C u a t r o

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- ¡Mi mano se ha congelado! ¿Qué demonios paso?- Grito Mark. Tu trataste de ocultar tu sonrisa cuando Jack le saco la lengua al chico.

- ¿De quién eres, cariño?- Dijo Mark en algo parecido a un ronroneo, definitivamente estaba coqueteando contigo. Tú lo miraste confundida, por su repentino cambio de humor, pero después caíste en la cuenta de lo que estaba haciendo y tu mirada confusa cambio a una de desprecio.

- ¡Definitivamente, no soy tuya¡- Le gritaste con frialdad mientras te ponías de pie y caminabas lo mas lejos de él que te era posible.

Mark, sin rendirse, empezó a caminar detrás de ti, pero Jack puso un hielo resbaladizo debajo de él, lo que hizo que se cayera sobre su trasero y una expresión de dolor surcara en su cara. Jack y tú empezaron a reírse sobre lo que había pasado y el muchacho, avergonzado, se puso en pie; sin embargo, su estabilidad no duro mucho ya que Jack puso otro hielo debajo de él y volvió a caer contra el suelo. Tú no podías parar de reír y pronto llamaste la atención de las personas que pasaban por ahí, que tampoco pudieron evitar soltar una risa al ver al joven en sus intentos fallidos de levantarse. Tu primo, que había llegado junto a ti hace unos segundos, veía divertido la escena, pero supo mantener la compostura.

- Eh, Mark, ¡creo que el hielo te odia!- Grito tu primo, con una sonrisa de lado.

- ¡Cierra la boca y ven ayudarme!- Mark grito enfadado y tu primo y sus amigos fueron ayudarle.

- ¿Mas?- Jack susurro en tu oído y tu asentiste, con una sonrisa maliciosa- Oh... eres una chica, muy, muy mala...- Dijo el joven efusivamente e hizo un hielo en torno a todos los amigos, que no tardaron en caerse y soltar carcajadas, al igual que tu y los curiosos que se habían parado a observar el espectáculo.

- Creo... que ya es suficiente- Susurraste lo suficientemente alto para que Jack te escuchara, ya que no querías que la gente pensara que estabas loca por hablar sola, ya que los demás no podían ver a l espíritu de invierno, por lo menos los que no creyeran en el.

Jack elimino el hielo y tu primo, Mark y los otros chicos pudieron pararse por fin. El rostro de Mark estaba colorado, gracias a la vergüenza y presentías que luego le saldrían varios moretones, pero la buena noticia fue que ya no intento acercarse a ti, por lo menos después de eso.

Después de varios gritos y bromas entre tu primo y sus amigos, al fin llegaron al parque.

Los niños se la pasaron alegremente jugando con Jack y la nieve. Y aunque al principio se había rehusado para no perderte de vista y que algo malo pasara con Mark, tu lo habías convencido de que te encontrabas bien y que nada malo iba a pasarte.

Todo se encontraba tranquilo hasta que de un momento a otro Mark volvió a acercarse a ti. Gimiendo, trataste de irte de ahí pero Mark agarro tu muñeca, impidiéndote caminar. Pensaste en llamar a Jack, cuando caíste en la cuenta que solo tú y algunos niños podían verlo, así que no era una opción, así que mejor decidiste en gritarle a tu primo, sin embargo, la voz de Mark te lo impidió.

- Ni si quiera lo pienses- Dijo amenazadoramente.

El chico estaba a punto de agarrar tu otra mano hasta que una fría ráfaga de viento lo estremeció.

Jack choco su bastón contra el piso y un viento fuerte empujo a Mark al suelo.

El chico se asusto por lo que había pasado. Miro alrededor y se percato de que la gente seguía con su rutina, sin ser consientes del frio viento que lo había mandado a volar hace unos instantes.

Miraste a Jack asustada, quien a su vez miraba a Mark furioso. Fuiste hacia donde estaba y te abrazaste a él con fuerza. Pasados unos minutos el se separo de ti y te miro a los ojos.- Es mejor que vayamos a casa- Susurro dulcemente y tu asentiste.

Fuiste con tu primo terminaste por inventarte el cuento de que el desayuno no te había caído bien y creías que era mejor reposar. El quería acompañarte a casa, pero te negaste rotundamente, pensando en que no estarías del todo sola en el camino de regreso.

Tú y Jack han estado caminando en silencio desde que salieron del parque, y el ambiente se siente algo denso alrededor de ustedes.

- ¿Co-como te sientes?- Pregunto Jack de repente, rompiendo el silencio entre ustedes.

- B-bien- Fue lo único que dijiste. El espíritu del invierno tomo tu mano, mientras sostenía su bastón mágico alrededor de sus hombros. Sentiste frio al principio, pero te diste cuenta que el contacto se volvió tibio después de un tiempo.

Tú y Jack llegaron a tu casa. Comiste tu cena y después te pusiste el pijama, mientras Jack jugaba a aventar una bola de nieve repetitivamente hacia arriba.

Después de lavar los platos, fuiste a la sala y buscaste entre los Cds una buena película para ver. Jack dejo de jugar con la bola de nieve y camino hacia ti. Puso sus manos detrás de su espalda y observo con curiosidad lo que estabas haciendo.

- ¿Qué haces?- Te pregunto con curiosidad. Cuando te volviste para mirarlo, su rostro estaba a pocos centímetros del tuyo, y te sonrojaste cuando él se acerco mas para ver lo que estas sosteniendo.

- Nosotros... vamos a ver una película- Susurraste un poco nerviosa, aclarándote la garganta.

Jack levanto una ceja y se fue a sentar en el sofá, esperando a que te sentaras a su lado. Después de unos minutos la película comenzó y duro dos horas, pero tú no te diste cuenta ya que te quedaste dormida sobre los hombros de Jack.

El espíritu del invierno sonrió tiernamente al verte dormida y te cargo hasta tu habitación, donde te arropo después de ponerte sobre la cama. El se acostó a tu lado cepillando tu cabello por un largo rato para después besar tu coronilla y sumirse en un profundo sueño.

•Vida con Jack Frost• | Jack FrostDonde viven las historias. Descúbrelo ahora