Capítulo 30

615 34 4
                                    

La gente de Portorosso que pasaba junto al moreno lo miraban raro, no por la bolsa improvisada  hecha con toallas, si no por llevar a en su hombro a Leonardo “dormido”
—El está un poco pasado de copas, jejeje, ya saben cómo es este chico —decía Alberto a quién lo miraba camino hacía casa de los Marcovaldo—

Llegando a la entrada de la casa no sabía que explicación daría Leonardo, así que antes de entrar a la casa, ató al de cabello ondulado de manos y pies, con cinta en la boca y lo dejó detrás del árbol que había en el patio de la casa. El moreno entró a la casa y vió solos a Giulia y Luca en el sofá.
El menor al ver a su amando corrió hacia sus brazos, y lo recibí con muchos besos por todo su rostro.

—¡Alberto!, mi ojitos preciosos, ¡Estás bien!, Oh gracias al cielo que regresaste con bien, ¡Y con nuestro hijo! Mi vida, gracias por traer se vuelta a nuestro hijo —decía Luca más que feliz—

—Te dije que traería de nuevo a nuestro bebé y te cumplí con ello pececito —decía el moreno mientras le daba un “beso de nariz” a su novio—

El menor rápidamente sacó de esas toallas a su hijo y comenzó a besarlo y a hablarle.

—¡Hijo mío!, hijo querido, que bueno que estás de vuelta, tu papi Alberto te trajo de nuevo a mi.

—¿Por qué tardaste tanto hermano?, se supone que  irías rápido y le pegarias un tiro a esa escoria —dijo la pelirroja—

—¡Ay hermanita!, si supieras lo que tuve que pasar para traer a mi hijo de vuelta, me odiarias —dijo el moreno—

—¿En serio tan malo fue? ¡ay no Alberto, no quiero imaginar lo que hiciste! —dijo Giulia mientras ponía su mano en su frente—

—Oye ojitos, ¿Qué hiciste con ese infeliz?, ¿Lo asesinaste? —preguntó Luca con algo de nervios—

—de hecho, quiero que ambos vengan conmigo al patio y ahí verán la respuesta
—dijo el de los ojos esmeralda—

Los tres salieron de la casa y se dirigían al patio, justamente detrás del árbol y ahí vieron a Leonardo atado de pies y manos, con cinta en la boca.

—¡¿Cómo por qué lo trajiste a la casa?!
—preguntó la chica exaltada—

—Está aquí por qué al momento de decirme dónde estaba mi hijo fui por el, pero al ya irme de ese lugar lo mire y si lo dejaba ahí seguiría dando problemas, así que lo traje para que decidamos  que vamos a hacer con el —exclamó el mayor—

—Bueno, antes que nada saquemoslo de aquí, no se puede quedar aquí —dijo la
pelirroja—

—Oye ojitos, ¿Por qué no lo llevamos a la isla, digo, allá nadie se acerca y no podría huir por qué por lo que me has dicho, el muy imbécil no sabe nadar —exclamó el castaño—

—Oye es verdad bonito, llevemoslo allá, pero de una vez por qué puede despertar y será difícil volver a dormirlo —agregó el de piel morena—

Entre los tres subieron a Leonardo al bote que utilizaban para ir a pescar, Giulia se quedó en el pueblo por si llega su padre o la abuela del castaño. Luca y Alberto partieron rumbo a la isla.
en el trayecto hacía el lugar, el de los ojos verdes se sentía incómodo con Leonardo después de lo que había pasando, se soportó la idea de que, de alguna u otra forma le había sido “Infiel” a su novio.
Llegando a la isla, Alberto bajó del bote a Leonardo y lo subió a la torre, dónde lo amarró a una silla de manos, y pies, con una cinta en la boca.

—Luca, mi vida, tengo que hablar contigo sobre lo que pasó con este tipo, fue algo de lo cual me arrepiento que pasará —dijo el moreno cabizbajo—

—El menor no entendía la situación, ¿De que se trata ojitos?

—Para no hacer el cuento largo... lo hice con este tipo, no pude controlarme y terminé cogiendo con él, pero nada que ver cómo tú lo haces pececito —expresó el de ojos color esmeralda—

—Pero... ¡¿Cómo pudiste hacerme eso?!, ¡¿Qué no se suponía que solo lo harías conmigo?! —decía el menor con una mirada triste y con lágrimas que amenazaban con salir de sus ojos—

—Pero pececito, tu sabes que soy todo tuyo y tuve que hacerlo por nuestro hijo, por tí lo hice —dijo Alberto—

—¿Cómo puedes decir que lo hiciste por mí?, Nunca creí que tú fueras a traicionarme, eres un ojete y un hipócrita Alberto —dijo el chico de los ojos color chocolate con enojo—

—Ya Luca, no fue para tanto, además si no hubiera hecho eso, nuestro hijo no estaría aquí con nosotros, anda ven, dame un abrazo, lo siento, de verdad —dijo el moreno mientras se acababa lentamente a Luca—

El mayor lo abrazó, pero el castaño estaba incómodo por aquel abrazo que intentaba quitarse se encima al moreno hasta que pudo apartarlo de él.

—¡Eres una mierda!, no puedo creer que lo hicieras con el, según tu solo para tener de vuela a nuestro hijo, mejor acepta que te ganó la calentura, por qué de ti, eso es más creíble — Decía Luca con lágrimas en sus ojos—

el menor dió la medios vuelta para irse de ahí, Alberto lo tomó del brazo diciendo que aún no había terminado.

—Alberto suéltame, suéltame, te dejo con tu gran amor para que le hagas todo lo que quieras, ahora se quedarán solos— dijo el menor—

Luca llegó a su límite y sin avisar le soltó una bofetada al moreno con gran fuerza, provocando que esté lo soltará y el menor pudiera irse de ahí. Luca se introdujo al agua para ir a casa de sus padres, al llegar ahí su madre lo vió hecho un mar de lágrimas y preguntó; ¡¿Qué pasó hijo?! ¿Por qué vienes así?

—Es que... Alberto...me, me, me fue infiel mamá —decía el menor con cierta dificultad para hablar—


🪐🪐🪐🪐🪐🪐🪐🪐🪐🪐🪐🪐🪐🪐🪐🪐

Mi Corazón Es Todo Tuyo (LucaxAlberto +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora