Choke me

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Frank buscaba una corbata en su clóset encontrándose ya bastante caliente y sólo recordando las palabras que Gerard le había dicho hace sólo unos minutos: "Quiero que me ahorques mientras lo hacemos", fue lo que le dijo. Nunca había experimentado aquello, temía lastimar a Gee, aunque a la vez se sentía bastante duro, sólo quería tenerlo ahí, bajo él, arremetiendo tan fuerte contra su cuerpo.

Gerard había ido al baño a prepararse para él, "mientras busca con qué ahorcarme", le había mencionado. Desde el show de esa noche, en que prácticamente se amarró el cable del micrófono al cuello y calentó a todos los fanáticos que acudieron a verlo, Frank se sentía ansioso por poseerlo, quiso hacerlo de inmediato en cuanto llegaron al hotel, pero Gerard insistió en que quería ser ahorcado. Ni siquiera se había cambiado, pues el mismo Frank se lo pidió: "Quiero cogerte con esa faldita puesta", y Gee no pudo estar más de acuerdo.

Ahora estaba en su habitación de hotel comenzando a quitarse la ropa, se sentía demasiado ansioso, sus pantalones apretaban, necesitaba tener a Gerard disponible para él ya.

Gee salió del baño, se había retirado ya las medias que se había puesto para el show y Frank pudo notar además que se había puesto ese perfume olor a vainilla que tanto le gustaba, así como un poco de brillo en sus labios, no pudo contenerse y se acercó hasta él, tomándolo por la cintura para besarlo.

Frank se había retirado ya su camisa, dejando su pecho tatuado al descubierto y Gee no pudo evitar llevar sus manos para acariciarlo, haciendo a Frank estremecerse en el acto.

- Te deseo tanto, Gee – Le dijo al oído, en tanto dejaba besos en la delicada piel de su cuello.

- Y yo a ti Frankie. Tómame ya – Mencionó completamente extasiado. Frank no pudo resistirse más por lo que rápidamente se bajó los pantalones junto con su ropa interior, dejando a la vista de Gerard su erecto miembro.

- Vamos putita, sé que quieres tomarlo todo – Mencionó, tomando a Gerard de los cabellos e hincándolo frente a él. Gee se relamió los labios, tomó el pene de Frank en sus manos, se acercó a él y comenzó a lamer tan solo la punta para aumentar la ansiedad en Frank. Lamió un poco más para posteriormente meterlo todo en su boca, volviendo a Frank loco y sintiendo como embestía contra su boca. Gee continuó con la tarea, sintiendo arcadas ante lo profundo que estaba llegando el miembro de Frank a su garganta, sus ojos estaban llorosos, Frank estaba demasiado extasiado y más se calentó cuando se permitió abrir los ojos y vio a Gee ahí, de rodillas, mirándolo con esos lindos ojos verdes, con su miembro en su boca. Sentía correrse con esa simple imagen, por lo que retiró a Gerard y lo ayudó a ponerse en pie, necesitaba follárselo ya.

Terminó de sacarse toda la ropa para entonces dedicarse a Gerard, desamarrando la mascada roja alrededor de su cuello y arrojándola a algún lugar de la habitación. Lo llevó hasta la cama y lo dejó caer en ésta, para posteriormente posicionarse encima de él y comenzar a desabrochar su camisa blanca, dejando su pálido pecho al descubierto, besó su cuello, luego bajó por su pecho, mordisqueando sus pezones, haciendo que Gee soltara un lánguido gemido. Hubiese querido seguir tentando a Gerard, pero estaba tan necesitado de él, quería penetrarlo ya, por lo que se dirigió hasta sus piernas, bajo su falda, encontrándose con las sorpresa de que su Gee se había puesto unas panties que apenas si cubrían su erecto miembro, llevó sus manos hasta el elástico de éstas para comenzar a bajarlas y dejar así su intimidad al descubierto, separó un poco los glúteos de Gerard para llegar hasta su pequeña entrada, disponible para él, llevó hasta ahí su lengua, lamiendo todo el anillo de músculos y provocando que el cuerpo de Gee se tensara ante tal sensación, introdujo su lengua mientras que con su mano tomaba el erecto pene de Gerard para estimularlo. Gerard se sentía en el cielo, amaba la forma en que la lengua de Frank se movía en su interior, y aunque lo estaba disfrutando le pidió a Frank que parara y que lo tomara ya de una buena vez, pues necesitaba sentirlo en su interior.

Frank se posicionó entre sus piernas, levantando sólo un poco la falda de Gerard, pues quería cogérselo así, con su falda y sus tacones. Colocó su pene en torno al ano de Gee y lentamente comenzó a ingresar en él, Gerard gimió con tal fuerza al sentirlo todo en su interior. Frank embistió contra su cuerpo, primero de una forma lenta, pero después acelerando sus movimiento. Gee estaba disfrutando tanto, sus ojos estaban cerrados, hasta que sintió como Frank lo tomó de las manos y amarraba algo alrededor de sus muñecas, abrió los ojos y notó que Frank le había colocado una corbata. Entonces Frank sacó otra corbata que amarró en torno a su cuello.

- Si te lastimo dímelo, mi amor – Mencionó Frank, besando a Gerard en los labios

- Confío en ti, Frankie – Respondió Gee, alentando a Frank a continuar

Frank retomó el ritmo de las embestidas contra el cuerpo de Gerard, tomándolo con una mano de las caderas, mientras que con la otra sujetaba la corbata en torno a su cuello, presionando un poco más. Gee se sentía extasiado, disfrutando de la forma en que Frank lo estaba penetrando y como la corbata se ceñía contra su cuello. Frank aceleró sus movimientos logrando así tocar la próstata de Gerard y haciendo que éste se deshiciera en gemidos y pidiera más y más.

- Más Frankie, más... por favor más – Mencionaba Gerard, quien mantenía sus ojos cerrados.

- ¿Te gusta putita? Te daré lo que quieres – Respondió Frank, acelerando sus embestidas y jalando aún más fuerte la corbata en torno al cuello de Gerard. Aunque en un principio tenía miedo de lastimar a Gee, podía notar lo mucho que lo estaba disfrutando y él estaba fascinado con la imagen de ese hermoso chico bajo su cuerpo, con su castaño cabello revuelto, con sus mejillas completamente rojas al igual que su cuello y su pecho. Sus manos permanecían amarradas sobre su cabeza. Llevaba aún puesta su blanca camisa desabotonada, así como esa pequeña falda negra que prácticamente se le había subido a la cintura, mientras su erecto pene se asomaba por debajo de ésta. Sus blancas piernas completamente abiertas sólo para que él pudiera ingresar en él. Sin duda la imagen más excitante que había visto en su vida.

Frank continuó embistiendo, mientras que Gee decía su nombre casi sin aliento, llegando al límite y corriéndose sobre su falda. Para Frank fue suficiente esa imagen, pues con unas cuantas embestidas más y al sentir esa contracción en el interior de Gerard, llegó al límite y lo llenó con su esencia. Soltó la corbata y se dejó caer sobre el cuerpo de Gee, sintiéndolo respirar tan agitado y con su corazón acelerado. Se permitió abrazarlo y quedarse así, disfrutando de ese momento.

Lentamente comenzó a salir de Gee y se levantó para mirarlo, tenía sus ojos aún cerrados.

- ¿Estás bien mi vida? - Cuestionó Frank, desamarrándole primero la corbata de sus muñecas, luego la que se encontraba en torno a su cuello y notando como ésta había quedado marcada en su pálida piel. Sólo entonces Gee abrió sus ojos y con una sonrisa asintió, aunque tosió un poco, pues debía admitir que había sido algo sofocante tener sexo de esa manera. Frank se alarmó, por lo que así, desnudo, fue a buscar un vaso de agua para dárselo a Gee, llevándoselo para que bebiera un poco.

- ¿Estás mejor, Gee?

- Sí Frankie – Respondió Gerard. Frank le ayudó a retirarse por completo la camisa, así como la falda, además de las botas, para que pudiera recostarse en la cama. Lo cubrió con las sábanas para posteriormente meterse con él bajo éstas y tomarlo en sus brazos.

- Eso fue demasiado intenso, mi amor

- Pero me gustó, me gusta que me tomes así, Frankie – Dijo Gerard, acomodándose en la curvatura del cuello de Frank

- Temía hacerte daño. Eres lo más importante para mí y sabes que jamás te lastimaría

- No lo hiciste Frankie, en serio me gustó

- Y a mí me gustas tú, mi Gerard – Mencionó Frank, acariciando la pálida piel de Gee y dejando un beso en su frente

- Te amo Frankie

- Y yo a ti mi Gee, te amo siempre.

FIN  

Encendimos el fuego (One-Shots Frerard)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora