3| Lan JingYi

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Cuando JingYi cumplió el año fue presentado oficialmente ante la secta Lan quienes además del anuncio de su nuevo líder se habían retraído del mundo de cultivación, hubo muchos rumores al respecto pero nada en concreto. Solo fue hasta ese día 25 de agosto, un día después del cumpleaños del menor, que se dejaron ver nuevamente. Esta de mas decir que durante todo ese tiempo el pequeño estuvo a cargo Jiang Yanli, la única pariente a parte de Lan QiRen y Lan Wangji que podía cuidarlo.

Debido a que era una situación mas familiar que formal no habían muchas personas mas que las necesarias. Jiang Yanli tenia en sus brazos a JingYi, a su lado su esposo Zixuan tiene a su propio hijo; detrás de ambos hay una pequeña comitiva de miembros Jin y algunos Jiang que se encargan de guardar la seguridad de la pareja, así como de los dos pequeños maestros. 

Frente a la familia Jin están los Lan, los ancianos y frente a ellos Lan Wangji junto a Lan QiRen. Tío y sobrino observan al pequeño niño en brazos de la mujer omega. A diferencia del pequeño heredero Jin que duerme en brazos de sus padre, JingYi esta muy despierto, con grandes ojos color cobre que observan su alrededor con curiosidad hasta que su vista cae en los dos hombres frente a el a pocos pasos.

QiRen siente perder el aliento cuando esos mismos ojos que su sobrino mayor Xichen pasean entre el y Wangji. 

JingYi ladea la cabeza sin quitar la vista de los dos alfa, luego ve a su tía que le sonríe dulcemente.

—A-Yi, hay dos personas que quieren conocerte — el niño parpadea con confusión, aunque apenas tiene un año Yanli sabe que su adorado sobrino puede comprenderla aunque a veces tenga que explicarlo dos veces

Yanli le sonrió una vez mas a su sobrino antes de caminar hacia los Lan, Zixuan se queda en su lugar sin quitarle los ojos de encima. Cuando la mujer llega frente a ambos alfas estos contienen el aliento, seguro nadie mas lo noto, pero Yanli es bastante observadora y no lo paso por alto. 

—Líder Lan, Maestro QiRen, tengo el gusto de presentarles a JingYi, nombre de nacimiento XiǎoBăo. — bajo a su sobrino al suelo, quien se sostuvo con firmeza de sus piernas, de vez en cuando temblaban o se tambaleaba pero en general se le da bastante bien, aun así no quitaba que estuviera pendiente de el y en su mayoría prefería tenerlo de la mano. Se inclino para quedar a la altura de su sobrino y le dijo en un tono maternal — A-Yi, ellos son tu yéye (1) y tu shūshu(2)

—¿ye... shu? — JingYi miro a ambos alfas, frunciendo las cejas

JingYi quería acercarse a ambos, Yanli lo noto y lo guio hasta ellos, no soltó su mano hasta que estuviera a pocos pasos segura de que si se llegara a tropezar o caer cualquier de los dos Lan solo tendrían que estirar los brazos para atraparlo. 

Ambos alfas se vieron bajo la mirada del pequeño, fue como si los analizara con su pequeño ceño fruncido que le daba un aspecto en realidad adorable, luego de lo que fueron unos segundos una sonrisa tiro de la labios, tan repentina y alegre que dejo de piedra a ambos Lan.

—¡Yuyu! — JingYi grito con emoción, mezclando ambas palabras en una graciosa. La sonrisa en sus labios sin borrarse, tan radiante y cálida como los rayos del sol 

Y ver esa sonrisa fue como ver una imagen que creían perdida. QiRen sintió su pecho apretarse observando al pequeño hijo de su sobrino, antes de pensar siquiera hacer algo Wangji se había adelantado, acuclillándose frente al niño que no borró la sonrisa de su rostro, incluso cuando fue rodeado por los brazos del mayor.

Todos vieron la escena con diferentes grados de sorpresa, algunos incluso conmocionados que el infame Lan Wangji que muchos comparan con una estoica estatua de jade abrazara al pequeño, sosteniéndolo en sus brazos con tal ahínco que solo podía ser visto como anhelo, melancolía y felicidad. Yanli miro con una triste sonrisa al segundo jade sosteniendo a su sobrino en brazos, había tanto cuidado, cariño y tristeza en ese gesto que ella misma se sintió identificada. JingYi rio en brazos del Lan y no dudo en regresar el gesto, rodeando con sus cortos brazos el cuello del mayor, no sintió el leve estremecimiento en el cuerpo del alfa ni pudo ver cómo sus ojos se cristalizaron por lágrimas sin derramar.

AmatistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora