Capitulo 18 - El Despertar

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¿Les puedo decir cuanto amo a Leo Valdez?

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Llevaban algunas pocas horas en el tren, pero estar sentada tanto tiempo resultaba estresante y cansado para Capri. Jana estaba dormida en su asiento, recargando su cabeza en el hombro de Harris. Hannah estaba igualmente dormida, recargando su cabeza en el hombro de Tad, que también estaba dormido. Capri no pudo evitar soltar una risita al ver que Eber estaba dormido recargando su cabeza en el hombro de Calibn, y Caliban dormido estaba recargando su cabeza en la de Eber. Caliban posaba una sonrisa, y Capri se preguntó qué cosa estaba soñando.

Se recargo en su asiento intentando encontrar una pose cómoda para poder dormir también. Y noto como Harris estaba inmóvil y se dio cuenta que era por Jana, si él se movía, la despertaría, así que estaba completamente inmóvil.

-Puedo levantar accidentalmente si quieres –le dijo Capri.

-¿Qué? Oh no –le respondió Harris apenas moviendo el brazo- Pero por favor mueve la cabeza de Miltara hacia atrás –le dijo.

Capri miro a Miltara, estaba dormida, pero su cabeza estaba hacia el frente. Capri movió la cabeza de su hermana y la movió lentamente hacia atrás para que pudiera recargarla nuevamente en su asiento.

-Tú deberías dormir también –le dijo Harris.

-No puedo –confeso Capri- estoy… ansiosa, supongo.

-Con más razón debes dormir –le dijo Harris- Yo los levanto cuando lleguemos.

-¿Y qué hay de ella? –pregunto Capri apuntando a Jana.

-Solo quedan como 2 estaciones más a las que este tren puede llegar, si ella no se baja en alguna de esas, creo que va a donde nosotros vamos –dijo Harris.

Capri asintió. Y cerró sus ojos.

Cuando los abrió de nuevo. Echo un vistazo al tren, y vio que estaba vacío completamente. Y sus compañeros estaban profundamente dormidos. Menos Harris, que estaba completamente despierto, mirando por la ventana al cielo que ahora estaba obscuro.

-¿Cuánto falta? –le pregunto Capri acomodándose en su asiento.

Harris la miro. La leve luz de los focos del tren iluminaba su cara, junto con la luz de la luna que entraba por la ventana.

-Llegaremos mañana, si Dios quiere –le contesto Harris.

-Harris, no sé quién es Dios así que… ¿podrías no meterlo en nuestras conversaciones? –le pidió Capri.

-Esta bien –le dijo Harris, mostrando una leve sonrisa.

Capri asintió, y vio que Harris tomaba de la mano a Jana.

-¿Estas preocupado por ella? –pregunto Capri.

-Tal vez un poco –le confeso Harris.

-¿Pero por qué? –le pregunto Capri.

-Cuando lleguemos lo sabrás –dijo Harris.

Capri asintió nuevamente. Su hermana estaba dormida tranquilamente, y solo por un momento, Capri sintió que ella era la que tenía que cuidar de ambas, no Miltara.

-Vamos a un lugar de guerra ¿verdad? –pregunto Capri preocupada.

-¿A un lugar de guerra? No, al menos, no todavía. Vamos al Despertar –le contesto Harris.

-¿Qué es eso? –pregunto Capri.

-Un lugar, y te recomiendo que duermas ahora porque mañana será un día ocupado –le demandó Harris en un tono que ella nunca le había escuchado.

Capri intento no actuar sorprendida por el repentino cambio de humor de Harris, y cerró sus ojos. Pero el sueño no llegaba ha ella, tenía una inquietud ¿Cómo era ese lugar? ¿Por qué llevársela a ella y sus amigos ahí? No dudaba de Harris ni de Rasu, y mucho menos dudaba de Hannah, pero, tampoco estaba libre de dudas sobre ellos. Pero, talvez mañana descubra que sus preocupaciones son solo cosas creadas por su mente, o talvez descubra que todas sus preocupaciones tienen razón.

Se abrazó a ella misma y se obligó a dormir. No quería pensar en nada más ya.

Alguien la agito fuertemente. Y ella salto de su asiento.

-¿¡Que sucede?! –grito Capri.

-Relájate. Ya llegamos –le dijo Caliban.

Capri vio que ya todos estaban despiertos y activos.

-Vamos, niños. Hay que bajar del tren –les dijo Rasu, actuando como su madre.

Capri empujo a todos para poder salir primero. Lo que estaba ante sus ojos no se lo esperaba. Era un edificio gigante color gris, y ventanas blindadas, abarcaba miles de metros, era tan grande como para resguardar a toda una ciudad, pero estaba rodeado del mismo lugar desértico.

-Bienvenida al Despertar –le dijo Harris poniendo su mano en el hombro de Capri.

-No inventes –dijo Caliban asombrado.

Los ojos naranjas de Eber se iluminaron al ver aquel lugar.

-¿Y qué haremos aquí? –pregunto Miltara, tomando el brazo de Tad.

-Despertaremos a una civilización –dijo Jana, saliendo del tren.

The Mortal ExperimentDonde viven las historias. Descúbrelo ahora