Capítulo 24.

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-Te quieren alejar de mí...- Susurró la pelirroja mirando al cielo.

Su rostro perfecto y hermoso lucía espectacular bajo la luz de la luna.

-Sí, eso planean hacer.- Confesé. -Pero no lo van a lograr.- Sonreí intentando darle un poco de ánimo. El cuál no fue suficiente.

Sus ojos brillaban, y no era el brillo que me gustaba ver. Era aquel destello de lágrimas que tanto me dolía observar.

-Lo harán tarde o temprano..- Susurró con la voz rota. Mi corazón se achicó al escucharla.

-No lo harán, no voy a permitirlo.- Pasé uno de mis brazos por su cintura. -Lo prometo.

-No hagas promesas que no puedes cumplir.- Susurró pasando saliva.

-Lo voy a cumplir, confía en mí..- Recargó su cabeza en mi hombro. Pasó ambos brazos por mi torso y le abrazó con fuerza.

-Confío mucho en ti.- Susurró apretándome un poco. Deposité un pequeño beso en su cabello y sonreí mirando al cielo.

-Sadie...- Susurré.

-¿Hmm?- Acaricié su espalda con cuidado.

-No solo es una promesa, es un juramento.- Suspiré. -Te amo, y no pienso dejar que me alejen de ti.

-¿Me amas?- Susurró. No era necesario mirarla para saber que estaba sonriendo.

-Más de lo que te imaginas.

Sonreí apartando mi mano de la fotografía. Había iniciado como un día horrible y terminó con algo adorable. Todo era parte de la esencia de Sadie, siempre lograba mejorar los malos días.

Continué mi recorrido por la pared, hasta dar con un pequeño marco sin cristal, parecía haberse roto.

-Así que... Por primera vez en la historia la señorita Sink sufrió de celos.- El rostro de la pecosa se tornó de rojo en segundos.

-No me gusta sentirme así.

-No pienso darte motivos para que te sientas así.- Sonreí. -Me divirtió simplemente el rostro de Joseph, no se esperaba que fueses a golpearlo.

-Creeme que ni siquiera yo lo esperaba.- Murmuró apenada. -Sabes que odio la violencia pero no pude controlarme, perdón.- Negué con una sonrisa.

-No te disculpes conmigo, disculpate con él y su entrepierna.- Reí logrando que su sonrojo aumentara. -¿Cómo te sentiste?- Tomé sus manos con cuidado y me acerqué un poco más a ella.

-Como una maldita posesiva.- Susurró. -No se siente bien.

-No, nunca se siente bien.- Susurré mirando su rostro con una sonrisa. -Sé que te sientes mal, pero no dejes que te afecte demasiado.- Solté una de sus manos y acaricié su mejilla con lentitud. -No tenía intenciones de que te sintieras así, solo intenté ser amable y- Ni bien pude terminar cuando sus labios se estrellaron contra los míos, tomándome completamente por sorpresa.

Suspiré bajando ambas manos a su cintura. La sentí sonreír. Eso solo generó más mariposas en mi estómago, se sentía tan bien.

Colocó sus manos sobre mis hombros. Di un par de pasos hacia delante hasta que chocamos contra la pared. Sadie se separó un poco y suspiró con una sonrisa.

-Tiraste un marco.- Susurró soltando una risilla. Miré el piso, y efectivamente había un marco en el piso.

-Se rompió...- La miré de nuevo. -Las ganas me ganaron.- Volvió a reír. Besó brevemente mis labios y me acercó a ella de nuevo.

-No te voy a culpar..- Susurró cerca de mi oído. Sonreí como idiota.

-Sé que no...- Comenzamos otra ronda de besos.

Aparté la vista del cuadro. No era momento para recordar cosas así, aún no me acostumbraba del todo a esto.

Estando hundida en mis pensamientos logré escuchar pequeños golpes en el techo de la casita, seguido de esto un trueno resonó por toda la zona. Estaba lloviendo. Miré la puerta del lugar.

El frío golpeaba mi rostro, y las gotas de agua caían por mi rostro. Me dolía el torso y la nariz. Pero necesitaba subir a la casa del árbol, quería estar con Sadie, era lo único que pedía.

Subí las escaleras a mi ritmo, tan rápido como podía. Estaba casi congelandome. Agradecí al universo en cuanto logré ver la puerta de la casa.

Con todo el esfuerzo que pude abrí la puerta, casi tirándola de la fuerza que puse. De inmediato me encontré con la vista preocupada de la pelirroja.

-Mills...- Dejó todo de lado y corrió a verme. -¿Qué pasó? Estás empapada...- Me llevó con cuidado al sofá.

-Joseph..- Susurré recargandome y sobando lentamente mi costado izquierdo.

-¿Qué pasó?- Levantó un poco mi camisa. -Mierda...- Susurró pasando su dedo sobre la zona afectada. Pegué un brinco de inmediato y me quejé. -Perdón..- Suspiró.

-Pensé que éramos amigos..- Susurré cerrando los ojos. -Pero en cuanto vió la oportunidad... Quería hacerme "cambiar".- Murmuré. -Asqueroso hijo de perra..- Tomó mi mano con cuidado.

-Su madre no tiene la culpa.- La miré.

-Si me das un beso me sentiré mejor.- Rió por lo bajo.

-Mejor vamos a sanarte, luego piensas en besos.

Hice una mueca mirando la puerta. Sadie parecía estar conmigo todo el tiempo, ya sea en un buen o un mal momento.

Mis padres tenían un afán con separarnos, aún no me quedaba claro por qué era exactamente. Teóricamente hablando diría que son homofóbicos y por eso me querían lejos de ella, pero algo me hacía creer que se trataba de algo mucho más grande. Lo único que sabía era que su pensamiento siempre fue muy erróneo, se dejaban llevar mucho por el famoso qué dirán. Siendo que a mí siempre me importó una mierda lo que los demás pensaran de mí.

O al menos eso era actualmente. Miré el techo del lugar, parecía no haber goteras de las cuales preocuparme. Quizá mi única preocupación ahora era la pelirroja dormida en un sofá no muy cómodo.

Pensé por un momento en llamarle y llevarla a la cama, pero se veía tan linda estando dormida que no quería molestarla con eso.

Caminé de nuevo, acercándome a la chica que en otro momento consideré el amor de mi vida. Volví a tomar asiento frente a ella, detallando de nuevo sus facciones. No me cansaba de verla, era imposible explicar la belleza de Sink.

-¿Por qué tienes que ser tan linda?- Susurré con una boba sonrisa en mis labios.

No cabía duda alguna que estaba completamente atada a esta chica. No era muy creyente de muchas cosas, pero lo que he podido ver de nuestra relación previa, me hacía creer que no faltaba mucho para caer a sus pies nuevamente. A pesar de no tener mucho tiempo conociéndola, sentía que ya había una conexión, algo que aún no terminaba.

Aún tenía millones de dudas respecto a su pasado y su presente, siempre he sido yo el tema de conversación. Pero me comían las ganas del interés que tenía sobre su vida.

-Necesito saber más de ti...- Susurré.

Casi como respuesta, escuché su respiración agitarse.

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Hey!

Soooon pololaaaaas, seeee aaaamaaaan, seee vaaan a chaaapaaar... Un día de estos:)

¿Qué les parece?

3/4

By: Muffinisaurus_Rex8

ᴛʜᴇ sᴄɪᴇɴᴛɪsᴛ [sɪʟʟɪᴇ] (CANCELADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora