ᴛʜᴇ sᴄɪᴇɴᴛɪsᴛ [sɪʟʟɪᴇ] (CANCELADA)

Capítulo 25.

-¿Sadie?- Susurré al ver su ceño fruncirse entre sueños.

Comenzó a moverse mucho por lo que me puse de rodillas para ver qué podía hacer.

-¿Sadie me escuchas?- Murmuré de nuevo intentando sonar calmada.

De pronto se sentó de golpe, aún con los ojos cerrados. Un par de lágrimas bajaban por sus mejillas. Murmuraba cosas que no lograba entender del todo, no sabía qué hacer así que decidí tomar sus manos con delicadeza, intentando no asustarla.

-Pelirroja... Estoy aquí, contigo.- Apretó los ojos y negó.

-No griten...- Susurró. Acaricié sus manos con cuidado.

-Solo estamos tú y yo, no hay gritos.- Susurré.

-Quiere golpearme... Lo hará, se escucha cerca...- Sollozó. -Está aquí..- Abrió los ojos en completa paranoia. Buscaba con su vista por todos lados, una vez que bajó su mirada y se encontró mis ojos, sus músculos se relajaron.

-Hola dulce pecosa.- Susurré con una sonrisa.

-¿Dónde está?- Pasó saliva apretando mis manos.

-¿Dónde está quién?- Me dió un jalón acercándome mucho a ella.

-Papá... ¿Dónde está papá? ¿Ya se fue? ¿Te hizo algo?- Soltó mis manos colocando las suyas en mi rostro. Observó detalladamente, intentando buscar alguna herida.

-¿Tu papá?- Asintió. -No ha estado aquí.- Suspiró aliviada y soltó mi rostro.

Me levanté y sacudí mi ropa tranquilamente. Sonreí de lado me senté junto a ella. Casi de inmediato me abrazó por la cintura, escondiendo su rostro en mi cuello.

-Si te molesta me quitaré..- Susurró. Negué con la cabeza y acaricié su espalda.

-No me molesta, puedes seguir así el tiempo que quieras...- Asintió. -¿Estás bien?- Negó.

-Fue como... Una pesadilla.- Murmuró en un suspiro.

-¿Quieres contarme?

-Prefiero no hacerlo ahora...- Se separó un poco con una leve sonrisa. -Es una consecuencia del estrés post traumático.- Cerró sus ojos un momento. -Odio esto...

-¿Es hora de que tomes tu medicamento o...?- Negó de nuevo abriendo sus ojos.

-Aún faltan un par de horas...- Me soltó por completo y sobó su nuca.

Tomé sus mejillas con cuidado y acomodé su cabello detrás de su oreja. Apartó la mirada levemente sonrojada. Sonreí acariciando sus pómulos lentamente.

-¿Necesitas algo?- Susurré.

-¿Sería raro pedirte... Que te quedes conmigo hoy?- Su rostro se tornó aún más rojo.

-No, no es raro.- Reí ligeramente. -Puedo quedarme, Louis me cubre de cualquier forma.- Sonrió.

-¿Quieres quedarte aquí o vamos a la casa?.

-Está lloviendo, esperemos aquí y luego iremos a la casa, ¿te parece?- Asintió suspirando.

[...]

-Así que tus hermanos mayores construyeron este lugar...- Pregunté observando las cosas a mi alrededor.

-Sí, también papá y un arquitecto ayudaron.- Rió sosteniendo mi mano con tranquilidad.

-Me lo esperaba.- Reí. -Está muy bien hecha para ser una simple casa de árbol.

-Es especial, no simple.