Capri estaba perpleja todavía ¿Por qué estos extraños están haciendo esto por ella?
-¿Va a entrar o te quedaras afuera lo que queda del día? –pregunto Rasu a punto de cerrar la puerta.
Capri entro a la casa. Era como una choza, pero, bastante acogedora.
-Por aquí, madame –le dijo Harris con una sonrisa de caballero… ¿o travieso?
Capri lo siguió hasta una pequeña mesa en medio de una sala, miro a Harris, que le hizo un gesto de que se sentara en una silla.
-¿Dónde está Hannah, querido? –pregunto Rasu que estaba en la cocina.
-Aquí estoy –se escuchó una voz débil detrás de Capri.
Capri volteo. Al parecer esa era Hannah, pero, se veía bastante mal, pálida, con ojeras, y labios resecos y rotos, y aparte tenía una voz mormada.
-¿Ella es la chica? –pregunto Hannah apuntando débilmente hacia Capri.
Capri se levantó de la silla, sintiéndose repentinamente atrapada. Hannah soltó un grito ahogado, y se acercó lentamente hacia Capri, apuntando a su busto.
-Son… ¡¿Son reales?! –le grito.
Capri levanto sus brazos y los cruzo entre su pecho.
-¿¡Cómo has hecho para conseguir tremendo busto?! –le reclamo Hannah.
Harris se paró a lado de Hannah y puso sus manos en los hombros de ella.
-¡No te preocupes, Hanna! Seguro esta chica… ehm –empezó Harris.
-Capri –dijo Capri bastante sonrojada.
-Seguro Capri tiene alrededor de 20 años, te falta desarrollarte –le dijo Harris con una sonrisa incomoda. Hannah lo golpeo en la cabeza.
-¡Esa chica no tiene 20 años! –Le grito Hannah- ¡Tiene una cara de niña!
Rasu entro a la sala de repente, seguramente escucho los gritos.
-¿Qué pasa aquí? –pregunto Rasu.
-¡Rasu! ¿¡Qué edad tiene Capri?! –pregunto Hannah.
-Uhm… -pensó Rasu.
-Tengo dieciséis –dijo Capri empezando a sentirse bastante atacada.
-¡¿Dieciséis?! ¡No, yo tengo dieciséis! –Le grito Hannah a la cara- La presencia de esta chica está bajando mi autoestima –dijo Hannah poniéndose en rodillas y empezando a “llorar”
-Venga, A-Hann – le dijo Rasu- vamos a llevarte a tu cuarto- le dijo Rasu ayudándola a pararse.
Capri entonces noto el cuerpo de Hannah. Era plana, y sin cintura, su cuerpo estaba debajo de lo promedio, pero su cabello era lacio como el de Capri, pero con un café más claro, y tenía unos ojos verdes conocidos. Harris estudiaba a Capri sin que ella lo notara, pero claro, lo noto. Ella retrocedió un poco.
-¿Qué quieres? –le pregunto Capri.
-Nada, nada –le dijo Harris con una sonrisa resplandeciente.
Capri asintió lentamente, extrañada, y se sentó en la silla nuevamente. Rasu había vuelto, entonces Capri pregunto.
-¿Qué es lo que le pasaba a…. Hannah? –Pregunto Capri- Se veía muy enferma –agrego rápidamente.
-Lo está –contesto Rasu desde la cocina.
-¿Por qué no la llevan al hospital? Seguramente con una pastilla la curan, a mí me curaron rápidamente –dijo Capri silenciosamente, tratando de sonar indiferente.
-Claro que la curarían rápidamente, por eso ese hospital es para sangre alta. No para nosotros –le dijo Rasu entrando a la sala nuevamente con un plato en sus manos.
Dejo el plato enfrente de Capri.
-¿Qué es eso? –pregunto Capri rápidamente.
-Sopa –contesto Rasu.
-No, no –dijo Capri- lo de la sangre alta y baja ¿Cómo es eso?
-Oh ya sabes –le contesto Rasu- Alguien dijo, si usted tiene tipo de sangre AH y C, es alto, si usted tiene sangre L y V, es bajo. Fin de la discusión –dijo Rasu- Por eso en cuanto dije que eras mi hija adoptiva te echaron del hospital en seguida.
Capri no pudo evitar soltar una risita, y Rasu y Harris la miraron fijamente confundidos.
-Esas no son clases de sangre reales –dijo Capri riendo un poco más- Los tipo de sangre son A,B,AB y O.
-¿A si? –Le pregunto Rasu desafiante- ¿Qué clase de sangre eres tú?
-O –contesto Capri.
Harris se paró a lado de Rasu y le “susurro” ya que Capri podía oír todo.
-Ella es un humano inocente ¿no crees que debería tener sangre incluso más rara que la nuestra?
Capri se paró azotando la mesa.
-¡¿Eh?! ¡No soy un humano inocente! ¿¡Lo dices por mi cara de niña, verdad!? ¡¿Se ve que yo no he tenido mí.. –grito Capri asustada.
Rasu empezó a reír, esa típica de risa de señora.
-No hablamos de eso, querida –riendo- A parte, a simple vista se ve que tienes una mente pervertida –le dijo Rasu.
Capri se sentó lentamente, tomando la cuchara incomoda, y poniéndose a jugar con la sopa.
-Y mira –dijo Rasu sacando algo de su bolsillo- Conseguí tomar estas antes de que se dieran cuenta de mi presencia –agito un envase pequeño transparente con pastillas- Iré a dárselas a Hannah.
Capri se congelo ¿Ladrones? ¡¿Ha llegado a una casa de ladrones?!
-No somos ladrones, no te preocupes –le dijo Harris sentándose a lado de ella.
Capri relajo sus hombros y trato de actuar con indiferencia. Miraba a Harris por el rabillo del ojo, y hasta ahora se había dado cuenta de su hermoso rostro. Posiblemente era levemente más grande de edad que ella.
-Supongo que ustedes también son “hijos adoptivos” de Rasu –dijo Capri mirando su sopa- Tu y Hannah son hermanos, he logrado adivinar.
Harris y Hannah tenían una tez blanca levemente bronceada, Rasu tenía piel obscura.
-Algo así. Somos hijos del hermano del esposo de su hermana –contesto Harris.
-¿Y dónde están ellos? –pregunto Capri probando la sopa por primera vez.
-Les pasaron cosas muy feas –dijo Harris honestamente.
La cuchara se cayó de las manos de Capri por accidente.
-Deberías alegrarte de lo que hizo, Dios sepa que te hubiera pasado si te hubiera dejado en ese hospital –le dijo Harris mirándola con esos hermosos ojos verdes.
-¿Quién es Dios? –pregunto Capri.
-¿No crees en Dios? –pregunto Harris.
-Talvez lo hare si me dices quien es él.
-Es…el ¿gran señor? Mira todo lo que haces, es omnisciente, y es el responsable de que estés aquí ahora.
-Dios es cruel –le dijo Capri.
Rasu entro de nuevo a la sala.
-Como por arte de magia, Hannah se ha curado, mañana nos vamos -dijo Rasu feliz.
-¿Irnos a dónde? –pregunto Capri parándose de la silla.
-Luego te digo, entre menos sepas, mucho mejor.
Capri no dijo nada, la verdad eso era cierto, pero tantos secretos la dejaron frustrada y enojada.
-Mejor vamos, te enseñare donde dormirás, y para que te deshagas de ese incomodo uniforme te daré una pijama de Hannah… aunque, tal vez te quede algo chica –dijo Rasu riendo.
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The Mortal Experiment
Science FictionElla vive en una ciudad gobernada por 6 presidentes anónimos, que obligan a los ciudadanos a vestirse de cierta manera y peinarse de cierta manera. Cada año la generación que cumpla 16 años tiene que participar en el Sufragio, donde ciertas persona...