Frank se moría de ganas por follarse a Gerard, por lo que al terminar el concierto y encontrarse solo al chico pelinegro que lo volvía loco, dentro del camerino, no pudo evitar cerrar la puerta y voltear a mirarlo de forma lasciva.
Gerard estaba parado frente al espejo, quitándose la corbata, su camisa blanca ya estaba desfajada, su larga cabellera negra alborotada. Al oír el portazo atrás de él se volteó algo sobresaltado para encontrarse con Frank, quien llevaba puesto un suéter de franjas negras y rojas, unos jeans y unos converse, con su cabello castaño cubriendo parte de su rostro, lo miraba con una sonrisa.
Frank comenzó a caminar hacia el pelinegro hasta quedar frente a él, mientras que sus alientos prácticamente chocaban.
- Quiero hacerte mío Gerard
- ¿Aquí?
- ¿Por qué no? Ya lo hemos hecho antes
- ¿Y si esperamos a llegar al hotel?
- Ya no puedo esperar, ve cómo me tienes -dijo Frank mientras se acercaba más a Gerard para restregarle la erección que había bajo sus pantalones
- Pues ve al baño y arregla eso
- No Gee, te quiero follar aquí
- Pero alguien puede entrar
- Nadie va a entrar
Frank comenzó a besar apasionadamente a Gerard, mientras llevaba sus manos hasta su cintura, el pelinegro no pudo resistirse, respondiendo a aquel beso, rodeando con sus brazos el cuello de Frank. Desesperadamente sus lenguas se encontraban, pronto Gerard comenzaba a sentirse tan duro como Frank, quien fue guiándolo hasta un amplio sofá que se encontraba en el camerino, donde poco a poco lo recostó.
Frank se separó de Gerard y lo contempló ahí, recostado en aquel sofá, sus ojos verdes lo miraban con impaciencia, lucía algo agitado y con sus mejillas sonrojadas. Se volvió a acercar a éste para besarlo y desabrocharle el pantalón para deshacerse rápidamente de él. Se recostó sobre Gerard, continuando con aquel apasionado beso, mientras que el pelinegro enroscaba sus piernas en la cintura de Frank y éste último acariciaba sus muslos.
Las manos de Gerard comenzaban a colarse bajo el suéter de Frank, estaban tan ocupados disfrutando el uno del otro, que no escucharon cuando la puerta se abrió.
- Oye Gee, yo... ay no -dijo Mikey cuando sin tocar entró al camerino y se encontró con Frank encima de su hermano
Frank y Gerard se levantaron sobresaltados, el rostro del pelinegro estaba completamente rojo e intentaba cubrirse de la vergüenza que sentía de que su hermano los hubiera encontrado de aquella manera.
- Toca antes de entrar, idiota -le dijo Frank
- Yo qué iba a saber que estaban haciendo sus cochinadas, qué asco. Necesitaré años de terapia para superar esto
- Cállate idiota -le gritó Gerard, quien continuaba sonrojado – ¿qué es lo que quieres?
- Pues te iba a decir que si íbamos a beber algo, pero ya veo que estás muy ocupado con tu novio
- Ya lárgate mejor
- Váyanse ustedes al hotel, qué horror que alguien más los vea haciendo sus asquerosidades, mínimo pongan el seguro, par de idiotas -dijo Mikey, saliendo del camerino y dando un fuerte portazo.
Frank se levantó sólo para ir a poner seguro a la puerta y asegurarse que nadie más volviera a interrumpirlos.
- ¿Qué haces Frank?
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Encendimos el fuego (One-Shots Frerard)
FanfictionBreves historias de amor entre Gerard Way y Frank Iero.