Capítulo 58.

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20/09/2020

Los rayos del sol entrando por la ventana se volvían cada vez más insoportables. Y a pesar de ser un fastidio, decidí que sería algo que no me molestaría el día de hoy. No después de todo lo que hice con la pelirroja la noche anterior.

Que hablando de ella, parecía que no tenía intenciones de despertar aún. Parecía estar muy cómoda mientras me abrazaba por la espalda. Sinceramente no la culpaba, aunque ahora me daba un poco de vergüenza admitir que su cansancio fue gracias a mí. No me arrepentía y sé que ella tampoco lo haría, por lo que, realmente estaba bastante feliz con todo este asunto.

Fue una noche muy caótica, en muchos aspectos. Creo que nunca había sentido tantas emociones en un solo día. Empecé el día siendo una bolita de nervios, para terminar siendo una chica feliz y complacida.

Sonreí inmediatamente al recordar ciertas cosas de la noche anterior que no querían escapar de mi mente, y agradecería que nunca lo hicieran. La cosa más importante y que más me había encantado de todo, fue conocer esos misteriosos tatuajes que Sadie escondía en día de clases. Nunca los había visto, pero justo ayer pude ser testigo de lo increíblemente atractiva que se convertía una persona portando tatuajes.

—Jammie.. —sentí un pequeño escalofrío al escuchar su voz cerca de mi cuello. Me había echo cosquillas.

—Buenos días, Dodger —reí girandome un poco para ver su rostro adormilado—. Finalmente despiertas —también soltó una pequeña risa y me miró sonriente. Aún batallaba un poco en abrir los ojos.

—¿Cuánto tiempo llevas despierta? —susurró. Su voz sonaba ligeramente ronca y eso me hizo sonreír aún más.

—No más de diez minutos.

—¿Por qué no me despertaste? —se separó completamente de mí tallando un poco su rostro.

–Para empezar, te veías muy tranquila durmiendo así que decidí esperar. Y además, ni siquiera podía moverme de lo aferrada que estabas a mí —me giré para verla de frente. Ante mi comentario se sonrojó un poco, pero aún así no borró su sonrisa.

—No quería despertar y que no estuvieras aquí.. —murmuró convirtiendo su linda sonrisa en una ligera, pero dolorosa mueca. Fruncí el ceño confundida.

—¿Por qué no estaría? —acorté un poco la distancia y acaricié su mejilla. Soltó un pequeño suspiro y desvió la mirada— ¿Tengo que recordarte quién acordó de ponerse ropa por si alguien entraba en la mañana mientras dormíamos? —volvió a sonrojarse y sonreír tímidamente—. Si mi plan era despertar contigo, Dodger. No entiendo porqué pensarías algo así.

—No lo sé, pensé que tal vez te arrepentirías.. —alcé mis cejas y abrí la boca con sorpresa.

—¿Sabes qué? No diré nada al respecto, porque cuando te veas el cuello al espejo, te va a quedar muy claro que sentí de todo menos arrepentimiento —casi por inercia llevó sus manos a su cuello. Sonreí cuando su rostro comenzó a enrojecer de nuevo—. Ahora, si me disculpas, iré a abajo y desayunaré, porque me estoy muriendo de hambre.

Me miró atenta, sin decir nada más. Sé que estaba aguantando una sonrisa por la mueca de alegría que apareció en su rostro.

Ahora lo único que nos esperaba, eran las mil preguntas que nos harían nuestros amigos. Porque las marcas en el cuello y hombros eran claras. Y sería aún más obvio intentar cubrirlas con otra prenda. Además de que Sadie no contaba con maquillaje en esta casa, sé que su maquillaje de la noche anterior fue patrocinado por Chiara gracias a eso mismo.

Lo único que quedaba era soportar las risas y quizá un par de sermones por abandonarlos en la fiesta.

Y eso era lo que esperaba, pero al bajar, me encontré con un contexto mil veces mejor.

ᴛʜᴇ sᴄɪᴇɴᴛɪsᴛ [sɪʟʟɪᴇ] (CANCELADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora