N u e v e

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Jack y tú bajaron las escaleras para esperar a los padres de Jamie. Mientras esperan, tú empezaste a hacer tu tarea de matemáticas de mal humor mientras Jack te observa resolver algunos problemas y usar formulas que él no conoce. Sonrió dulcemente al verte suspirar frustrada y borrar algo de tu cuaderno. Dirigiste tu mirada hacia él y le sonreíste.

- ¿Qué?- Te pregunto con curiosidad mientras miraba fijamente tus ojos.

- Nada- Susurraste sonriendo para después volver a posar tu vista en tu tarea.

Después de terminar toda tu tarea pusiste tus libros y cuadernos en tu mochila. Viste al joven guardián tumbado en el sofá, esperando a que tú también te sentaras. Te sentaste en el sofá y después te acostaste en su regazo, acariciando su cabello platinado mientras el tomaba tu mano libre.

- Mañana tengo que ir a ver a Norte- Dijo el rompiendo el silencio.

- Por cierto, ¿Quién es Norte?- Preguntaste con curiosidad.

- Ustedes lo conocen como Santa Claus- El contestó. Tú dejaste de cepillar su cabello y lo miraste con una ceja alzada.

- De ninguna manera...- Susurraste.

- ¿Qué?- Pregunto el de manera confundida.

- ¿En serio eres amigo de Santa?- Le preguntaste de manera escéptica, el solo asintió con la cabeza- ¿Qué sigue? ¿El conejo de pascua, el hada de los dientes y Sandman?- Preguntaste con burla.

El joven guardián frunció los labios y empezó a mirar en diferentes direcciones. Tú empezaste a encajar las piezas y después, tomaste la cara del espíritu del invierno para que te mirara.

- ¿Es cierto, no es así?- Exclamaste sorprendida mientras el chico sonreía de una manera extraña- Wow...- Susurraste casi sin aliento y miraste al joven guardián con una sonrisa tímida.

- Si, lo sé-

Te quedaste mirando al joven guardián y empezaste a acariciar su cabello blanco. El chico pasó su brazo alrededor de tu cabeza y empezaron a acercarse más y más, hasta que sus labios estuvieron a centímetros de distancia, Jack estaba a punto de unirlos cuando el timbre de la puerta sonó.

El espíritu del invierno se aclaro la garganta y se alejo rápidamente, mientras que tú te sonrojaste. Miraste al joven guardián y le diste una sonrisa nerviosa mientras ibas a abrirles la puerta a los papas de Jamie.

- ¡Hola, querida!- Dijo la mama de Jamie con alegría entrando en la casa- ¿Cómo está Jamie?

- Esta bien señora, ahora mismo está durmiendo- Dijiste mientras la mujer miraba la sala.

- Aquí...- Dijo la señora entregándote el dinero- Espero verte el próximo día.

Sonreíste y asentiste con la cabeza. Agarraste tus cosas y te despediste de los padres de Jamie. Jack empezó a caminar detrás de ti con la mirada posada en el piso. Tú te detuviste durante unos segundos para esperarlo y cuando estuvieron uno al lado del otro, te acercaste más él.

- ¿Qué?- Preguntaste mientras veías como el chico te veía sorprendido.

Los dos siguieron caminando, pero a mitad de camino una brisa fría llego, lo que te hizo abrazarte a su brazo. El joven guardián rio y después de unos minutos ambos llegaron a tu casa.

Cerraste la puerta y te volviste bruscamente mientras prendías la calefacción, pero no demasiado alta, para no incomodar a Jack y te sentaste en el sofá después. El joven guardián se puso de pie en frente de ti y te miró fijamente mientras él se apoyaba en su bastón.

- ¿Qué...?- Trataste de preguntar pero su rostro se inclino sobre el tuyo, acercándose poco a poco.

- ¿Dónde estábamos?- Murmuro el chico dulcemente.

Tus mejillas empezaron a volverse rojas como un tomate y miraste al joven guardián. El puso su bastón en el respaldo del sofá mientras se movía más cerca de ti.

El beso tus labios sonrosados suavemente. Tu no cerraste los ojos y lo miraste fijamente a sus brillantes ojos de color azul claro, el se separo levemente y después volvió a besarte. Pusiste tus brazos alrededor del cuello del joven guardián y el empezó a besarte más apasionadamente. El se separo lentamente de ti y te cargo para después llevarte a tu habitación.

Jack te bajo y cerró la puerta detrás de él. Lo empujaste contra la puerta con las mejillas sonrosadas y continuaste besándolo. El joven guardián empezó a cepillar tu cabello y después, sin ser consientes de ello, caminaron hacia la cama y cayeron en ella, Jack sobre ti, el se separo de tus labios y se acerco a tu oído donde te susurro tres palabras que hicieron a tu corazón palpitar alocadamente y el fuego en tu interior avivarse.

El chico te beso en la frente y después se mantuvo un largo rato mirándote, mientras cepillaba tu cabello. Sonreíste y tocaste su helada piel. Después de unos minutos, te incorporaste lentamente y fuiste al baño mientras Jack se acostaba en tu cama.

Cuando saliste del baño te encontraste al joven guardián tumbado en la cama con los ojos cerrados y las manos detrás de su cuello. Sonreíste dulcemente y te acercaste lentamente a donde estaba el, para después darle un beso que le hizo abrir los ojos.

- Hey...- el murmuró cuando sus labios se separaron y después te besó de nuevo. Inclinaste la cabeza a un lado y continuaste besándolo. Cuando ya no tuvieron el aire suficiente para continuar besándose, los dos abrieron los ojos y se miraron entre sí.

- Shh...- Murmuraste. Te tumbaste en la cama al lado del espíritu del inverno y tu hombro quedo emparejado con el de él. Cepillaste su cabello blanco como la nieve. Jack puso su brazo alrededor de tu cuello y te acerco más a él.

Te beso suave y dulcemente. El joven guardián te toco la cara y cepillo tu cabello mientras seguía besándote profundamente. Cuando sus labios se separaron, lo miraste y después posaste tu cabeza sobre su pecho y escuchando el latido de su corazón, te quedaste dormida.

•Vida con Jack Frost• | Jack FrostDonde viven las historias. Descúbrelo ahora