T r e i n t a y o c h o

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-¿Qué?- Preguntaste con curiosidad- ¿Qué pasa?- Volví a preguntar, con irritación. Miraste tus guantes y no había nada raro en ellos, pero todos seguían viéndote como si tuvieras una mosca aplastada en la cara. Miraste tus alas y también se encontraban bien, estaban blancas y relucientes- ¿Por qué están tan consternados?-

De repente, el joven guardián te dio un pequeño espejo con nerviosismo y tú lo tomaste, sintiéndote desconcertada- Mírate en el espejo...- susurró el joven guardián.

Tu boca se abrió y comprendiste la sorpresa de todos. Tus ojos ahora eran de color azul claro como los de Jack y tú cabello se volvió blanco como la plata.

Tocaste tu cabello y tu cara suavemente, sin embargo no parecías muy consternada por lo que estaba sucediendo y al contrario, soltaste una risita- Soy la esposa del espíritu de invierno después de todo... - Susurraste, y miraste al joven guardián- ¿No es así?

Jack Frost sonrió y tocó tus alas blancas y suaves.

Los guardianes parecieron salir de su embalsamiento y te sonrieron levemente. Norte se acerco a ti y tú te levantaste lentamente.

-Por cierto...- Espetaste- Tenemos que hacer algo con mi vida humana- Añadiste, caminando hacia la gran ventana que había en el taller y mirando el paisaje helado desde allí.

Al notar el silencio de Norte te diste cuenta de que algo andaba mal. El espíritu de invierno te miro con una expresión indescifrable y a Santa, mirándote con compasión.

- ¿Q-que no podre ver a mi papa?- Preguntaste confundida.

- _- dijo Jack en voz baja y tocó tu cara suavemente- Creo que... tu padre... no recuerda nada de ti ahora- Dijo que el espíritu del invierno.

Tus ojos se abrieron y miraron a Norte. Él se acercó a los dos y toco una de tus alas- Eres una guardiana ahora, _- Explico Santa- Tú no existes más allí. Las personas que te conocen, o bueno, te conocían... ahora, es como si tú nunca hubieras existido.

Te quedaste en silencio unos momentos y después suspiraste profundamente- Creo que... es mejor así- Susurraste.

El espíritu de invierno apoyo su frente con la tuya y te abrazo por la cintura. Riendo, lo miraste con amor y le diste un beso. Los guardianes se alarmaron mientras Jack y tu seguían besándose, Tooth se sonrojo, Sandy y Norte abrieron sus ojos como platos y Conejo se tapo los suyos con sus orejas.

- Hum, chicos- Carraspeo Norte- Creo que este no es lugar para este tipo de muestras afectuosas-Tu y Jack se separaron riendo y se abrasaron.

- Quiero salir de aquí, quiero ir a otro lugar- Susurraste en la fría oreja del espíritu del invierno.

- ¿A Dónde?- Te respondió Jack.

Le diste una sonrisa peculiar y el te la devolvió mientras levantaba una ceja, divertido. Dejaron el Polo Norte mediante un portal mágico y los dos llegaron al lugar donde se encontraron por primera vez.

- Me gusta este lugar- Susurraste, mirando a tu alrededor y tocando la banca en la cual tu antes solías dibujar-Nunca pensé que llegaría a ver un lindo chico extraño con el pelo blanco aquí- Agregaste y el espíritu de invierno te miro fijamente.

- Yo tampoco...- susurró Jack- no me esperaba que una chica me viera, nunca. Sólo los niños podían verme y yo no sabía hacer algo más que traer el invierno-

-¡Y causar problemas!- Dijiste divertida, riendo.

- Todo eso cambio cuando te conocí, _- Susurro, acercando su cara a la tuya- Todo cambio desde ese día-

•Vida con Jack Frost• | Jack FrostDonde viven las historias. Descúbrelo ahora