Capítulo 27

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Luca y Alberto estaban platicando en la habitación del mayor sobre como sería su vida ahora con un hijo.

—Oye ojitos, ¿En dónde vamos a vivir? No vamos a quedarnos a vivir aquí en casa de tu familia para siempre, ¿o si? —preguntó el castaño—

—No mi vida, para nada, en cuánto a eso, podemos ir vivir a la isla, ves que ese lugar es mío, bueno, ahora es nuestro, en lo que buscamos un lugar digno para vivir, lo hallaremos pronto —dijo el moreno—

—Bueno mi cielo, tienes razón, pero...¿De que vamos a vivir? acaso siempre trabajarás en la pesquería —exclamó Luca—

—Si mi pececito, pero...¿Por qué lo dices?, ¿Acaso te molesta que trabajé pescando?
—dijo el mayor con cierta tristeza—

—¡No ojitos, para nada!, solo es una pregunta, pero estoy considerando en trabajar yo también, puede ser contigo en la pesquería o en otro lado, pero el objetivo es que yo también haga algo por nosotros, para nuestro futuro y el de nuestro hijo —dijo el menor tomando de las mejillas al moreno—

—Luca, mi vida, ¿Pero de qué puedes trabajar tú?, no te ofendas pececito, pero no sabes hacer nada, ¿O sí? —dijo el mayor—

—Bueno igual y tengas razón, pero puedo aprender, así como tú lo hiciste, puedo trabajar dando clases a los niños de Portorosso o bien, en la heladería
—respondió el castaño pasando su mano detrás de su cuello—

—Tu solo piensa en helado pececito —dijo el moreno mientras se acercaba a los labios del menor—

Estaban a centímetros de los labios del otro, Alberto se lanzó hacía el menor y le dió un apasionado beso en los labios, Luca siguió el acto hasta que recordó que su hijo estaba aún lado de ellos y de inmediato separó sus labios de su amado.

—Oye ojitos más cuidado, no ves que nuestro hijo puede caer y... ya sabes a lo que le refiero, no hace falta repetirlo.

—¡Mierda!, tienes razón bonito, lo que nuestro hijo necesita es una cuna, para ahí ponelo mientras nosotros...ya sabes...nos portamos mal —dijo el moreno con una mirada pícara—

—¡Ay Alberto Scorfano!, deberás que tú calentura no tiene límites jajaja, pero esa idea de la cuna me parece bien, si quieres mañana mismo vamos a la carpintería para que la hagan a nuestro gusto, ¿Qué te parece? —expresó el menor—

—Pero bien que te gusta cuándo ando de caliente, no te hagas el inocente —dijo el mayor robándole un beso en los labios—

—Ya, anda vamos a dormir por que mañana tienes que trabajar y yo buscaré empleo
—dijo Luca—

—Oye, ¿y a nuestro hijo donde lo vamos a dejar?, no puede quedarse con nosotros en la cama bonito.

—¡Cierto!, Tú cuando duermes te mueves toda la noche, dejémoslo en el suelo, sólo será por un par de noches hasta que tengamos su cuna —dijo el menor—

Alberto sacó unas cobijas, y un par de almohadas, las acomodó en el suelo, justo a un lado de la cama y ahí pusieron a su hijo rodeado de las almohadas y cobijas.

—Buenas noches pececito de mi alma.

—Buenas noches ojitos bonitos—

Ambos se despidieron con un beso de buenas noches, y se durmieron abrazados de cucharita.

Alrededor de las 3 de la madrugada, Leonardo se hallaban fuera de la casa de los Marcovaldo, busco la ventana del cuarto de Alberto, ya que no sabía bien cuál era. Una vez que la halló, subió hacía ella y vió a ambos chicos dormidos abrazado uno del otro. Este moría de celos, como de costumbre.

—pagarás por quitarme a Alberto, al amor de mi vida, ya lo verás Paguro —dijo Leonardo en voz baja—

Este entró por la ventana del cuarto del moreno y vió al huevo de ambos, y sin más, lo tomo y dejó una carta en su lugar, marchandose silenciosamente del lugar.

En el reloj marcaban las 7:05 AM, Luca despertó y lo primero que hizo fue ver al amor de su vida dormido, acurrucado en su pecho y le dió un pequeño beso con ternura en la frente.

El chico se dió media vuelta para ver a su hijo, al no verlo grito a todo pulmón;

—¡¿EN DÓNDE ESTA MI HIJO?!

lo que hizo que Alberto despertará asustado y confundido,

—¿Qué pasa pececito?, ¿Por qué gritas?
—dijo el moreno seguido de un bostezo—

—¡NUESTRO HIJO...NO ESTA, SE LO LLEVARON! —dijo el castaño asustado—

—¡¿Pero como qué como que no está?!
—dijo el mayor—

al escuchar el grito del castaño, Massimo y Giulia entraron rápidamente a la habitación.

—¿Qué paso Luca?, ¿Por qué ese grito?
—dijo la pelirroja—

—mi hijo... a... alguien se... se lo llevó 
—decía Luca llorando con dificultades para hablar—

—¡Miren!, ahí hay una especie de carta, justo dónde debería de estar mi nieto; dijo el señor Marcovaldo señalando el lugar.

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Suspenso eh jsjs

Nos vemos en el próximo capítulo mojarritas tomen agua ❤️

Mi Corazón Es Todo Tuyo (LucaxAlberto +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora