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Sunoo había recibido su primera suma de dinero por el proyecto. No era una cantidad exagerada, pero sin duda era un saldo bastante bueno para tratarse de su primer diseño llevado a cabo.

Se sentía realmente realizado y feliz con su logro, el segundo y último pago se lo darían cuando la obra fuese inaugurada, pero Sunoo ya estaba comenzando a vivir su sueño. No sabía qué ocurriría después de eso, pero tampoco era de pensar demasiado en el futuro así que por el momento se dedicaba a disfrutar del presente.

Y ese presente estaba en la terraza de un restaurant, con Noodle echado junto a su silla y Jay sentado frente a él.

—Sigo sorprendido por esta invitación. Pero insisto en que podemos pagar a medias, no derroches tu dinero tan rápidamente.

—Oh, vamos. ¿No puedes solo aceptar una invitación de mi parte? Déjame ser feliz e invitarte por primera vez, siempre eres tú quien paga. — Jay terminó dándose por vencido, aceptando el almuerzo que su ex casi novio le había invitado.

Jay se alegraba de que Sunoo lo considerara un amigo y un apoyo, pero sabía que últimamente el menor se estaba encerrando en sí mismo y esquivaba el tema respecto a Heeseung y a él. El rubio sabía que el menor estaba pasando por un dificil momento, y aunque sonara estúpido, se veía reflejado en el perro que Sunoo llevaba consigo a todos lados como si fuese un hijo.

Jay no podía dejar de creer que Sunoo pensaba en Noodle como un medio de conexión entre Heeseung y él, se aferraba al can como si su vida dependiera de ello e incluso sabía por boca del mismo Sunoo que se había negado a devolver a Noodle. Heeseung se lo había pedido de vuelta tres días después de haberlo llevado al veterinario, pero Sunoo le pidió casi de rodillas tenerlo unos días más porque "me divierto mucho con él, Hee", y el mayor no había podido negarse.

—¿Cómo van las cosas con tu enamorado secreto? ¿Pudiste encontrarlo? — Preguntó Sunoo una vez que la comida de ambos llegó a su mesa, lamiéndose por inercia los labios y probando el primer bocado.

—Claro que pude encontrarlo, trabaja en la oficina de tu eterno enamorado. — Sunoo lo miró con el tenedor a medio camino, alzando una de sus cejas sin saber a qué se refería. Jay rodó los ojos por su lentitud. — Trabaja en la oficina de Heeseung, es el segundo mejor diseñador de la empresa.

Sunoo comenzó a sacar cálculos mentales, abriendo sus ojos en demasía y llevándose una mano a la boca para masticar rápidamente el bocado de su tenedor.

—i¿Jungwon?!

—¿Lo conoces?

—Claro que sí, Heeseung me arregló una reunión con él y me ayudó muchísimo con los diseños de las estructuras, gracias a él es que básicamente estoy dentro de un proyecto ahora... Vaya, no pensé que Jungwon fuera de tu tipo. — Mencionó Sunoo llevándose una mano a la barbilla.

—¿Por qué no?

—Porque es... Muy reservado.

—¿Muy distinto a ti? — Jay alzó una de sus cejas,

Sunoo se sonrojó hasta las orejas y asintió bajando la mirada a su plato, concentrándose en volver a comer un poco más. Ahí estaba de nuevo esa desconfianza. — No te cuestiones cosas que no son...

—No lo estoy haciendo.

—Te conozco.

—Como sea. — Sunoo se encogió de hombros, tirando un trocito de carne al piso para que Noodle lo comiera.

Miró su teléfono cuando la pantalla se iluminó sobre la mesa, tomándolo de inmediato cuando vio el mensaje de Heeseung, sonriendo al instante.

Heeseung: ¿Piensas devolverme a mi hijo algún día?

𝗰𝗮𝗰𝘁𝘂𝘀 𝗻𝗱' 𝗯𝗮𝗹𝗹𝗼𝗻𝘀 ▪︎ 𝙝𝙚𝙚𝙨𝙪𝙣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora