•Vida con Jack Frost• | Jack Frost

T r e i n t a y c u a t r o

Cuando despertaste estabas en una habitación oscura y fría. Hasta ahora, has estado caminando durante horas y aun no parece haber algún atisbo e vida en aquel lugar.

Pero de repente, a lo lejos visualizaste lo que parecía ser luz del día y caminaste rápidamente hacia ella. Cuando estuviste cerca, todo el lugar se ilumino, lo que provoco que tus ojos se cerraran automáticamente; te sentiste más tranquila después de eso, ya que al sentir iluminado a tu alrededor calmo los nervios que hasta ahora habías sentido. Suspiras profundamente y abriste los ojos, tratando de acostumbrarlos a la luz.

Cuando los abriste, ya no te encontrabas en el mismo lugar de antes, ahora te encontrabas sentada en lo que parecía ser un inmenso pasillo completamente iluminado. Tosiste un par de veces y te incorporaste lentamente. Decidiste que lo mejor era caminar, para ver si te encontrabas con alguien que pudiera ayudarte.

"¿Dónde estoy?" te preguntaste internamente. De repente, chocaste contra un gran espejo que no habías visto, pero no le tomaste mucho importancia a su repentina aparición, si no a ti misma, ya que habías vuelto a tu apariencia original. Sonreíste ligeramente y tocaste tu cabello, esperando que eso no fuera un sueño, después pasaste a tus mejillas y reparaste en el vestido blanco y fino que llevabas. Bajaste a tu mirada hasta tu pecho, donde el tatuaje con las alas residía, estas eran completamente blancas, justo como antes. Miraste a tu alrededor y encontraste una ventana, caminaste hasta ella lentamente, esperando por fin saber en dónde demonios te encontrabas.

Cuando llegaste, tus ojos se abrieron con sorpresa, afuera, el planeta tierra se encontraba iluminado por el sol, no parecía que estuvieras en el cielo, no podías estar muerta... si no era algo mas como si estuvieras viéndola desde otro planeta, tal vez desde la luna.

- ¿Qué demonios?-Susurraste para ti misma, de repente, se escuchó el ruido de una puerta abrirse. Te volviste rápidamente y viste a un hombre, un poco más alto que Sandman, con el cabello rubio como el oro, vestido con un esmoquin blanco y con pequeños destellos relucientes en el.

-Veo que ya has despertado jovencita- Dijo el pequeño hombre rompiendo el silencio.

Tragaste saliva y miraste alrededor de la sala y después te señalaste a ti misma, ya que no sabias exactamente si eras tú a la que le había hablado. El hombre soltó una risita- Sí niña, te estoy hablando a ti-

-Uhm...- Tartamudeaste- ¿Dónde estoy?- preguntaste con curiosidad mientras caminabas hacia el hombre.

-Estás en la luna, en mi casa- Dijo con una sonrisa. Tus ojos y boca se abrieron con sorpresa.-No te preocupes, estás a salvo aquí- Dijo el hombre- Este lugar es el más que seguro que puede haber-Añadió.

-¿Eres un extraterrestre?- No pudiste evitar preguntar, aunque después te sentiste avergonzada por lo que acabas de decir.

El hombre se echó a reír y se acercó a ti- No- Dijo con una sonrisa dulce- Sabes, ha pasado mucho tiempo desde que alguien me ha hecho reír- Agregó, mirándote con una sonrisa-Soy el hombre de la luna- Explicó y se inclinó cortésmente ante ti- El primer guardián, tal vez hayas oído hablar de mi- Agrego- pero puedes llamarme MiM si quieres.

Recordaste que una vez Jack te lo había mencionado, pero sin duda, no te esperabas que pareciera eso.... Bueno es decir, te lo imaginas como un dios, siempre inalcanzable y con músculos, con una toga larga y blanca y con barba y cabello largo, bueno, prácticamente todo un estereotipo de un dios griego. Decidiste alejar esos pensamientos de tu mente- Bueno, en primer lugar... ¿Eres el primer guardián?-

-Sí- Dijo.

-Así que... ¿conoces a Norte, Tooth, Sandy, Bunnymund y Jack Frost?- Preguntaste con entusiasmo y MiM sonrió alegremente.