Capitulo 27 - Chico Rudo, Chica Compulsiva

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Capri estaba acostada en la cama de Miltara, mientras Miltara y Hannah le sobaban la espalda.

-Pues wow –dijo Harris recargado en la puerta- No tenía idea de nada de esto...

-Si tú estas asombrado imagina como estamos nosotros –dijo Tad que estaba sentado en la cama a lado de Miltara.

-Ya lo veía venir –dijo Eber, que estaba sentado al lado de Caliban.

-Vamos chicos –dijo Caliban dándole un codazo leve a Eber- No vamos a perder nuestra posición por esto ¿verdad? Lo mejor es que sigamos con esto –dijo peinándose.

-Yo no quiero hacer nada –dijo Capri tapándose sus ojos con su brazo.

-¿Por qué no? –le reclamo Caliban parándose.

-¿Mides las consecuencias de esto, verdad? –le dijo fuertemente Capri sentándose.

-Una rebelión no es algo fácil, para nada –dijo Tad.

-¿Y? Ya estamos muertos de todas formas –dijo Caliban, sintiendo que todos estaban en su contra.

-Yo creo que es una buena idea eso de la rebelión pero... -empezó Harris.

-¡¿Pero?! –Les grito Caliban- Cobardes –dijo saliendo del cuarto, enojado.

-Caliban –lo llamo Hannah.

-Déjalo, Hannah, yo voy –dijo Eber parándose y saliéndose del cuarto.

Todos se quedaron en silencio un momento.

-Bueno, creo que Harris y yo nos vamos. Adiós, chicas –dijo Tad tomando a Harris de su camisa y saliendo del cuarto.

Capri se acomodó en medio de la cama y miro a Miltara.

-¿Tu qué opinas? –le pregunto.

-Opino que tú y Hannah deben dormir. Te puedes quedar en mi cama –dijo Miltara con una sonrisa.

-Descansa –le dijo Hannah con su típica sonrisota.

-Igual ustedes –dijo Capri mientras Miltara apagaba el foco.

* * *

Capri se levantó varias veces en toda la noche. Lo suficiente para alcanzar un buen desayuno.

-No quiero entrenar hoy –dijo Capri poniendo su plato a un lado.

-Creo que Arco entenderá si no quieres entrenar nunca –dijo Tad.

-Si quiero pero...

Alguien abrazo a Eber por la espalda, y era la única persona que se atreve a hacerlo, también la única persona que faltaba del grupo: Caliban. Lo solto y se sentó a lado de él.

-Lamento haberme enojado con ustedes chicos, no lo vuelvo a hacer, enojarse es exhaustivo –dijo Caliban.

-Te perdonamos –dijo Hanna sonriendo.

-Gracias. Entonces ¿entrenaras, Capri? –le pregunto Caliban.

-Por supuesto que entrenara –dijo Jana apareciendo de la nada con Arcco

Todos se sobresaltaron.

-Lo siento por haberte gritado –dijo Arco, que estaba enfrente de Jana- pero necesitamos que entrenes, por favor –dijo haciendo cara de perrito.

Capri rodo sus ojos y rió, luego asintió.

-¡Genial! Ya váyanse –dijo Arco.

Capri se paró de la mesa seguida de Hannah, Caliban y Eber.

The Mortal ExperimentDonde viven las historias. Descúbrelo ahora