13

1.6K 166 29
                                    


Luego de pelear por casi una hora con Taehyung para que se fuera y que lo dejara solo, se encontraba en su cuarto, sentado al centro de su cama con el sonido del viento siendo el único ruido en ese lugar.

Había estado unos 40 minutos en esa posición, sentado como si estuviera meditando, pero con sus codos apoyados en sus piernas y sus manos creando un domo para su nariz y boca, intentando contener con eso los jadeos que salían de su boca al negarse a llorar .

Sentía una presión en el pecho y los ojos le ardían, quería llorar, pero no se lo iba a permitir. Pero la imagen de Jimin sonriéndole con esos ojitos de luna a otro sujeto, besando a otro y siendo feliz con otro, hacían que su boca se abriera en busca de aire y terminara cerrándose y apretando los dientes por la ira contenida.

Necesitaba soltarlo todo, llorar, gritar, golpear algo, pero lamentablemente creció en una familia dónde una de las creencias era que "demostrar sentimientos era mostrar debilidad", algo que para Yoongi era estúpido pero creció en ese entorno y su mente se había acostumbrado a retener gritos, lagrimas y todo lo que conlleve expresarse.

Creció con un abuelo y un padre que lo regañaban cuando lloraba, que lo castigaban cuando al enojarse alzaba la voz o tiraba algo y que a sus 14 años lo golpeaba cuando enfrentó a su padre por engañar a su madre.

Poco después de eso, sus padres se divorciaron y recuerda perfectamente como su madre, que desde que él tiene memoria fue una mujer fría, no lloró en ningún momento. Ni al enterarse del engaño, ni al firmar el papel de divorcio, pero Yoongi sabía leer a las personas y los ojos de su madre mostraron tanto, tantas cosas malas y deprimentes que ella al no poder expresarlas, encontró consuelo en el alcohol.

Desde entonces, su madre comenzó a tomar horas extras en la empresa en la que trabajaron hasta que la ascendieron y tuvo que trabajar más horas aún, pero a ella no parecía importarle. Después de todo ¿Cómo querría volver a la casa en la que tuvo su primer y único hijo con su ex esposo? ¿Por qué querría llegar a esa casa llena de recuerdos desagradables para ella y ver a su hijo, quien era un retrato exacto de su ex esposo?

Desde entonces, Yoongi tuvo que aprender a vivir solo, de todas las maneras posibles. Tuvo que aprender a cocinar, usar una lavadora, y a cómo esconder las botellas de alcohol de la reserva de su madre sin que ella lo notara. También tuvo que aprender a limpiar las botellas de vidrio rotas que su madre arrojaba al piso luego de terminarlas, y a aguantar la manera en la que lo evitaba, a él, a su propio hijo, solo para no recordar a su ex esposo.

Todo eso se volvió una rutina, una rutina a la que Yoongi le costó mucho adaptarse, pero estaba bien porque tenía un novio, un chico que realmente lo quería y lo hacía feliz, un chico que a él le encantaba, aunque no lo pudiera ver mucho al tener que cuidar de su casa, sus estudios y capacidades y mantener su reputación como el capitán del equipo de básquetbol intacta para obtener una beca.

Nunca tenía tiempo y sabía que en algún momento Jimin se iba a aburrir y se iría. Pero nunca imaginó que fuera por un malentendido.

Yoongi sabía que había estado muy distante con Jimin, pero estaba perdido, el entrenador le había anunciado que si no le dedicaba más tiempo la equipo (ya que se había saltado más de 5 prácticas por estar con Jimin) tendría que buscar un nuevo capitán para el equipo.

Que lo bajaran de puesto así no se vería bien en su expediente y mucho menos le ayudaría a obtener una buena beca.

Ese mismo día Jimin le había propuesto ir a una fiesta. A Yoongi nunca le gustaron las fiestas, pero a su novio si, Jimin siempre sacrificó sus ganas de beber y bailar con la música fuerte para preferir los planes de Yoongi, que constaban en ignorar llamadas de Taemin preguntando por qué no fue a la fiesta, mientras veían peliculas en la cama o en el sofá, abrazados con sus piernas enredadas entre besos robados y cariños en el cabello.

Me Extrañas • YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora