XLVII

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Seth se sentó en la misma piedra en la que estaba sentado con una sonrisa en la cara, Lea sacó sus dos espadas y se preparó para atacar

-Tres se acercan a tus doce

Tres hombres con armadura de un lustroso color negro y con un símbolo rojo en sus pechos se acercaban rápida y silenciosamente, todos tenían sus rostros cubiertos 

No estaba seguro de si Lea podría contra ellos, no estaba seguro si podría con uno solo, eran soldados que por la forma en la que se movían se notaba que eran fuertes, más que eso, eran demonios que tenían el don de la guerra en sus venas

En cuanto se acercaron lo suficiente Lea empezó a atacar, fue casi cortada por la mitad en los primeros segundos de la pelea, tres contra una pequeña.

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Seguía siendo mi amo, no había cambiado en absoluto, aquel que puede mostrar un rostro compasivo y segundos después uno sin piedad alguna. Estaba feliz de que mi petición fuera aceptada; nunca más me dejaría atrás, me mataría antes de hacerlo.

Debía mostrarle mi valor, había vuelto con otra chica, no era débil, una chica que seguro le sería de utilidad en el futuro, al dejarme en este lugar me dejó en claro que no soy indispensable para él y que sería desechada en cualquier momento. No estaba enojada...no tanto, regresó con alguien fuerte que lo acompañó todo ese tiempo que lo volvió mucho más fuerte de lo que ya era, me había quedado atrás, claro que había entrenado, pero la ansiedad que sentía cada vez que me alejaba de la puerta me hacía querer vomitar.

Mis dos espadas ahora estaban un poco más viejas 

- Tres se acercan a tus doce- Habló con esa voz que hace que mi corazón lata un poco más rápido.

Los vi, eran soldados intimidantes; intenté ignorar todo sentimiento de inferioridad y corrí hacia ellos con un grito de guerra, sus espadas rozaban mi cuerpo creando heridas poco profundas, no había forma de atacar, si descuidaba aunque sea un poco mi defensa todo se acabaría, aún así los mantenía lo suficientemente ocupados para que no fueran por mi señor a nuestras espaldas, no hablaban, no se comunicaban hablando, se podía ver que su entrenamiento era impecable, atacaban sin estorbar a su compañero, los cortes en mi cuerpo aumentaban, esta lucha no iba a ningún lado, por más que intentaba desequilibrarlos o atacarlos con mi tierra control, ellos atacaban con bolas de fuego o muros mucho más resistentes que los míos, dos de ellos utilizaban el fuego y uno la tierra, perdí la cuenta de las veces que estuve a punto de morir,  yo era la única recibiendo daño, mire por un segundo a mi señor, su expresión era como si estuviera viendo algo patético, mi corazón dio un vuelco, una oleada de emociones inexplicables llenó mi cuerpo, ahora yo atacaba, recibía más daño y cada vez que mis espadas chocaban contra la armadura, estas rebotaban, el cansancio empezó a afectarme cada vez más, en cuanto me alejé para tomar un poco de aire uno de ellos arremetió con la espada en llamas directamente a Noah. Mi cuerpo actuó por si solo y en cuanto me di cuenta estaba a unos milímetros de la espada, protegiendo a mi amo. Y tres cuerpos inertes atravesados por picos completamente negros que había salido de la tierra; tardé poco en darme cuenta que habían cortado profundamente mi pierna y costado.

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Lo que había sucedido en unos cuantos segundos había convencido a Seth que esa niña seguía siendo de alguna ayuda, a pesar de haber sido gravemente herida sacó la fuerza para llegar a su lado y protegerlo a costa de su vida, además de haber evitado que la cortaran en lugares críticos. Ahora había visto claramente lo que le faltaba para hacerse más fuerte. No hubiera podido contra esos soldados, y él lo sabía desde el principio, aún así demostró una lealtad extrema. 

Seth retrajo las púas de oscuridad materializada que habían atravesado los tres cuerpos enemigos y el sonido sordo de sus cuerpos cayendo al suelo hizo que Lea cayera sobre su rodilla.

Seth se puso en frente de ella y acarició su cabeza -Bien hecho- le dijo con una sonrisa amable, ella respondió con una sonrisa de alivio -Descansa, después te entrenaré adecuadamente- una de sus heridas no sangraba, habían utilizado fuego y a la otra no le dio importancia, en cuanto dijo esas palabras ella cayó al suelo, <Mientras seas útil te otorgaré algo de mi amabilidad y atención> pensó Seth mientras se alejaba y materializaba un arco negro, estiró y apuntó hacia el cielo -Ya viste suficiente- soltó la flecha y esta pegó contra lo que parecía ser un vidrio, los pedazos cayeron y desaparecieron casi al instante.

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-Mmmm~ no esta tan mal- en un espejo roto se reflejó el rostro de un hombre de pelo negro y ojos rojos -Alastor

-Si, mi rey- contestó el mayordomo

- Informa a la academia que pronto llegará otro príncipe

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Gracias por leer. Espero que les haya gustado, no duden en dejar un comentario si así fue... la verdad no estoy muy confiada sobre lo que escribo (-_-;) así que me gustaría saber qué opinan. 

Nací Como Un Híbrido BastardoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora