XXVII

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Al pasar por varios caminos de mercaderes, Seth se tomó la molestia de evitarlos y no matarlos a petición de Lea y, ya que sus peticiones eran muy pocas, Seth no podía evitar cumplirlas ya que no estaba cómodo con la relación amo-esclavo que Lea acostumbraba, aunque tampoco la consideraba del todo inútil. Lea, por el contrario, lo consideraba como un amo sabio y considerado y con una mentalidad de esclavo estaba desbordando felicidad al ver la sonrisa de su amo cuando ella cumplía satisfactoriamente una de sus ordenes y planeaba fortalecer su relación de alguna u otra forma.

Al ser cortadas en el tiempo en el que debieron ser manipuladas para su control, las alas de Seth actuaban ante emociones o peligro lo que le complicaba bastante las cosas a Seth, ellas fueron las que rompieron el anillo y buscaron la supervivencia de Seth ante el dolor provocado por el dragón así que durante este tiempo entrenó en controlarlas enfrentándose a seres mucho más fuertes que él sin tener mucho éxito, era evidente que eran mucho más fuertes que su portador así que consideró seriamente en cortarlas, pero a la vez eso hería mucho su orgullo. Fueron días y noches sin descanso para poder domarlas un 70% 

Seth era muy bueno en ataques contra seres razonables y Lea muy buena en ataques contra animales, sabía además sus debilidades por ver sus características y también tipo y nivel en los que estaban clasificados, dijo que uno de sus maestros estudiaba morfofisiología animal y que gracias a eso ella había aprendido un poco sobre diversas cosas dependiendo su clasificación. Cada uno enseñaba lo que sabía al otro

Pasaron varias semanas y planeaban llegar al bosque de las hadas en un día más, los entrenamientos eran intensos y la confianza había incrementado en gran medida por parte de Seth, o eso es lo que había percibido Lea que había creado un plan para que esa noche cumpliera con el servicio completo; acamparon en un lugar cercano a una laguna, entrenaron, cenaron y para suerte de Lea pudieron ducharse. Como de costumbre ella se preparó para dormir primero, se dio una ducha y lavó algo de ropa; mientras Seth siguió entrenando por otras tres horas.

Después de darse una ducha y revisar que la pequeña muralla que había creado Lea estuviera intacta entró al domo y no le dio mucha importancia a la posición inusual de la fogata esa noche pensando en una estrategia para poder infiltrarse o ser invitado a su destino, inmerso en sus pensamientos se acostó sin darle mucha importancia a su alrededor, momentos después sintió que una fuerza desconocida atraía su mano a un lugar suave y cálido, volteó a ver y Lea se encontraba desnuda tomando su mano y situándola en sus pechos

<Agh, que molesto> -¿Qué haces?

- Y..yo, le estoy sirviendo, mi señor- contestó avergonzada con las mejillas sonrojadas 

Ella no estaba tan mal, había sentido su cuerpo varias veces mientras corregía su postura; quitando el hecho de que tiene 12 años (aunque por la sangre se desarrolla un poco más rápido) y yo tengo edad mental de por lo menos 20 es bastante bonita

-Deja de jugar y duérmete, mañana llegaremos al bosque de las hadas-Seth se soltó, y la ignoró pensando en la estrategia, sintió una mano temblorosa escabulléndose por las sábanas, la tomó de la muñeca -dije que dejaras de jugar- otra mano empezó a tocar su torso de forma torpe 

-Pero yo quiero seguir jugando- la luz de la fogata a las afueras del domo se reflejó en sus ojos dejando ver una gran lujuria que me dejó sin palabras, sin darme cuenta me montó y empezó a besar mi cuello <ugh, niña precoz. Tengo cosas más importantes que hacer que saciar tus necesidades> la tomé de las manos y cambiamos de posición la dejé inmovilizada

Él se encontraba encima mío, yo me había preparado para esta noche desde hace tiempo pero no podía evitar tener miedo, las preguntas de si va a ser gentil o brusco o si va a doler mucho o se va a sentir bien inundaron mis pensamientos. La luz de la fogata era perfecta para que dejara ver lo suficiente y a la vez limitara el sentido de la vista así que lo miré a los ojos, esos ojos fríos color sangre y su cara aún inexpresiva de alguna forma me hicieron sentir una corriente de electricidad en la espalda, lo imaginé de tantas formas que estaba desesperada por sentirlo, cerré los ojos en espera del primer beso

-No me gustan las niñas- me quedé en blanco al escuchar esas palabras, él me soltó y se alejó para después escuchar que claramente se había quedado dormido 

Una vez más Lea no pudo dormir y se prometió que crecería bien para poder servir a su amo en todos los aspectos, a la siguiente mañana Seth actuó como de costumbre y Lea se veía mucho más motivada

Al anochecer se encontraron con aquel río que separaba al bosque de las hadas de nosotros y que era protegido para no ser cruzado por cualquiera.

Nací Como Un Híbrido BastardoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora