Mi Corazón Es Todo Tuyo (LucaxAlberto +18)

Capítulo 48

Los primeros rayos del sol se comenzaban a dejar ver en el cielo, el menor despertó miró al moreno aún dormido abrazando a éste.

—Mi vida, yo sé por todo lo que pasaste anteriormente, te sentías sólo y de alguna u otra forma, yo también. Pero hoy, hoy nos tenemos uno al otro y jamás volveremos a estar solos.

—¡Realmente no puedo esperar a ver la cara de felicidad de Alberto cuándo vea una Vespa frente a el!, una Vespa para nosotros y  recorrer el mundo, tal como el lo quería hace seis años —decía el castaño en su mente— 

—De pronto el de la piel morena despertó y lanzo un bostezo para exclamar;

—Buenos días bonito, ¿Cómo durmió el amor de mi vida?—

—Buenos días guapo, dormí bien —Agregó el castaño—

—Qué bueno mi amor, bueno, vayamos al pueblo para ver los últimos detalles de nuestra boda. No puedo creer que estemos a un día para poder casarnos, por fin este sueño se hizo realidad —Argumentó el mayor—

—Yo tampoco lo puedo creer mi vida, y estoy algo nervioso para el gran día, siento mariposas en el estómago, pero me agrada, ya que es algo que siento por ti —Dijo el castaño para acto seguido dar un beso en los labios a su amado—

Ambos se levantaron de la cama, comieron la última porción de comida que tenían, tomaron a su hijo y salieron hacía Portorosso.
Al llegar pudieron ver a Giulia, la cuál está al verlos se fue a gran velocidad perdiéndose rápidamente entre las calles del pueblo cómo si tratara de ocultarse de ellos.

—Que raro que Giulia nos haya ignorado, ¿No crees mi amor —dijo el moreno—

—Seguramente está tratando de darnos una sorpresa ojitos, ya sabes cómo es ella, siempre quiere sorprendernos jeje
—exclamó el de cabello castaño algo nervioso con una leve sonrisa fingida—

—Claro... Bueno bonito, vayamos a ver a mi padre para ver si no se le ofrece algo y si no es así, ir los tres en familia a caminar por el pueblo, comprar comida, comer Gelato y ver el atardecer... Juntos —Comentó el mayor—

—Claro que sí mi cielo, sabes, desde hace mucho tiempo he querido que todo el pueblo nos vea juntos, como una familia y poder presumirte y sentirme orgulloso de que estás junto a mí y no con esa bola de envidiosas que te deseaban —expresó el menor—

El mayor soltó una pequeña risa para después dar un beso en la mejilla a su amado.
Al entrar a casa del hombre de bigote, este estaba en la cocina terminando de lavar los platos del desayuno.

—Buon Giorno Ragazzi, ¿Qué hacen aquí tan temprano? —expresó—

—Buenos días papá, solo veníamos para saber si no necesitas algo, ya sabes, ir a pescar o entregar algún pedido —comentó el moreno—

—No hijos, desde hoy hasta el miércoles no abriremos la pesquería, será un pequeño descanso para mí en lo que ustedes están en Génova, pero cuando regresen volveremos al trabajo —dijo el hombre de bigote—

—Está bien papá, si no se ofrece nada más, nosotros iremos a caminar por el pueblo, por cierto, ¿Sabes que le pasa a mi hermana? Es que al salir del agua la vimos, pero se fue rápidamente, como si tratara de evitarnos —exclamó el de los ojos color esmeralda—

—Ella dijo que tenía que hacer algunos pendientes, le tomaría todo el día, pero me comentó que se vieran a las 8:00 en el patio de la casa, no dió más detalles —dijo el gran hombre—

Los chicos accedieron, Alberto no entendía bien el por qué, mientas que Luca no podía esperar para las 8:00.
Se despidieron del hombre y salieron de su casa. En todo el día los muchachos estuvieron paseando por el pueblo, irían por comida, pero al final desistieron, ya que no sería necesaria en los próximos días.

Cada que pasaban frente o a un lado de una chica o chico y el castaño notaba que ponían sus ojos sobre Alberto, ya que este tenían puesta una playera sin mangas que dejaban ver sus grandes brazos y un short que llegaba poco arriba de su rodilla, el cuál dejaba lucir sus grandes y bien trabajas piernas, Se detenían frente a esa persona y el menor daba un beso apasionado a su amado mientras tocaba su trasero para después mirarlos con orgullo tratando de decir con la mirada; El es solo mío, y tú sólo te quedaras con las ganas de hacer lo que yo hago, es el mi futuro esposo y marco mi territorio en el.

Por su parte, el moreno sabía la intención de Luca al hacer eso, sólo se dejaba llevar por lo que su prometido hacía, al saber que lo hacía para dar celos a quién lo mirará, pues ya que los demás observaban en el sus bien trabajados brazos y piernas, y le agradaba que el menor marcará en el su territorio.

El día se fue con rapidez. Al llegar a la cima del monte Portorosso eran las 7:00 PM, habían llegado a tiempo para ver la puesta de sol. Ahí estaba la Familia Scorfano Paguro, mirando el atardecer mientas comían un Gelato.

—Oye ojitos bonitos, La razón por la cuál Giulia nos pasó desapercibida en la mañana, es por qué haría algo, algo que yo le pedí que hiciera, lo cuál es una sorpresa para ti, para el hombre del que me enamoré perdidamente hace seis años —Dijo el menor—

—¿De verdad bonito?, Ahora me entró la curiosidad por saber que es esa sorpresa que tienes para mí, aunque esté muerto de ganas de saber lo que es, prefiero no decir nada más y solo esperar.
De hecho, ya casi es hora de la cita, ¿Nos vamos de una vez?
—Expresó el se piel morena con impaciencia y con entusiasmo—

El menor accedió y rápidamente se dirigieron hacía casa de la familia del mayor, Alberto, durante el trayecto, preguntaba sobre lo que era aquella sorpresa, a lo que el menor evadía la pregunta con otra. En su interior, el moreno sentía desesperación por no saber lo que era aquella sorpresa.

Rápidamente llegaron al lugar, el chico de la piel morena estaba por abrir la puerta cuando fue detenido por el castaño.

—Espera ojitos, antes de que entres, quiero vendarte tus lindos ojitos verdes, pero sólo será un momento —expreso el menor—

—Esta buen bonito, pero solo lo hago por ti eh —exclamó el mayor con sarcasmo—

Acto continúo, el mayor se agachó un poco para que su prometido pudiera cubrir sus ojos. Una vez con el vendaje puesto, el castaño lo tomó de la mano y caminaron juntos hacia el patio, una ves dentro, Luca expresó;

—Ya puedes quitarte la venda guapo—

De inmediato el moreno se descubrió los ojos y no podría creer lo que estaba frente a el.

Una Vespa completamente nueva de color rojo, con un moño color blanco.
Al verla, sus lindos ojitos comenzaban a llenarse de lágrimas, las cuales amenazaban con salir de esos hermosos ojos color esmeralda.

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Ahhhhg, literal si quería llorar mientas escribía esto 😭❤️

Nos vemos en el siguiente capítulo mojarritas tomen agua ❤️✨