paternidad y luego le contaba de la triste pérdida del bebé. Ahora tenía un hijo, uno que realmente era suyo, a quien había visto nacer y a quien había acompañado desde sus primeras horas de vida. Sabía que SeungKi Io quería por la manera en cómo sonreía apenas veía su rostro, incluso comenzaba a entusiasmarse pensando en las cosas que podrían hacer mientras fuera creciendo.

Pero sus pensamientos volvían a Sunoo y todo volvía a ponerse gris nuevamente. Eran los planes que tenía junto a él. Sabía que su novio quería darle la familia que tanto quería, se lo había dicho en varias oportunidades y con esto estaba fallando a sus sueños y futuros planes. Un hijo fuera de la relación lo cambiaría todo, complicaría las cosas y haría que Sunoo detestara aún más a Geonu; y no podría reprochárselo esta vez, porque si Geonu desde el principio hubiese hablado con él, Heeseung estaba seguro de que las cosas habrían sido diferentes, si Sunoo hubiese tenido que elegir entre aceptarlo o no a él y su hijo, y no tendrían que pasar por otra crisis a estas alturas.

Suspiró, llamando la atención de Sunoo que estaba sumergido en un programa de moda barata.

—Jake está sacando una muy buena campaña, no soy fanático de la moda... Pero definitivamente esta temporada es otra cosa, totalmente maravilloso.

Solo entonces Heeseung notó que el programa que pasaban por televisión tenía como protagonista al último desfile protagonizado por su exesposo, quien no tenía repudio al aparecer en cámaras con Park Sunghoon. Heeseung tenía que aceptar que ambos se veían bien juntos.

—Puedo conseguirte...

—Ni Io pienses.

—Te gusta la ropa y el diseñador es mi exesposo, su ego se inflará cuando sepa que quieres lucir sus prendas.

—Por eso mismo. Olvídalo, prefiero que la relación entre Jake y yo se mantenga como hasta ahora...

—Ustedes no tienen relación, Sun.

—Exactamente.

Heeseung rió por lo bajo y negó con la cabeza, comenzando a retirar los platos en donde se habían servido la comida. Se ofreció a lavar la vajilla solo para poder estar un momento más a solas y aclarar su cabeza, rogando a algún ser superior que su relación no se fuera por el desagüe luego de que Sunoo supiera toda la verdad.

No, no sería de esa forma. Confiaba en los sentimientos de Sunoo y sabía que le creería cuando le contara toda la historia, siempre habían sido sinceros con el otro, no tenía por qué dudar de él.

—¿Hees?, ¿Estás bien? — el nombrado se giro a mirarlo, plasmando automáticamente la sonrisa en sus labios.

—Estoy bien, ya casi termino.

—¿Seguro...?

—Sí, bebé. Todo está bien.

Sunoo lo miró no muy convencido, lo había notado muy ensimismado y atrapado en sus pensamientos desde que había llegado a casa. No quería preguntarle a cerca de su conversación con Geonu, porque sabía que Heeseung estimaba al chico y quería mostrarle al menos algo de respeto por el posible quiebre que habían tenido. Al menos Sunoo pensaba que había sido de esa forma, y esperaba que Heeseung le conversara sobre ello cuando estuviese listo.

—No tardes, tengo frío. — dijo el más bajo, marchándose al cuarto que compartían para meterse a la cama con un bostezo.

Estaba agotado y Io único que quería era abrazarse a su novio y descansar bien pegado a él hasta la mañana siguiente. Por eso que, cuando vio que Heeseung se metía a la cama ya listo para dormir, se abrazó a su cintura y besó su cuello por un rato como sabía que le gustaba, ganándose una sonrisa del hombre al que tanto amaba y un par de besos en los labios antes de que ambos se desearan las buenas noches.

Pero la actitud extraña de Heeseung no acabó ahí. Cuando Sunoo despertó a la mañana siguiente gracias a la alarma de su teléfono, Heeseung estaba sentado a su lado en la cama con una bandeja repleta de comida frente a él.

—Cuidado, no vayas a tirarla. Buenos días, dormilón. —arrugó su nariz con pereza mientras recibía un beso en la frente.

𝗰𝗮𝗰𝘁𝘂𝘀 𝗻𝗱' 𝗯𝗮𝗹𝗹𝗼𝗻𝘀 ▪︎ 𝙝𝙚𝙚𝙨𝙪𝙣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora