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Si bien para Heeseung no había sido dificil aceptar que, por muy trágica que haya sido la noticia, no había nada más que pudiese hacer por él o por su bebé ya sin vida, para Sunoo el asunto no había sido tan sencillo de asimilar.

Aunque no lo demostraba verbalizando, estaba sumamente preocupado por el hecho de que Heeseung tenía contacto con su exesposo. No eran los mejores amigos del mundo, pero se hablaban continuamente vía redes sociales y el alto le había comentado que Day by Day, la empresa de moda de Jake, volvería a unir lazos con Motores Lee para la nueva campaña publicitaria.

El arquitecto quería pensar que él estaba siendo demasiado paranoico, pero le parecía que Heeseung sonreía mucho más desde que Jake había vuelto a su vida, cada vez que estaban juntos el hombre salía a colación y Sunoo intentaba por todos los medios no decirle al alto que terminara de hablar de su exesposo porque lo ponía nervioso. La seguridad de Sunoo no era grande, y su ego estaba lastimado después de tantos fracasos amorosos y temía que su historia con Heeseung fuera otro cuento corto en su vida.

Estaba demasiado enamorado como para separarse ahora, era injusto que Jake apareciera después de que Heeseung y él por fin habían confesado sus sentimientos de manera sincera y estaban en la mejor etapa de su relación, según su punto de vista. Sunoo pensaba que seguía actuando normal, pero con el paso de los días, era evidente para Heeseung que el menor estaba evitándolo. Había rechazado sus invitaciones a comer en un par de ocasiones, y aceptaba solo cuando ya no tenía una excusa más que darle. Si Heeseung llegaba tarde a casa, Sunoo ya estaba dormido como para hablar por teléfono sobre su día, y en caso de que se quedaran juntos, lo encontraba acurrucado bajo las mantas de la cama, demasiado cómodo como para despertarlo.

El heredero Lee no era tonto, y se comenzó a dar cuenta que Sunoo estaba construyendo nuevamente esa barrera entre ambos, se estaba cerrando ante él y Heeseung sabía con certeza que se debía a la presencia de Jaeyun en sus vidas, con el bonus track de la noticia que el bebé que esperaba era en realidad suyo y no de Sunghoon.

Es por esa misma razón Heeseung decidió hacer algo al respecto. Sabía cómo funcionaba la mente de Sunoo, ya llevaban poco más de dos meses estando juntos y podía darse el lujo de decir que conocía hacia dónde caminaban sus pensamientos cuando estaba sumergido en ellos. Por eso, es que le escribió un mensaje avisando que ya estaba en casa y que cocinaría la cena para ambos, obteniendo la respuesta positiva de Sunoo junto a un emoji sonriendo.

Preparó algo sencillo y rápido, sin querer cargar demasiado sus estómagos para la conversación que deseaba tener esa noche, era importante solucionar las cosas entre ambos y estaba decidido a dar un paso más con lo que tenían.

—Bienvenido, hermoso. —saludó apenas escuchó el ascensor llegando al lobby de su penthouse, parándose frente a él para recibir al menor con una sonrisa y un pequeño beso en los labios.— ¿Cómo estuvo tu día?

—Muy tranquilo. —asume el más bajo, acariciando el cabello de la nuca del mayor como acostumbraba a hacer. — Huele delicioso, tengo mucha hambre, ¿Necesitas ayuda? — Preguntó mientras se deshacía de sus zapatos y abrigo, arremangándose la camisa hasta los codos.

Heeseung amaba secretamente cómo Sunoo se veía metido en un traje. Si había algo que debía agradecerle a Park Jay, era que su empresa pedía como regla básica el uso de trajes elegantes a toda hora. Sunoo los odiaba, pero los soportaba cuando notaba a Heeseung comiéndoselo con la mirada, le hacía sentir sexy.

—Puedes ir poniendo la mesa, la comida ya casi está. —el menor asiente y enseguida se pone a preparar la mesa para dos personas, con una sonrisa en sus labios porque le gustaban esos pequeños momentos en donde compartían, lo había olvidado luego de estar evitando a Heeseung los últimos días a causa de su inseguridad ante Jake.

𝗰𝗮𝗰𝘁𝘂𝘀 𝗻𝗱' 𝗯𝗮𝗹𝗹𝗼𝗻𝘀 ▪︎ 𝙝𝙚𝙚𝙨𝙪𝙣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora