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Les costó ocho días volver a la normalidad. Aunque ambos no querían asumirlo, lo cierto es que Heeseung y Sunoo habían evitado hablarse convenciéndose a sí mismos de que el trabajo fue demasiado esos días y les impedía hacer vida social.

Heeseung tenía una tormenta en la cabeza. Se sentía culpable por lo que había hecho y dicho, pero al mismo tiempo se sentía bien consigo mismo por haber sido sincero con sus propios sentimientos. Aun así, necesitaba de alguien que le diera consejos, y el único en quien confiaba plenamente era en Jungwon.

—Llevas quince minutos ahí sentado, ¿No se supone que querías decirme algo? — Jungwon le sonrió con la calidez de siempre, dándole confianza.

—Estoy tomándome mi tiempo, no me presiones.

—Vale, no lo presiono, señor Lee. — Dijo el mayor divertido.

Jungwon conocía a Heeseung desde que usaba pañales...

Bueno, no tan así. Solo se llevaban dos años. Pero Jungwon trabajaba en la empresa desde sus dieciocho, y ahora, a sus treinta, podía darse el lujo de decir que vio desde primera fuente el crecimiento de Heeseung como empresario y persona. Estuvo con él cuando era un mocoso desobediente y rebelde que requería disciplina, siendo su tutor en los primeros meses en la empresa por petición del señor Lee.

—Es sobre mi matrimonio. — Jungwon volvió a prestarle atención, y es que sabía que la vida marital de su amigo no era la más perfecta como todos los medios creían. Él sabía que Heeseung estaba pasando por una crisis matrimonial importante desde hace un par de meses.

—Te escucho.

—Las cosas ya no son las mismas. — Comenzó a decir, viendo como el mayor del otro lado del escritorio cruzaba sus dedos y apoyaba su mentón sobre los mismos, observándolo con esa paciencia infinita que parecía tener en todo momento. Heeseung se tomó otros segundos para ordenar las ideas en su cabeza. Sabía que Jungwon era su amigo, pero también sabía que era un hombre correcto que respetaba como ningún otro las relaciones, y que por esa razón podía llevarse un gran regaño por lo que le contaría. Aun así, debía arriesgarse si quería obtener sus consejos. — Jaeyun ha estado distante desde hace meses, eso ya lo sabes. Pero pensé que habíamos arreglado las cosas desde la última ecografia de nuestro bebé.

—¿Y no fue así? Me habías dicho que las cosas marchaban bien...

—Sí, sí. Pero eso solo fue un par de días. Pareciera como si luego ocurrió algo que le hizo cambiar nuevamente su actitud conmigo. Es como si le fastidiara mi presencia o se sintiera incómodo teniéndome cerca. Ya no nos besamos, y si lo hacemos apenas es un roce de labios en despedida, y porque se lo dije en un reclamo. Él parece ya no estar interesado en mí.

Jungwon asintió, poniendo atención a cada gesto de su amigo mientras hablaba. A pesar de que se veía realmente acomplejado con el tema, había algo que le impedía al mayor leer del todo los sentimientos Heeseung.

—¿Y tú, Heeseung? — El aludido lo miró sin comprender su pregunta, por lo que Jungwon agregó: — ¿Aún estás interesado en Jake?

Las mejillas de Heeseung se colorearon un poco al mismo tiempo que su mirada pasaba de sorpresa a culpa en el mismo instante.

—Oh... Di en el clavo. — Mencionó sorprendido el mayor de ambos, Heeseung se lamió los labios con algo de nerviosismo y asintió apenas, como si estuviese frente a su padre a punto de ser regañado por una de sus idioteces.

—Te prometo que intenté manejarlo. Pero tú mejor que nadie sabes cómo es que las cosas se te salgan de las manos. Tú debes entenderme, Jungwon.

𝗰𝗮𝗰𝘁𝘂𝘀 𝗻𝗱' 𝗯𝗮𝗹𝗹𝗼𝗻𝘀 ▪︎ 𝙝𝙚𝙚𝙨𝙪𝙣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora