Capitulo 6 - Un día antes

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-Eber… -llamo Capri con silencio.

-¿Mande? –le pregunto Eber levantado la vista.

Ambos estaban sentados en la sala de la casa de Eber, se parecía a la de Capri, solo que la de Eber era un poco más… acogedora.

-¿Por casualidad tu mama tiene guardados sus trajes de cuando era joven? –pregunto Capri mirándolo con nerviosismo.

-Creo que tiene unos cuantos guardados en unas cajas… ¿Por qué?

Capri solto una risa nerviosa.

-Veras… mi traje esta… ¿cómo se dice? –empezó Capri dando rodeos.

-¿Roto? –dijo Eber levantando las cejas.

-Roto –afirmo Capri en un susurro.

-¿Quieres que mi madre te preste un traje? –pregunto Eber.

-Si no le molesta, claro –dijo Capri nerviosa.

-Por supuesto que no, ella te ama, supongo que no le molestara que tomes uno de  sus uniformes de ciudadana –bromeo Eber y ambos rieron.

Capri tomaba eso como un halago. Nadie que ella conociera, incluyendo a Kayla, llamaba a los trajes “uniformes de ciudadanos”. Era algo que solo ella decía, después, también Eber.

Siguió a Eber hasta el cuarto de su madre y sacaron unas cajas de su armario. Eber abrió la primera y saco numerosos trajes.

-¿Qué tal este? –pregunto Eber dándole uno negro con costuras azules.

-Paso –dijo Capri sinceramente.

Capri inspeccionaba todos los trajes delicadamente.

-¿Este? –pregunto Eber enseñándole uno azul obscuro con líneas en los codos blancas.

-Te estas acercando a lo que estoy buscando –río Capri.

Capri seguía buscando hasta que Eber grito.

-¡Este!

Eber levanto la vista y miro a Capri esperanzado. En sus manos se encontraba un traje rojo obscuro con parches naranjas obscuras. El naranja es un color aceptado, pero no se hacen muchos trajes con él.

-¿Rojo? –pregunto Capri pensando que era una broma.

-Siempre usas blanco, nunca te he visto con un traje Rojo.

-Es por que no me gustan –dijo Capri.

-Te verás sensacional. Ademas, tiene naranja ¿de dónde crees que Kayla sacara un traje con naranja? –le pregunto Eber.

-Kayla no buscaría un traje naranja solo porque yo lo uso –la defendió Capri.

-Oh ¿en serio? Hace unos días llamo a mi mamá para preguntarle si le prestaba dinero para comprarse un traje blanco con negro como… ¡oh! El que traes ahora –dijo Eber fingiendo asombro.

-Aunque suene tentadora la oferta no tengo zapatos que combinen con este traje.

-Claro que sí –dijo Eber.

Husmeo en el armario y saco unos tenis naranjas obscuros con cintas rojas y costuras y suela negra.

-¿Tenis?

-Dale un descanso a tus pies de esos tacones de 20 centímetros –bromeo Eber.

Capri lo pensó un momento y tomo el traje. Se volteo para ir al baño pero, dio una vuelta para quedar cara a cara con Eber de nuevo.

-¿Seguro que no eres gay? –pregunto Capri y luego volvió a su camino hacia el baño.

-pregúntale eso a mí virginidad –le grito Eber.

-¡Lo hare! –le grito Capri saliendo del baño.

-Uh lala –le dijo Miltara cuando abrió la puerta.

-Cállate y vayamos a casa –bromeo Capri después de despedirse de Eber y saliendo de su casa.

-Lamento que haya salido tan tarde del trabajo.

-No hay problema pero… ¿mamá no llega a casa a las 4 de la tarde?

-Trabajando en un bar a veces llegas un poco más tarde –dijo Miltara.

Capri asintió.

-¿Cómo le va a Eber con ese tema del Sufragio? –pregunto Miltara.

-¡Rayos!... Olvide preguntarle –dijo Capri maldiciéndose.

-Es pasado mañana ¿nerviosa? –pregunto Miltara.

-¿Tu lo estabas? –le pregunto Capri.

-Nah –le contesto Miltara.

Llegaron a casa y para la sorpresa de ambas, su madre no estaba ahí <<¿trabajando de prostituta o fuiste a apostar unas barajas, madre?>>

-Tad va a venir ¿no te importa? –le pregunto Miltara.

-No tengo elección –dijo Capri repentinamente defensiva.

-Exacto –le contesto Miltara enojada.

Capri le sonrió sínicamente y camino a su cuarto. A veces Capri odiaba que tuvieran el mismo cuarto, cuando peleaban, y vaya que lo hacía ¿A dónde iba? Kayla siempre estaba trabajando y Eber no era el mejor confortador del mundo. Su cuarto, no era suyo, era compartido. Varias veces le había pedido a su madre que le diera un nuevo cuarto,  pero su respuesta siempre era “si trabajaras podrías hacerte ese nuevo cuarto con tu dinero” Asi que Capri abandono el tema. Se cambió y se puso si pijama. No iba a cenar hoy, pero eso no le importaba. Solo quería cantarse a sí misma hasta que se durmiera. Y así lo hizo.

Capri despertó con su alarma de gato delirando y lo primero que pensó fue que hoy pasaría un día con Kayla y Eber. Sabía que hoy sería el último día donde ella sería ella. Estaba segura de que el Sufragio la cambiaria, para bien o para mal, pero ya no sería ella. Seria “lo que el examen le hizo a Capri”

Se ducho y se cambió a su traje naranja, se hizo su chongo y salió disparada de su casa. No habló con Miltara que seguía durmiendo y no encontró a su madre en ningún lugar.

Capri noto que tan cómodos eran los tenis y pensó en usarlos siempre, ya quería ver la cara de Kayla cuando la viera en su nuevo traje.

The Mortal ExperimentDonde viven las historias. Descúbrelo ahora