Había notado a Gerard algo extraño durante el transcurso del día, pues constantemente estaba tosiendo, se veía más pálido que de costumbre y tenía un semblante de cansancio, sus verdes ojos lucían apagados, pero él insistía en que se encontraba bien. Comió poco durante el almuerzo y después, desde que comenzamos a ensayar y hasta minutos antes del concierto, no volvió a probar alimento.
Durante el ensayo constantemente se balanceaba de un lado a otro, como si estuviera a punto de desmayarse, llevaba puesta una sudadera negra y el pantalón de su pijama de dinosaurios, me daba tanta ternura verlo vestido así mientras nos preparábamos para el show de aquella noche, aunque lo que no me gustaba mucho era su semblante de cansancio, como si estuviese enfermo.
Al término del ensayo me acerqué a él y le pregunté si se sentía bien y con una forzada sonrisa en sus labios me dijo: "Sí Frankie, me siento estupendo".
Nos preparábamos para el concierto, nos pondríamos aquellos chalecos antibalas, Gerard se colocó una camisa negra bajo su chaleco, yo una en color blanco. Podíamos escuchar los gritos de los fans que estaban ansiosos porque saliéramos ya al escenario, podía sentir la adrenalina en mi cuerpo, aunque por otro lado no podía evitar pensar en Gerard, esperando que aquel malestar que vi en él fuera producto de mi imaginación.
A medio concierto la voz comenzó a fallarle, parecía que se estuviera quedando afónico, por lo que de inmediato intervine y lancé uno de mis guturales gritos para darle tiempo de poder ir a tomar algo de agua. Unos segundos después volvió a tomar el micrófono y continúo cantando, aunque pude notar que su voz se escuchaba cansada.
Cuando terminó el concierto noté que arrastraba los pies para dirigirse abajo del escenario. Con pesadez bajó los escalones y volví a preguntarle si se sentía bien, apenas en un susurro y con aquella extraña sonrisa en sus labios me dijo "Sí Frankie", y se acercó a mí para rodear mi cuello con sus brazos, lo tomé de la cintura. Dejó descansar su cabeza en mi hombro, sus aliento chocaba con mi oreja y pude sentir que su cuerpo prácticamente estaba hirviendo. Estaba por preguntarle de nuevo cómo se encontraba cuando sentí como se dejaba caer sobre mí como peso muerto, se había desmayado entre mis brazos.
Lo recosté en el piso para posteriormente cargarlo, sí, él era más alto y un poco más robusto que yo, pero aún así yo era más fuerte que él, por lo que no fue problema tomarlo en mis brazos y llevarlo hasta el camerino. Cuando entré ya se encontraban ahí Mikey, Ray y Bob, quienes se alarmaron cuando me vieron ingresar con Gerard en mis brazos. Lo recosté en un amplio sillón que se encontraba en el camerino mientras tocaba su frente y pude notar que estaba ardiendo en fiebre.
- ¿Qué le pasó a mi hermano? -preguntó Mikey
- Se desmayó terminando el concierto
- Hay que llamar a un médico para que lo vea -mencionó Ray
- Está ardiendo en fiebre -dije entonces
- ¿Por qué no nos dijo que no se sentía bien? -dijo Mikey
- Supongo que no quería que canceláramos el show por eso -agregué
El médico llegó hasta el camerino para revisar a Gerard, mencionando que si bien tenía fiebre no era nada grave, recetándole algunos medicamentos y pidiendo que alguien estuviera pendiente de él en tanto mejoraba su estado de salud.
Gerard apenas si reaccionó, pero parecía que estaba delirando, lo ayudé a quitarse aquel atuendo y ponerle de nueva cuenta su sudadera negra y el pantalón de su pijama. Con ayuda de los chicos pudimos salir de ahí, ellos llevaron nuestras cosas y yo de nueva cuenta tomé a Gerard entre mis brazos, cubriéndolo con una cobija, pues nos dirigíamos a la intemperie rumbo al pull para poder llegar al hotel, hacía frío afuera.
Llegamos a nuestra habitación en el hotel, recosté a Gerard sobre la cama en tanto fui a preparar la tina para que se diera un baño y bajarle un poco la fiebre. Le retiré la ropa y nuevamente volví a cargarlo para llevarlo hasta la tina, donde lo dejé con cuidado, Gerard comenzó a tiritar de frío, había abierto sus ojos pero lo notaba ausente. Me quedé a su lado. Pasados algunos minutos lo ayudé a ponerse de pie, tomé una toalla y lo cubrí con ésta, para posteriormente atraerlo a mis brazos de nuevo y cargarlo para llevarlo hasta la cama, donde comencé a secarlo. Busqué algunas prendas limpias entre sus cosas, lo ayudé a ponerse la ropa interior y la pijama, posteriormente le puse las cobijas encima y lo dejé ahí recostado en tanto me preparaba para dormir a su lado.
Pronto me metí a la cama junto a él, rodeándolo con mis brazos, él respiraba pesadamente, di un casto beso en su frente y casi en un susurro dijo mi nombre.
- Descansa amor, mañana estarás mejor – le dije mientras retiraba algunos cabellos de su rostro y nuevamente besaba su frente. Gerard, con las pocas fuerzas que tenía, tomó mi mano y la acercó hasta su pecho. Apagué la luz y nos quedamos dormidos.
Cuando abrí los ojos seguía ahí, entre mis brazos. No pude evitar quedarme embobado contemplándolo, amaba verlo mientras dormía. Comencé a retirar los cabellos de su rostro para poder apreciarlo mejor y entonces él empezó a abrir sus ojos.
- Frankie
- Gee ¿Cómo te sientes?
- Mejor
- Me da gusto amor
- Gracias por todo lo que hiciste por mí anoche
- Lo hice porque te amo
- Y yo a ti Frankie – Entonces me acerqué un poco más a él para besar sus labios, tan suaves, tan dulces, tan cálidos.
- ¿Por qué no dijiste que te sentías mal? - Pregunté mientras miraba sus ojos verdes y acariciaba su mejilla.
- No quería que suspendieran el concierto por mi culpa
- Pero amor, tu salud es más importante
- No quería decepcionar a nuestros fans
- Pero a ellos tampoco les gustaría verte enfermo
- Lo siento Frankie – Mencionó haciendo un puchero que lo hacía lucir tan tierno.
- Sólo quiero cuidarte Gee
- ¿Por qué Frankie? No lo merezco
- Porque te amo
FIN
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Encendimos el fuego (One-Shots Frerard)
Fiksi PenggemarBreves historias de amor entre Gerard Way y Frank Iero.