XXXVIII

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Después de contarle mis planes, Gideon se encargó de llevarme a la biblioteca, me dio libros de historia, biología, química, anatomía, botánica, taxonomía, astrología y geometría, dijo que el conocimiento puede salvar y matar ; estuve leyendo esos malditos libros durante horas que me parecieron días, en mi anterior vida ni siquiera estaba interesado en los estudios y los maestros no se atrevían a ponerme una nota baja o reprobarme, ahora Gideon no me dejaría ir de esa polvosa biblioteca si es que no transcribía unos cuantos capítulos de cada libro, mi mano se acalambró después de escribir plana y cuando pensé que iba descansar un poco, Auguste ya me estaba esperando para comenzar el entrenamiento

Nos desplazamos a un tipo de arena subterránea, era muy grande, enormes y numerosas antorchas iluminaban el lugar

Auguste extendió su mano y en ella se empezó a formar una bola negra: la oscuridad estaba tan concentrada que empezó a parecer un líquido viscoso y después esa viscosidad fue desapareciendo para hacerse sólido y llegar a la forma de una daga con la hoja curveada; todo eso lo había hecho en cuestión de tres segundos. Él me la entregó

-Debes aprender a hacer esto en menos de un mes- Luego se dio la vuelta y se fue.

En cuanto me encontré solo en ese gran lugar, empecé a hacer lo que había dicho pero concentrar la oscuridad no era tan fácil como parecía, lo intenté una y otra y otra vez sin ningún resultado, intenté atraer la mayor cantidad de oscuridad que podía y después con una menor cantidad pero nada lo hacía más fácil, empezaba a marearme, algo que nunca había pasado por el uso de la oscuridad

-¿Quiere agua, joven amo?-  se acercó a mí con un vaso de agua y una sonrisa. Desde hace rato había llegado la niña con los cuernitos y me había visto entrenar. Estaba estresado, la necesidad de matarla inundó mi cuerpo, me imaginé destrozando ese pequeño cuerpo, imaginé sus gritos y su cara de desesperación, sangre por todos lados y su cuerpo inmóvil después de haberme divertido lo suficiente; en cuanto volví a la realidad, la niña estaba temblando, pude notar que apenas se estaba manteniendo de pie, su cara estaba extremadamente pálida y, aunque tenía una sonrisa forzada, de sus ojos salían unas pequeñas lágrimas; el agua en el vaso se estaba derramando y apenas me percaté de la gran cantidad de sed de sangre que había dejado salir, aún así no la volví a ocultar y aprecié un poco más de su reacción, se notaba que no era la primera vez que su vida corría peligro. Una parte de mí deseaba en realidad matarla lo más dolorosamente posible y descubrir nuevas expresiones, pero la otra parte quería dejarla huir 

-Lárgate de mi vista- La niña se estremeció al escuchar mi advertencia pero me divirtió la forma en que intentaba mover con todas sus fuerzas ese pequeño cuerpo frente a la presión de mi deseo

-Joven amo, creo que lo mejor es que descanse por hoy- Gideon estaba en las gradas, lo había sentido entrar al lugar y había tenido curiosidad si me iba a detener o me iba a dejar descargar mi estrés en una pequeña niña

-[sigh]...me alejé de la niña y me dispuse a salir del lugar seguido por Gideon

-Yo le prepararé el baño de hoy, joven amo- esperé hasta que mi baño esté listo y en cuanto salió Gideon me dijo que estaba preparado

- Retírate

-Si, joven amo

- Ten en cuenta que hoy fuiste una molestia- le dije antes de que cerrara la puerta

- Mis más sinceras disculpas, no volverá a ocurrir

Me lavé, me metí a la cama y aún acostado intenté incontables veces condensar la oscuridad que ahora era un poco mas densa sin tanta luz, lo que se supone sería más fácil, sin embargo, con la ausencia de luz, la oscuridad se volvía total, como no poder la figura de una de las sombras en medio de la oscuridad, aún así lo intenté hasta quedarme dormido.

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-Lo que sabes de tu elemento es lo básico de lo básico de lo básico, la oscuridad y la luz existieron y existen mucho antes que cualquier elemento físico, sin embargo, mi conocimiento también es básico en comparación a un todo, es igual con la luz, aquel llamado Akira es el dueño de los "inquisidores", seres creados a partir de la luz, llamados así para cazar a todos aquellos que simpatizaban con la oscuridad, fueron entregados poco después que legión; al presenciar la caída de los ángeles y su inminente extinción ellos intervinieron y salvaron a unos cuantos, creo que para este momento deben estar bien en números y estarán empezando a aumentar de rango en cuanto estén seguros. 

- ¿Entonces puedo crear más sombras?

- Estos siglos he intentado crearlos, pero sin el mínimo éxito. Los ancestros de los dos dragones pactaron no revelar más conocimientos de los necesarios para mantener un orden, respetando esto, no se nos reveló cómo crear todas esas marionetas y fueron entregadas hechas como un ejército personal que solo pueden morir por sus opuestos

No sabía si en realidad eran marionetas, muchas veces pude sentir sentimientos provenientes de ellos, como el nerviosismo o aquel sentimiento que aprendí de Lea, entrega y devoción

-Eso quiere decir que no pueden ser heridos por los elementos físicos?

- No, pueden sufrir bastante por los ataques de los elementos físicos y pueden estar fuera de combate por meses, sin embargo, cuando un inquisidor es derrotado por uno de mis soldados es como si la luz fuera devorada. No está de más aclarar que en esos tiempos perdimos una gran cantidad de tropas, y que ellos evolucionan con su amo, no pueden ser más fuertes que tú y deben ser lo suficientemente capaces de protegerte y cumplir con tus espectativas. En pocas palabras ellos no son seres individuales, sino que una de las muchas extenciones de tu poder, no debes tomarlas como algo más que eso.

Nací Como Un Híbrido BastardoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora