V e i n t i c i n c o

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Después de que tu madre saliera de la habitación, el joven guardián salió del armario y caminó hacia ti poco a poco, después al llegar a tu cama, el se sentó en ella, mientras tu seguías acostada. Juntaste su mano con la tuya, sin embargo, pudiste notar que él estaba algo distante.

- ¿Qué sucede?- Preguntaste en un susurro, tratando de no hacer ruido. Él no respondió, tu tocaste sus mejillas con tus manos- ¿Hay algo malo?- Insististe. Pudiste ver un destello de tristeza en sus ojos, lo que hizo que tu corazón diera un vuelco- ¿Jack?-

- Creo que es mejor que no te conviertas en un espíritu....- Dijo Jack en voz baja. Tus ojos se abrieron y sentiste las lagrimas formarse en tus ojos. Te incorporaste lentamente y miraste fijamente al joven guardián- Tus padres... te necesitan- Agrego, alejando tu mano de su mejilla.

- ¿Qué estás diciendo?- Preguntaste con enojo y dolor- Te necesito Jack...- Susurraste, tratando de mirarlo a los ojos, sin embargo, el no respondió y se levanto de la cama.

Estaba a punto de abrir la ventana y salir volando, sin embargo, tú te levantaste rápidamente y lo abrazaste por detrás.

- ¡Por favor no me dejes!- Gritaste mientras las lagrimas bajaban por tus mejillas.

Él se volvió y te abrazo con fuerza- Yo no quiero, pero tengo que hacerlo- Te empujo bruscamente, apartándote de él, tomo su bastón y abrió la ventana para irse de ahí. Tú, en un acto desesperado, te acercaste corriendo a él y le diste un beso, pasando tus manos alrededor de tu cuello, para evitar que se escapara.

Jack trató de detenerte, pero él no pudo luchar contra su apasionado beso. Dejó caer su bastón y tocó tu cara con sus frías manos, mientras te besaba más profundamente. El pudo oírte llorar, y trato de limpiar tus lágrimas. Pronto, te encamino a la cama y te acostó suavemente en ella.

- No me dejes...- Suplicaste de nuevo con la voz ahogada cuando Jack se separo de ti para tomar aire. El joven volvió a besarte y desabrocho lentamente tu blusa.

- No puedo dejarte...- Susurró Jack y te mordisqueó la oreja. El joven guardián toco tu vientre y beso tus labios rojos- No puedo hacerlo- Añadió.

El joven guardián observo tus ojos llenos de lagrimas, mientras tu trazabas los contornos de su rostro y acariciabas su cabello- No vuelvas a hacerme eso otra vez...- Susurraste limpiando unas lagrimas de tu rostro. El toco tus hombros y acaricio lentamente tu espalda, mientras besaba tu cuello.

Tu lo miraste con cariño y amor, en esos momentos no podías pensar en nada más que en él, sus ojos azules, sus manos recorriendo tu torso con ternura y cuidado, nunca antes habías experimentado algo así, y menos con alguien que realmente amaras, como él. Tocaste sus pálidas mejillas mientras mirabas a sus ojos azul claro, bajaste tus manos lentamente y estuviste a punto de quitarle la camisa, sin embargo, el tomo tus manos antes de que pudieras hacer algo y las subió hasta sus mejillas, el lugar en el que se encontraban antes.

- No quiero ir tan lejos...- Susurro en tu oído- Aun no...- Añadió.

Asentiste lentamente y escondiste tu cara en su pecho. Después envolviste tus brazos alrededor de su cuello y lo besaste lentamente, mientras el te correspondía de una manera tierna y amorosa y pasaba sus dedos por entre tu cabello.

Después de unos minutos, pusiste tu cabeza en su pecho, mientras él te abrazaba. Jack cepillo tu cabello y observo como poco a poco te quedabas dormida. Te beso la cabeza y te tapo con la manta.

A la mañana siguiente despertaste y te diste cuenta de que tu blusa ya estaba abrochada, y habían cepillado tu cabello. Miraste a tu alrededor en busca del joven guardián, pero él no estaba ahí. Alarmada, buscaste por toda la habitación, pero seguiste sin encontrar nada. Después abriste la ventana y miraste al techo.

•Vida con Jack Frost• | Jack FrostDonde viven las historias. Descúbrelo ahora