Capitulo 4 - Diablos

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<<Diablos>> pensó Capri entrando a su casa. Su “uniforme de ciudadano” tenía una cortada en su entrepierna. Tenía que conseguir un nuevo traje inmediatamente. Miltara tenía cientos de trajes que ya no usaba, quizá alguno le quedara a Capri, pero eran nulas las posibilidades considerando la diferencia de busto que ambas tenían. Capri se dirigió a su cuarto, pero al abrir la puerta se encontró con una escena algo prometedora que involucraba a su hermana, Tad, y una cama.

-¡OH LO SIENTO! –grito Capri cerrando la puerta.

El corazón de Capri palpitaba a mil por minuto, nunca había hecho algo tan embarazoso en toda su vida. ¿Cómo podría ver a su hermana a los ojos otra vez? O más bien ¿Cómo podría ver a Tad de la misma forma otra vez? Claramente lo acababa de ver sin camisa.

Capri no sabía qué hacer. Tenía que pensar rápido, ¿salía de la casa y esperaba a que Tad se fuera para volver a entrar? Buena idea. Capri se echó a correr pero antes de que pudiera llegar a la puerta principal la puerta de su cuarto se abrió, dejando salir a Miltara y a un sonrojado Tad.

-Capri –llamo Miltara.

Capri estaba a unos pasos de la puerta, si corría ahora no la alcanzarían.

-Ni intentes correr, Capri, te atraparía –dijo Miltara un poco enojada.

-¿Quieres apostar? –pregunto Capri.

-Capri, relájate, lo que viste ya lo viste y no podemos hacer nada para evitarlo, así que… deja de hacer este momento más incómodo y ven –dijo Miltara.

Capri hico caso y avanzo lentamente hacia ellos, podía sentir sus respiraciones aceleradas y sus cuerpos calientes.

-Entonces, ¿no le dirás nada a mama, verdad?

-No lo sé –dijo Capri.

-¿Qué quieres? –le pregunto Miltara con enojo.

-¿Ahora? Un traje nuevo –dijo Capri sin pensar dos veces que no que le podía pedir a Miltara.

-¿¡Que?! Esta loca –dijo Miltara soltando una carcajada.

-Vamos, le compraste uno nuevo a mama, ¿no puedes hacer lo mismo por tu hermana? –pregunto Capri casi suplicando.

-Eso fue por una razón personal –contesto Miltara incomoda- Además, ¿para qué quieres tú un traje nuevo?

-Este se… rompió –conesto Capri algo apenada.

 -Lo más que puedo hacer es coserlo.

-Coser los trajes es ilegal –dijo Tad.

Miltara miro a Tad, al principio parecía molesta, luego sus ojos se relajaron, al igual que su cuerpo.

-¿Dónde está roto? –pregunto Miltara mucho más calmada.

Capri jalo a Miltara lejos de la vista de Tad y antes de que Miltara pudiera quejarse Capri le mostro la parte del traje donde estaba roto. La ruptura era más grande que cuando Capri la vio por primera vez. Miltara lo vio y miro a Capri.

-Obviamente no puedes usar uno de los míos ¿verdad? Niña súper desarrollada –bromeo Miltara.

-No… me… llames así –le dijo Capri avergonzada.

-Bien, intentare coserlo pero tienes que encontrar uno nuevo ya. ¿La tía de Kayla no tendrá?

-No lo sé –contesto Capri.

-Hm –pensó Miltara- mañana es Viernes, tienes que hacer tu servicio a la comunidad, Eber está ahí también ¿tal vez puedas preguntarle a él?

-Está bien –dijo Capri.

-Entonces ve al cuarto y quítate el traje, ya voy.

Capri asintió. Camino a donde estaba su cuarto, Tad seguía ahí, sonrojándose nuevamente al ver a Capri.

-Oye… Capri –empezó Tad.

-No te preocupes, Tad –le dijo Capri con una sonrisa- no vi nada.

Tad asintió y le sonrió también. Capri entro a su cuarto y cerró la puerta. Se quitó su traje lentamente y se sentó en su cama. Mañana sería día de servicio comunitario, a donde todos los chicos y chicas que aún no tienen trabajo tienen que ir. Se supone que es una estrategia para que los chicos quisieran tener trabajo, pero a Capri le resultaba bastante reconfortante ir a limpiar basura. Capri se dejó caer en la cama, pero miro que las sabanas eran azul marino, y no verdes como las de ella. Salió de la cama de un salto al darse cuenta que esa era la cama de su hermana. 

The Mortal ExperimentDonde viven las historias. Descúbrelo ahora