Capítulo 53.

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Pasadas las horas (que sentí como minutos), finalmente terminamos de acomodar la ropa dentro de los bolsos y emprendimos el camino a la antigua casa de Sadie. No tardamos mucho en llegar, ya que cada una iba perdida en sus propios pensamientos.

-Puedes dejar los bolsos junto al clóset.- Habló una vez que entramos en su habitación de la casa. -Iré a la cocina un momento, ya vuelvo.- Me dedicó una sonrisa antes de salir. Hice una ligera mueca una vez que se fue.

No pasamos de besos y sonrisas estando en mi casa, estábamos bien y muy cómodas. Hasta que escuchamos algunos murmullos en la planta baja y tuvimos que irnos lo más rápido posible. Y a pesar de tener una caminata tranquila, pude notar los nervios de la pelirroja. Que probablemente estábamos en la misma situación.

Dejamos algo pendiente, eso está bastante claro.

¿Eso puede generar tensión? Por supuesto que lo hará. ¿Podría generar incomodidad? También es demasiado probable. ¿Hay una línea delgada entre ambas opciones? Definitivamente. ¿Tenía idea de cuál pasaría primero? En lo absoluto.

Solo me queda esperar lo mejor e intentar no pensar de más todo este asunto. Porque quién sabe, quizá para Sadie no sea tan importante, y solo sea yo quien esté pensando mil cosas por minuto.

Lo más probable es que sea eso.

Suspiré dejando los bolsos justo donde la pecosa me dijo que los pusiera. Me sentía un poco cansada a pesar de no haber tenido mucho hoy, que igual la culpa puede ser del día anterior. Aún me dolía la herida en mi sien, y de hecho, podría jurar que ha empezado a punzar un poco.

No tenía idea de si eso era normal o significaba que realmente tendría que ir al hospital. Cosa que me negaba a hacer en todos los sentidos.

Y para evitarme alguna infección o algo por el estilo, decidí llamar a Maya.

-Brown, ¿Dónde estás?- Escuché en la otra línea apenas tomar la llamada. Fruncí ligeramente el ceño.

-En la antigua casa de Sadie..- Respondí dudosa. Logré oír un suspiro de su parte. -¿Está todo bien? ¿A qué se debe la pregunta?

-Nada, simplemente quería saber que no volviste a tu casa. Estaba por llamarte pero me ahorraste el gasto.- Rodé los ojos con una sonrisa.

-Maya, ¿Puedes venir? Necesito saber si la herida va bien o..- No me dejó terminar.

-Voy en camino, pasaré por Natalia a su trabajo e iré para allá. ¿Compraron algo de comer?

-No..

-¿No han comido nada..?- Si casi comerme a la pelirroja a besos cuenta como nada, pues en ese caso sí, no he comido nada.

-No, solo compramos el almuerzo en la escuela, pero fue muy temprano.

-Entonces llevaré comida para ustedes.- Volví a sonreír. -Llego en treinta o cuarenta minutos, esperenme.

-Te esperaremos.- No dijimos nada más y colgué la llamada.

Guardé mi teléfono en el bolsillo de mi pantalón y salí de la habitación de Sadie. Iba a decirle que Maya estaba en camino y que traería comida, por si acaso ella planeaba cocinar algo. Lo cual dudo, ya que aquí no hay muchas cosas que no sean enlatadas o solo hay cosas que son 0% veganas.

Una vez en la cocina observé a la pelirroja.

Tenía en una mano una lata de lo que parecían ser frilojes. Mientras que en su otra mano sostenía su celular, mirando la pantalla con una sonrisa. Levanté una ceja con curiosidad y me acerqué a ella.

ᴛʜᴇ sᴄɪᴇɴᴛɪsᴛ [sɪʟʟɪᴇ] (CANCELADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora