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Llegó a su casa siendo recibido por el frío ambiente y el gran silencio característico del lugar.

Habían dos botellas de whiskys vacías sobre la mesa del comedor y restos de vidrio bajo la única silla que estaba fuera de lugar en la mesa, siendo evidente que su madre estuvo ahí la noche anterior.

Yoongi suspiró, era algo de todos los días desde que su padre se fue de la casa, llegar antes de que su madre llegara del trabajo, escuchar música a todo volumen en su cuarto hasta dormirse, y despertar a la mañana siguiente para irse a la escuela mientras su madre dormía, evitando curzarse con ella en la mañana y por lo mismo evitando tomar desayuno, ya que eso le quitaría el tiempo suficiente para que su madre se levantara y por ende, tendrían una incómoda conversación.

Luego de esa rutina, su estrés se reducía a la escuela y a los miles de talleres extracurriculares que hace para subir sus notas y poder aprobar el año, ya que por temas de salud mental había descuidado sus estudios y recién se dió cuenta cuándo el director llamó a su madre para decirle que Yoongi estaba en peligro de perder el año.

Si, Yoongi nunca olvidaría la gloriosa pelea que ocurrió con su madre ese día, en dónde su relación con ella terminó de romperse cuando ambos se dijeron lo impensable entre una madre y un hijo, lo más triste esque Yoongi sabia que todo lo que se dijeron no era solo por sus notas. Todo lo que su madre le dijo no eran por sus notas, porque, ¿Qué tenía que ver su padre con sus notas? ¿Por qué Yoongi necesitaba tenee buenas calificaciones para ser alguien en la vida para no ser una mierda de persona? Yoongi sabía que su madre usó sus notas como excusa para desahogarse con él, diciéndole muchas cosas que le marcaron.

Luego de terminar sus talleres, volvía a casa antes de que su madre llegara del trabajo y se encontraba con el olor a alcohol y las botellas vacías que su madre tomaba en la mañana o en la madrugada. Botellas que él debía limpiar, según su madre porque también era su casa y debía cooperar.

Pero a la mierda, él no estaba de ánimo para eso hoy, asíque solo lavó los platos, regó las plantas que su madre había descuidado desde que su padre dejó esa fría casa que en algún momento fue cálida, barrió y dejó todo en su lugar para finalmente encerrarse en su cuarto, dejando las botellas y el vaso hecho trizas tal y cómo los encontró cuando llegó.

Porque sí, es su casa, pero no son sus botellas de alcohol, no son sus problemas de alcoholismo, ni son sus problemas para superar la infidelidad de su ex pareja y padre de su hijo.

Y Yoongi estaba seguro de que un hijo no debía limpiar las botellas de alcohol que su madre ingería.

Solo bastó media hora encerrado en su cuarto para que su madre llegara del trabajo, entonces escuchó los tacones de su madre resonando en la escalera, hasta que su puerta fue abierta de par en par.

—¿En qué quedamos? —preguntó su madre con la molestia siendo evidente en su tono de voz.

Yoongi la miró de reojo, viendo como una mano se encontraba en el pomo de la puerta y la otra en su cintura, repiqueteando los dedos en su cinturón.

—Hola mamá, yo estoy bien, ¿Qué tal el trabajo? —preguntó volviendo su vista a las hojas en sus manos, las cuales contenían un borrador de una canción nueva en la que estaba trabajando.

—No me vengas con eso, ni siquiera lo preguntas normalmente.

—Porque nunca me dirijes la palabra.

YoonHee suspiró, rodando los ojos.

—Dijimos que me ayudarías con el aseo de la casa.

—Si, lo hice.

—¿Todo? —preguntó alzando una ceja.

—Todo lo que corresponde a la casa, si. Lo que corresponde a tus arrebatos de alcoholismo, no.

—¿Disculpa? —dijo en un tono de advertencia, acercándose a la cama de su hijo—, que no se te olvide con quién estás hablando, Yoongi, soy una mujer adulta y puedo beber si me da la gana, lamento si cometí un accidente y el horario de mi trabajo que nos mantiene no me dió tiempo de limpiar mi desastre, pero lamento mucho más que mi hijo sea inconsciente.

Eso fue lo último que dijo antes de devolverse por dónde vino y cerrar la puerta del cuarto de su hijo con fuerza.

Yoongi sintió ese dolor en el pecho de nuevo, lo sentía cada vez que tenía ese tipo de escenas con su madre pero como no convivía con ella hace un tiempo, ya ni recordaba el sentimiento.

Si esto hubiera ocurrido tiempo atrás, los ojos de Yoongi ya estarían derramando lágrimas, pero hace tiempo Yoongi había dejado de llorar, sobre todo por su madre, ella principalmente fue la que terminó de agotar sus lágrimas.

Yoongi suspiró decidiendo que tenía que salir de ahí lo antes posible si no quería arrojar algo contra el espejo de su pared por la pura impotencia que sentía, asíque tomó su mochila y salió de su habitación.

Al llegar al primer piso, pudo comprobar que todo estaba vacío y en silencio, por lo que su madre estaba encerrada en la habitación. La botella de alcohol hecha trizas en el suelo seguía allí.

Yoongi rodó los ojos y salió de si casa, enviando un mensaje de texto al chat grupal creado por Taehyung, en dónde estaban Taehyung, Jennie y él.

Yoongi: Necesito beber, ¿acompañan?

Jennie: depende, ¿tu comprarás todo el alcohol?

Taehyung: eso x2.

Yoongi: si, interesada.

Jennie: te esperamos en casa, querido amigo😍

Yoongi sonrió al celular, eso era algo que apreciaba en secreto de ese par de primos, siempre lo hacían sentir cómodo, contento, cálido. Como si pertenciera.

Como si estuviera en casa.

Guardó su celular y luego de caminar dos cuadras llegó al minimarket, al ser día de semana, estaba prácticamente vacío, solo habían un par de madres aprovechando las ofertas y adolescentes comprando cigarrillos y cervezas con identificaciones falsas.

Yoongi entró y se dirigió a la sección de licores, en dónde escogió un par de bebidas para Taehyung, ya que le gustaba mezclar los tragos con bebida, dos cajas de cervezas, tres soju de frutilla ya que sabía que eran los favoritos de Jennie, y un tequila para él.

El solo hecho de saber que iba a beber con sus amigos y pasarla bien un rato, olvidando sus problemas familiares y el tema con su ex novio, lo hizo sentir mejor, asique fue a la caja registradora sintiéndose más aliviado.

Hasta que vió a ese chico de cabello negro frente a él en la fila, que justamente era un centímetro más bajo que él.

Que justamente ahora lo estaba mirando con una expresión de pánico al igual que la última vez.

Porque justamente era su ex novio. Jimin.











♡♡♡

PERDÓN PERDÓN PERDÓN PERDÓN PERDÓN PERDÓN PERDÓN PERDÓN LA DEMORA.

Si les cuento los problemas que tuve, juntarian firmas para encerrarme en psiquiatrico, pero ya estoy mejor, asique aproveche de actualizarles con un capitulo medio cortito.

Me Extrañas • YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora