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Pasó la tarde y Jimin y Yoongi no hablaron nada durante la comida que compartieron con Hoseok.

Jimin había intentado tomar la mano de Yoongi bajo la mesa, o rozar sus piernas pero Yoongi siempre se alejaba.

Al final Jimin no pudo aguantar mucho el rechazo y el incómodo ambiente, así que con la excusa de que tenía que cuidar a su mamá que estaba enferma, se fue de la cafetería.

Se fue caminando los 20 minutos que eran hasta su casa ya que se sentía demasiado mal hasta para frenar a un taxi.

Y hacer ejercicio, aunque sea caminando, siempre lo distraía.

Jimin se odió, una vez más, por ser tan débil.

Él entendía que Yoongi necesitaba tiempo, que Yoongi no estaba listo para aceptar su orientación sexual y que ocultaba su relación porque le gustaba lo exclusivo y no porque Jimin le diera vergüenza.

Entonces... ¿Por qué Jimin creía que si?.

Al final se fue todo el camino con su pequeña nariz picándole por las ganas de llorar, pero no se permitió hacerlo.

Finalmente llegó a su casa y un olor a pizza inundó sus fosas nasales, haciendo que por un momento se olvidara de todo, ya que tenía hambre.

Porque sí, tampoco comió nada estando en la cafetería, ya que el sentimiento malo que le atacó por los rechazos de Yoongi le quitó el apetito.

—Hola mamá —la saludó con una sonrisa cansada y su madre le sonrió al verlo.

—Hola hijo —llegó hasta su lado y le dió un beso en la frente—. Pedí pizza, no tenía ganas de cocinar.

Jimin rió, por primera vez en el día, de manera sincera.

—¿Has tenido ganas alguna vez? —la molestó.

—Sigo siendo tu madre —le advirtió siguiéndole el juego y Jimin rió más.

—¿Papá aún no llega? —preguntó cambiando sus zapatillas por pantuflas, dejando su mochila colgada en el perchero de la entrada.

—No.

—¿Y Jihyun? —preguntó otra vez, ahora yendo a poner la mesa para comer.

—Fue con tu tía al centro comercial, debería llegar dentro de poco —su madre explicó, sacando las pizzas de la caja para ponerlas en platos, mientras Jimin se paseaba desde la cocina hasta el comedor con vasos y cubiertos.

Una vez la mesa estuvo puesta, ambos se sentaron, con Jimin estirando la mano para sacar un trozo de pizza.

Pero su madre le golpeó la mano.

—¿Y eso por qué? —le preguntó sobando su mano aunque no le dolió en absoluto.

—Espera a tu hermano por lo menos, mal educado —lo recriminó su madre.

—Tu me educaste —dijo Jimin en un murmuro, pero la mirada amenazante de su madre lo hizo callar.

—¿Que tal tu día? —le preguntó cambiando el tema.

—Normal, supongo —respondió recordando todo lo que pasó antes de llegar a su casa y su rostro se apagó.

—Jimin, cariño, no te tuve 9 meses dentro de mi para que ahora creas que puedes engañarme —le dijo su madre, sacando un trozo de pizza, recibiendo la mala mirada de Jimin.

—¿No que ibamos a esperar a Jihyun?.

Y justo la puerta sonó, siendo Jihyun el que apareció detrás de esta. Claro, se le olvidaba que nada nunca estaba a su favor.

Me Extrañas • YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora