Caminaba escuchando chiflidos y cumplidos aquí y allá. Su traje resultaba desafiante para los hombres, sin embargo, ella era solo carnada, había chicas con más que mostrar por ahí y que en serio parecían mujeres, ya que Capri tenía, una cara de niña.
Sus tacones blancos pisaban algo agresivamente el suelo. Iba directamente al trabajo de su hermana. Trabajaba en una oficina, como contadora de un banco, bueno, principiante. Buscaba caras conocidas mientras llegaba a su destino, aunque ahora todos sus compañeros con los que una vez fue a la escuela estaban trabajando. En Getthaway te graduabas a los 16, y empezabas a trabajar, pero Capri aún no encontraba en que era buena o algo en lo que quisiera desperdiciar valoradas horas de su vida. <<Si, Getthaway contigo estoy, cuido lo que me das y te llevo en mis venas>> Capri repitió la “frase del ciudadano” en su cabeza hasta que llego al banco done su hermana trabajaba.
Entro y se paró en frente de una secretara con complejo de prostituta.
-Buenos días, ¿a quién desea ver? –le pregunto la rubia esa.
-Vengo a ver a Miltara Shamrock –dijo Capri con firmesa.
La rubia le mando una mirada y oprimo uno de los múltiples botones que se montaban frente a ella.
-¿Sí? –se escuchó la voz de su hermana.
-Señorita Miltara su hermana se encuentra aquí ahora ¿le digo que venga después?
-¿Ella está escuchando esto ahora? –pregunto su hermana.
-Afirmativo, Señorita, está en frente de mí –dijo la secretaria.
-Sí, dile que venga después –dijo Miltara.
Capri hizo un gesto de traicionada, pero luego se escuchó la risa contagiosa de su hermana.
-Por favor dile que pase –dijo Miltara.
Capri soltó un suspiro, y se encaminó a la oficina de su hermana.
Toco dos veces antes de que su hermana le dijera “pasa”.
-Hola, Miltara –dijo Capri algo apenada.
Su hermana estaba peinada con una cebolla, con su pelo pegado al cráneo, como lo ordenaban los presidentes.
-Hola, Capri –le dijo su hermana sonriente.
-Oye, me quiero disculpar por lo de anoche –dijo Capri.
-Ni te molestes, eso ya está olvidado –le dijo su hermana.
Capri consideraba a Miltara una rareza humana. Puede ser la hermana mayor más divertida y comprensible e inmadura del mundo y de algún modo cambia a ser la hermana más latosa, sentida y chiflada del mundo.
-¿Solo para eso venías? –le pregunto Miltara.
-Si –tartamudeo Capri- Miltara, adiós.
Se había quitado un gran peso de encima. Camino hacia la puerta pero cuando la iba abrir la golpeo en la cabeza. Dio un leve salto y soltó un “aw”
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The Mortal Experiment
Science FictionElla vive en una ciudad gobernada por 6 presidentes anónimos, que obligan a los ciudadanos a vestirse de cierta manera y peinarse de cierta manera. Cada año la generación que cumpla 16 años tiene que participar en el Sufragio, donde ciertas persona...