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—Jiminie —Jimin sonrió con lágrimas en sus ojos al ver al hombre que participó en su creación frente a él, después de dos años viéndolo a través de una pantalla.

—Papá —corrió y lo abrazó, con tanta fuerza que se preocupó por el oxigeno de su padre, quién con un apretón igual de fuerte le dió a entender que el abrazo era correspondido.

Habían sido tres largas horas de viaje, en dónde se encargó de calmar a Jungkook por los nervios que tenía de ir a Seúl por primera vez y de paso, conocer a su suegro.

Pero finalmente habían llegado sanos y salvos a su antiguo hogar, que es dónde su padre estuvo viviendo solo durante dos años, bajo la mentirosa excusa de que necesitaba quedarse por su trabajo.

—Te extrañé tanto —susurro Jimin, aguantando las lagrimas por la emoción de verlo otra vez, por suerte, con una sonrisa en la cara.

—Yo también hijo, yo también —le respondió, dejando caricias en su espalda— ¿Tu novio no vino?

Y Jimin rió, dejando en el olvido sus lágrimas.

—Debe estar escondido entre los arbustos —rió y con él su padre también.

Ambos salieron al patio delantero de la casa de dos pisos, viendo a Jungkook parado en la vereda, mirando la solitaria calle como si fuera lo más enigmático del mundo. Jimin sonrió y corrió hacia él, dejando a su padre en la entrada de la casa.

Jimin lo abrazó por detrás, envolviendo la pequeña cintura de su novio con sus brazos, apoyando la mejilla en su espalda, riendo cuando sintió a Jungkook dar un respingo.

—Mi padre quiere verte —le dijo y Jungkook lo miró inmediatamente como si hubiera visto un fantasma.

—¿De verdad? —preguntó incrédulo y Jimin asintió, acabando con el abrazo para tomar su mano.

—Vamos —dijo, haciendo una señal con su cabeza hacia la puerta de la casa en dónde su padre estaba, viendo como Jungkook recién notó que su suegro estaba ahí parado, con una sonrisa cálida.

Jungkook siguió a su novio con pasos torpes hasta que llegó al porche de la casa, dónde su suegro estaba parado de brazos cruzados y conservando la sonrisa. No fue hasta que Jimin aclaró su garganta que Jungkook se dió cuenta de su parálisis y del tiempo que estuvo mirando al señor Park sin decir ni hacer nada.

Jungkook rápidamente hizo una reverencia de 90 grados.

El señor Park rió y ofreció su mano para saludarlo, Jungkook en medio de temblores la tomó, finalizando el desastroso saludo.

Pero venía la presentación...

—Park JaeHyun, padre de Jimin —se presentó y Jungkook asintió.

—U-un gusto, señor Park —se abofeteó mentalmente por tartamudear, pero era una manía tartamudear cuando estaba nervioso o ansioso—, soy J-eon, J-jeon, j-

—Él es Jungkook, papá —lo presentó Jimin, advirtiéndole con la mirada a su padre que se aguantara la risa—, mi novio.

—Un gusto también, Jeon Jungkook —dijo y Jungkook volvió a hacer una reverencia a modo de disculpa por su mala postura, sintiéndose avergonzado—. Bueno, no se queden ahí, pasen.












[...]













—¡Déjame ese!

—Tarde —dijo Yoongi, antes de tomar el último sushi de queso crema con camarón que quedaba, que era el que Taehyung quería.

Me Extrañas • YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora