¿Hay algo mejor en el mundo que hacer el amor con Gerard Way? No lo creo, al menos no para mí, porque lo amo tanto y me encanta estar así con él, tenerlo en mis brazos, convertirnos en uno en ese acto tan íntimo.
Amo ser yo quien toma la iniciativa y acorrarlarlo cual corderito, contemplando sus hermosos ojos verdes mientras comienzo el recorrido por su cuerpo para de a poco ir despojándolo de su estorbosa ropa. Me gusta apreciarlo así, sin nada, su piel tan blanca, esas hermosas piernas. Amo la forma en que me mira y esa expresión en su rostro cuando estoy completamente dentro de él, con su cabello negro revuelto, sus mejillas sonrojadas, suspirando y diciendo mi nombre entre jadeos, adoro cuando me llama Frankie en medio del éxtasis.
Me encanta sentirlo así, envolverme en su aroma, sentir su cuerpo desnudo contra el mío, que nuestras erecciones se rocen antes de iniciar con la acción. Me gusta tenerlo ahí sobre mi cama, besándolo en los labios, para continuar mi recorrido por su pálido cuello, luego bajando por su pecho, jugando con sus pezones, mordiéndolos un poco y escucharlo gemir mi nombre en el acto. Luego llegar hasta su ombligo y seguir bajando hasta sus piernas, morder un poco sus muslos, abrirlo para mí, apreciar su pequeña entrada rosadita, llevar hasta ahí mis labios, introduciendo mi lengua sólo para dilatarlo, para causarle placer y para acostumbrarlo a la intrusión en su cuerpo antes de que mi pene entre en él. Me gusta estimular su rosado y erecto miembro en el momento, sintiendo en mi mano cómo resbala el líquido pre-seminal y me hace sentir orgulloso que soy yo quien provoca todas esas sensaciones en él.
Amo introducirme tan dentro de él hasta que gime mi nombre, sentir cómo envuelve sus brazos en torno a mi cuello y sus blancas y hermosas piernas alrededor de mi cintura, y comenzar con el frenesí, arremetiendo contra su cuerpo una y otra y otra vez, mientras él me pide más y más. Me gusta esconder mi rostro en su cuello cuando lo siento venirse, cuando gime cada vez más fuerte, y entonces decirle al oído que amo que sea mío, sólo mío y de nadie más y él, entregándose a mí y mencionando un tuyo casi sin aliento.
Y cuando se corre, me encanta sentir su cálida esencia entre nuestros cuerpos y esa deliciosa contracción en su interior, llevándome al borde. Adoro mirar sus verdes ojos llorosos cuando me corro en su interior, diciéndole que lo amo y terminando el acto con un beso en sus labios, luego caer sobre su cuerpo, abrazándolo y quedarme así por minutos sin salir de él, sintiendo su corazón tan acelerado como el mío.
Amo que se aferre a mí después de haber sido mío y yo suyo, que se recueste en mi pecho, que me deje jugar con sus negros cabellos, entrelazar nuestras manos y quedarnos así, simplemente disfrutando el uno del otro.
Pero también amo cuando es él quien toma la iniciativa, cuando me mira de una forma felina y se posiciona sobre mí, abriendo sus piernas y colocándolas a los costados de mi cuerpo, desvistiéndose para mí y dejarme apreciarlo así, completamente desnudo, mirándose tan tierno con su linda carita con esos rasgos tan finos. Amo que me quite la ropa desesperado y me bese apasionadamente, que al dejarme completamente desnudo recorra todo mi cuerpo con sus labios hasta terminar en mi pene, introduciéndolo en su boca y dándome la mejor de las mamadas que me hace ver las estrellas. A veces deja que termine en su boca, otras que llene su linda carita con mi esencia y otras me deja con ganas de más, pues se retira y después, sin más, se deja caer sobre mi, dejando que toda mi extensión entre en su ano, gimiendo mi nombre.
Me encanta cuando brinca sobre mí, apreciarlo desde arriba, ver como el sudor comienza a cubrir su pálida piel y sus negros cabellos se pegan a su rostro. Sus mejillas con un intenso color carmín al igual que su pecho y su erecto pene rebotando sobre mi abdomen. Al estar ahí, sobre mi, me dice que me ama y luego me pregunta entre jadeos si yo también, y siempre respondo mi Gee, sabes que te amo tanto, tanto..., sintiéndome quedar sin aliento para correrme en su interior y después dejar que se abrace a mí, para entonces tomar su pene y comenzar a masturbarlo mientras beso sus labios, sintiéndolo llegar al límite en mi mano. Amo ver su linda carita en esos momentos. Y después, después se queda abrazado a mí, acaricio su espalda, mientras él deja besos en mi cuello y se acurruca.
Amo que se quede dormido entre mis brazos y al despertar encontrarlo ahí, a mi lado, luciendo tan hermoso, completamente desnudo y verlo abrir sus hermosos ojos después de una larga noche en la que se ha entregado a mí, en la que me ha hecho el hombre más feliz de este mundo y sí, sin duda al tenerlo así puedo decir que no hay nada mejor en la vida que hacer el amor con Gerard Way.
FIN
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Encendimos el fuego (One-Shots Frerard)
FanfictionBreves historias de amor entre Gerard Way y Frank Iero.