T r e i n t a y s e i s

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Te despertaste y miraste a tu alrededor, dándote cuenta que la noche anterior no había sido un sueño. Miraste al joven guardián durmiendo a tu lado, con su brazo alrededor de tu cintura. Tocaste su cara un par de veces, mientras sonreías y le diste pequeños besitos en sus parpados hasta que despertó.

-Buenos días, dormilón... y por cierto, feliz navidad- Dijiste al chico mientras él se desperezaba. El se acerco y te dio un cálido beso en los labios.

- Tú eres el mejor regalo que jamás había recibido- Él respondió, tomando tus manos entre las suyas- Quiero llevarte a un lugar- Susurro el.

- Adonde sea- Susurraste igualmente, presionando tus labios en los suyos.

-Vístete-Dijo él entre besos- Mejor después- Susurro, besándote profundamente y acariciando tu espalda desnuda

Después de unos minutos, tomaste un baño y te vestirte con la primera cosa que encontraste. Cuando saliste encontraste al espíritu del invierno acostado en tu cama con los brazos detrás de la cabeza, recordaste la primera vez que lo viste de esa manera y sonreíste inconscientemente.

Mientras te cepillabas el cabello frente al espejo, el espíritu invierno te abrazó por la atrás y le besó tus hombros.

-Déjame ver...- Susurró desabotonó el primer botón de tu camisa y vio las alas de ángel blancas, como lo eran antes de que Pitch te maldijera. El espíritu de invierno sonrió y mordió tu oreja.

-¡Déjame!- gritaste sonriendo, mientras le pegabas juguetonamente a Jack en el hombro.

El chico rio y negó con la cabeza- Nunca te dejare ¿entendido?- Pregunto mientras besaba rápidamente tu mejilla.

- Y... ¿A dónde me llevaras?- Preguntaste dejando el peine en la mesita de noche al lado de tu cama.

-Oh... bien...- dijo tímidamente- Lo olvidé-

Reíste y te acercaste a él- En serio, ¿adónde vamos?

Jack no respondió- Tendrás que descubrirlo- Dijo y pellizco tu nariz.

El joven guardián cubrió tus ojos con un trozo de tela y te mantuvo así durante todo el camino. Tú no sabes en donde estas, pero ya han ido demasiado lejos para encontrarte cerca de tu casa.

-¿Ya llegamos?- Preguntaste por enésima vez y el espíritu de invierno no respondió. Después de unas cuantas horas, Jack paro y te pido que te quitaras la venda.

-Yo-yo no puedo. ¡Esta apretada!- Te quejaste. Te tomo unos minutos quitártela y cuando lo hiciste te diste cuenta de que estabas sola en medio de un bosque nevado.

-¡Jack!- Le llamaste, pero el espíritu de invierno no respondió.

Gimiendo, caminaste con cautela y recorriste con la mirada todo el bosque, tratando de encontrarlo. Seguiste caminando y llegaste a un claro del bosque en donde viste al espíritu del invierno ahí, parado en medio del lugar. Tú, caminaste furiosamente y cuando llegaste, le diste un puñetazo en el hombro.

- ¡Me dejaste sola!- gritaste con furia.

- No, no lo hice...- dijo el espíritu de invierno-Te estuve observando, desde los arboles- Dijo y se echo a reír.

De repente, el joven guardián dejo su bastón en la nieve y se acerco más a ti. El joven guardián te agarró de la mano y notaste nerviosismo en su mirada.

- _- susurró el espíritu del invierno. Tú lo miraste atentamente mientras abría la caja que MiM había pedido que le entregaras.

Tomó algo pequeño de ella y lo escondió en su mano, mientras te miraba a los ojos-Yo-Yo -dijo nerviosamente, respirando hondo antes de continuar-Te voy a dar... un... un anillo de compromiso- Dijo poniendo en tus manos un sencillo anillo con tres diamantes con brillos azulados. Tus ojos se abrieron con sorpresa y un nudo se formo en tu garganta, sin embargo, no pudiste evitar sonreír, esperando a que Jack continuara- Si, si quieres estar conmigo... para siempre, tú sabes que te quiero y nunca te dejaría sola... pero, no sé si tu...- Se cayó, sin saber cómo continuar. Tu no sabías que decir, sin embargo tomaste el anillo y lo miraste, dando por hecho que aquellos diamantes azules te recordaban mucho a los ojos de Jack, aunque inconscientemente- He cambiado tu vida. Literalmente la cambio demasiado...- Susurró y acercándose lentamente a ti-Yo te di problemas e incluso te hice elegir entre tus padres y yo, y me siento culpable- Añadido el joven guardián- Te he hecho daño, te hice llorar y te puse en situaciones difíciles... por eso no me extrañaría si tu no...- Besaste a Jack sin dejarle terminar y tú misma insertaste el anillo en tu dedo anular izquierdo y sin decir una palabra, seguiste besándolo profundamente. Él te devolvió el beso gustoso. Ambos cerraron los ojos y una la aurora boreal ilumino el cielo nocturno, mientras ustedes seguían besándose.

•Vida con Jack Frost• | Jack FrostDonde viven las historias. Descúbrelo ahora