Harris entro a su cuarto después de pasar toda la tarde con Jana, y se percató de un adolescente enfadado que estaba en su cama.
-Eber, hola -dijo Harris con una sonrisa de las de siempre- ¿Qué tienes? -dijo caminando hacia la cama y sentándose a su lado.
-Aléjate -le dijo Eber fríamente con cara de asco.
-Sé que tienes algo, esa no es tu frialdad normal. ¿Te peleaste con alguien?
Eber se paró de la cama de un salto.
-Okay eres un chico muy empalagoso -dijo Eber poniendo sus manos en alto como defensa-
-Te peleaste con Caliban ¿verdad? Ustedes dos no se llevan bien. Son como tierra y cielo. Agua y Fuego. Calor y...
-¿Ya acabaste? -le pregunto Eber seriamente enfadado.
-Sé que te hará sentir mejor. Una pijamada -dijo Harris poniendo su brazo alrededor del cuello de Eber.
-Quita tu brazo de encima o te rompo el cuello -le dijo Eber amenazante.
-Bien, vámonos -dijo Harris soltándolo y abriendo la puerta.
-¿De qué hablas? -le pregunto Eber agriamente.
-¿Apoco creíste que hablaba de una pijamada solo tú y yo? Durante toda nuestra estancia aquí tu dormirás conmigo así que ven -dijo Harris haciendo una seña de que avanzara.
-No me llevaras a ningún lado -dijo Eber.
Tad estaba en su cama leyendo un libro, cortesía de Arco, y Caliban estaba sentado en un escritorio sin hacer nada cuando escucharon unos gritos familiares de una voz seca.
-"¡Suéltame!"
-"No lo hare ¡NO ME MUERDAS DEL BRAZO!"
Tad y Caliban se miraron y luego alguien toco la puerta. Caliban la abrió y revelaron a Harris tomando a Eber del cuello mientras Eber lo mordía.
-¿Pijamada esta noche? -pregunto Harris.
-Ay, cielos -dijo Tad agitado poniéndose el libro en la cara.
-Claro -dijo Caliban con una sonrisa de malicia.
-Genial -grito Harris pasando arrastrando a Eber.
Eber mataba a Harris con la mirada mientras Harris se sentaba en la cama donde Tad estaba.
-¿Qué creen? -les pregunto Harris.
-¿Qué? -le pregunto Caliban divertido.
-Esto no es una pijamada ¡Esto es un complot echo solo por mí para que tú y Eber arreglen sus diferencias! -grito Harris.
-Oh no puedo creerlo -fingió asombro Tad aun con el libro en la cara.
-Sí, entonces ustedes chaparros arreglen sus diferencias voy a mi cuarto -dijo Harris cambiando su personalidad drásticamente a seriedad y cansancio.
-¿Qué? ¿¡Estabas actuando?! -le grito Eber.
-Oh claro, ningún chico puede ser tan empalagoso -dijo Harris.
-Genial, me voy contigo -dijo Tad quitándose el libro de la cara- Suerte eh -les dijo a Caliban y Eber.
-Odio a todo el mundo -dijo Eber cuando Tad cerró la puerta.
-Ah, claro que sí. ¿Quieres bailar? -le pregunto Caliban malvadamente ofreciéndole la mano.
-Aléjate de mí, Mulberry -le amenazo Eber desesperado.
-Lo siento, mi deber es molestarte -dijo Caliban tomando a Eber de las manos.
ESTÁS LEYENDO
The Mortal Experiment
Ficção CientíficaElla vive en una ciudad gobernada por 6 presidentes anónimos, que obligan a los ciudadanos a vestirse de cierta manera y peinarse de cierta manera. Cada año la generación que cumpla 16 años tiene que participar en el Sufragio, donde ciertas persona...