13| La decisión que tomo mi corazón

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En la secta Jin la noche paso lenta, llena de tensión y angustia por el incierto destino de su líder. Yanli no se despego a su lado, incluso acepto la presencia de su hijo y sobrino, al final tampoco podía negarles que quisieran estar junto al alfa si realmente eran sus últimos momentos, si nota la distancia entre ambos no menciono nada al respecto, demasiado preocupada por su esposo para pensar al respecto o indagar que sucedió entre ambos.

Ninguno de los tres quiso moverse, manteniéndose en vela toda la noche vigilando el estado del Jin mayor, cambiando las comprensas en su frente cada cierto tiempo. Jin Ling y Lan JingYi pasaban un poco de su energía espiritual al mayor, su núcleo era tan limpio y aun no había sido forzado y entrenado por completo por lo que la energía de su interior era mucho mas pura y endeble.

Cuando el agua se acabo en los cuencos, debido a que hace mucho habían despedido a los sirvientes, Yanli fue a buscar mas, dejando a ambos menores solos con el Jin en cama.

Al verse solos ninguno miro al otro, pero podían sentir el asfixiante ambiente entre ambos.

Jin Ling quería decir algo, cada que abría la boca la cerraba de inmediato, arrepintiéndose por no saber que palabras exactamente decir. Un simple lo siento ¿Cómo poner en palabras lo mucho que se retractaba de lo que dijo, de lo muy arrepentido que estaba? Sentía que no le alcanzaría esta vida ni la siguiente para disculparse adecuadamente.

Cuando Yanli regreso encontró el mismo silencio que dejo al salir, esta vez si se permitió preguntarse que había sucedido entre su hijo y su sobrino, pero no pudo ahondar mucho en ello cuando una repentina tos crujió en el silencio.

-¡A-Xuan! - Yanli correo hacia su marido, que se había erguido sobre la cama de golpe tosiendo grandes bocanadas de sangre que empezaron a manchar las sedosas sabanas - ¡A-Ling, A-Yi, llamen a los sanadores!

Ambos menores no dudaron en acatar la orden, salieron en una ráfaga de la habitación para regresar en menos de cinco minutos con los sanadores a cuestas. Quisieron quedarse, mas no pudieron y se vieron obligados a salir de la habitación, solo Yanli pudo quedarse.

Esta vez no hubo un tenso silencio entre ambos, pero solo porque todos sus sentidos e intereses estaban cargados por preocupación. Luego de lo que parecieron unas largas horas, que en realidad no fueron mas de 15 minutos, los sanadores salieron de la habitación junto a Yanli, la mujer al verlos sonrió levemente.

-A-Ling, A-Yi, pueden entrar.

-¿Cómo esta A-Die? - pregunto Jin Ling en cambio, sin moverse de su lugar pero evidentemente ansioso por entrar a la habitación

La sonrisa de Yanli flaqueo.

-Lo veremos mañana. - le dio una caricia en el rostro - Anda - le hizo un ademan para que entrara

El Jin asintió y entro, JingYi lo iba a seguir pero se detuvo en el marco viendo a su tía darles la espalda para hablar con los sanadores, se alejaron queriendo privacidad, no supo porque, para cuando se dio cuenta sus piernas se movían siguiendo a los mayores, todo estaba oscuro incluso si los pasillos eran iluminados por lámparas de papel estratégicamente puestas, no fue hasta que vio unas sombras asomándose por un pasillo que los encontró.

Se escondió detrás de la esquina de una pared y agudizo su oído. Hablaban en voz baja por lo que debía esforzarse, lograba atrapar pedazos de conversación que lentamente fueron cobrando sentido.

-¿Qué descubrieron? - esa era la voz de su āyí

-Tenemos una idea de con que fue envenado, es una especie rara de planta llamada cenizas de fuego, en algunos casos es usada para hacer un lavado de estomago pero para esto la planta tiene que pasar un largo proceso de limpieza que pocos están dispuesto a hacer, en cambio si se toma la planta de forma directa ya sea que la viertas en te o extraigas su escancia será altamente toxico, es un veneno hecho mas que nada para cultivadores, cierra cada uno de los meridianos del cuerpo y es algo muy doloroso, cuando finalmente llega al núcleo el veneno estalla y también da al corazón, pudriéndolo al instante

AmatistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora