Capri se acostó en su cama después de cambiarse. Su madre todavía no llegaba, ya llevaba 1 día sin aparecerse, pero eso era lo que menos le importaba a Capri, la ciudad era pequeña, muy pequeña para secuestros. Tuvo que inventarle a Miltara una excusa de porque había llegado junto con Tad, y le dijo que se lo había topado saliendo del centro comercial. Era verdad, después de todo. Capri se dio una vuelta y se puso boca arriba. Tal vez que la elijan para el Sufragio no es tan mala idea, todos los que salen de ahí se vuelven populares, y si ella toma ese examen talvez todo el mundo se olvide de lo que paso hoy.
<<¿Cómo puede ser? Toda mi vida tuve miedo de ser elegida para el Sufragio, y hoy, por culpa de Eber, deseo que me escojan como nunca había deseado algo>>
Alguien toco la puerta y se abrió. Miltara asomo la cabeza para hablar con Capri brevemente.
-Oye, Capri, como mamá no está en ningún lugar donde la podamos ver, yo iré mañana al Sufragio contigo.
-Está bien –dijo Capri tapándose más con su sabana.
Miltara noto la extraña compartición de su hermana, y entro al cuarto. Camino firmemente a la cama de su hermana hasta estar al lado de ella.
-¿Estas bien? –Pregunto Miltara- Te noto un poco… cansada.
-Estoy bien –contesto Capri cerrando los ojos.
Miltara suspiro, la torques de Capri era demasiada.
-Bueno… mañana el Sufragio es a las 9 de la mañana. Levántate a las 7, con lo mucho que te tardas –bromeo Miltara.
Tomo el reloj y puso la alarma. Luego miro a Capri, y decidió darle su espacio.
El sonido de gato delirando invadió la cabeza de Capri, y con él despertó los nervios que Capri había guardado desde hace años. Abrió los ojos lentamente y estiro cada musculo de su cuerpo. Se destapo y se dispuso a tomar una ducha.
Esperaba a que su hermana terminara de arreglarse. Estaba sentada en un sillón de su casa que vagamente ella usaba. Movía la pierna rápidamente, los nervios la consumían lentamente. Miltara salió del cuarto portando un traje negro con costuras rojo obscuro.
-Te ves bien –dijo sinceramente Capri.
-Igual tu –dijo Miltara- Mejor vámonos.
-¿Tad viene?
-Obviamente –dijo Miltara escupiendo sus palabras.
Salieron de su casa, y como lo esperaron, las calles estaban infestadas de personas, mayormente familiares de personas de esa generación. Miltara y Capri se abrían paso como podían. Con esa multitud llegar hacia el edificio donde se presenta el examen les tomaría horas.
-Miltara ¡ven! –grito Capri tomando a su hermana del brazo.
Capri camino atrás de los edificos jalando a su hermana. Ahí no había nada de gente. Todas preferían irse por el cemento y no por lugares terrosos. Capri sabía muy bien donde se encontraba había usado ese atajo muchas veces. Su hermana la soltó cuando noto que Capri se iba a meter a un callejón.
-No te vas a meter ahí ¿verdad? –pregunto Miltara algo asustada.
-¿Si quieres llegar antes que ellos? Sí –afirmo Capri.
Miltara rodo los ojos negada pero tuvo que seguir a Capri. Dieron unas cuantas vueltas pero al final terminaron justo al frente del edificio donde se presenta el examen. También conocido como “Doble E” por Examen y Edificio.
Empujaron a muchas personas pero lograron entrar a “La jaula”. Un lugar cercado en frente del edificio, donde las personas de esa generación, junto con un integrante de la familia son “enjaulados” hasta que digan los 50 ciudadanos que presentaran el examen.
Capri logro encontrar a Kayla en la multitud, y para su mayor sorpresa, traía a Tiki.
-Miltara –la llamo Capri- ¿dejan meter mascotas al examen?
-No lo sé… yo creo que sí.
Capri escucho varias risas cada vez que alguien pasaba a lado de ella, pero desecho la idea de que se estaban riendo de ella. Bueno, la había desechado hasta que cacho las miradas de unas chicas que susurraban y reían mientras la apuntaban.
-¿Cuándo va a iniciar esto? –pregunto Capri bastante desesperada.
-Orden –se escuchó.
La voz provenía de unas bocinas que se encontraban colgando de unos tubos.
-¡Hola! Su presidenta Krait hablando. Así es, este año me toca decir quiénes serán los suertudos que presentaran el examen.
La voz de la presidenta Krait sonaba algo adolescente. No se sabe nada sobre los presidentes que los gobiernan, y sí que es inquietante no saber nada de nada sobre ellos. Nisiquiera saber si viven en esa ciudad o se encuentran en otro lado, muchas personas afirmaban ser los presidentes, pero los mandaron a la cárcel.
-Krait es más divertida que Sicarius. Al menos, eso parece –susurro Miltara.
Hace dos años a Sicarius le había tocado la generación de Miltara, y solo sonaba como un cascarrabias.
-Bueno, empecemos.
Los nombres salían de su boca como veneno. Iban por orden alfabético, el apellido de Capri empezaba con S, les tomaría uno tiempo llegar a ella.
-Temi Huchter.
Se escuchaban suspiros cada vez que acababan con una letra.
Llegaron a la S. Solo había elegido a alguien con apellido de S, Capri movia sus brazos nerviosamente. Quería que la eligieran…
-Caprienda Shamrock.
<<Cambio de opinión>>
Miltara sujeto a Capri fuertemente de los hombros. Y Capri procesaba lo que acababa de pasar.
Despues de tiempo acabaron y el orden se corrompió. Algunos gritaban de emoción y otros de alivio. Se abrieron las puertas del edificio, a donde los elegidos tienen que entrar. Capri miro a Miltara, y ella le devolvió la mirada con ojos de lastima.
-No cometas los errores que yo cometí –le dijo directamente.
Capri asintió y Miltara la abrazo, y luego la dejo ir. Capri siguió a Miltara con la mirada hasta que salió de la jaula, por donde todos los no elegidos salían. Capri busco a Kayla con la mirada, ella también había sido elegida, cuando no la encontró pensó que ya había entrado, y que también debería hacerlo. Pero antes de dar un paso alguien la tomo del brazo, Eber.
-Capri, yo… -empezó Eber.
-No tengo tiempo ahora, Eber –le contesto Capri bastante calmada.
-Pero tengo que…
-Hablaremos después del examen –dijo Capri zafándose de su agarre.
Camino rápido hasta entrar al edificio, donde se encontraban algunas 30 personas de las 50 elegidas. Y entre ellas encontró a Kayla.
-¡Kayla! –grito Capri tratando de llamar la atención de Kayla.
Kayla la miro y se ilumino su cara y camino hacia ella.
-¿Nerviosa? –pregunto Kayla.
-Para nada –mintió Capri.
Una persona con traje amarillo entro en el cuarto y todos empezaron a susurrar. Ese era un color prohibido.
-Antes de que empiecen a susurrar sobre mi traje, debo decirles que soy una persona con mucho poder como para poder usarlo –dijo el hombre- Mi nombre es Visus, y voy a explicarles algunas cosas sobre este llamado “examen”
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The Mortal Experiment
Fiksi IlmiahElla vive en una ciudad gobernada por 6 presidentes anónimos, que obligan a los ciudadanos a vestirse de cierta manera y peinarse de cierta manera. Cada año la generación que cumpla 16 años tiene que participar en el Sufragio, donde ciertas persona...