25| Preludio

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Wei Wuxian observo a Nie Huaisang que alimenta a un pajarito dentro de una bonita jaula dorada. 

—Ya empezaron a moverse — dijo el Nie sin voltear a verlo. — Es cuestión de tiempo para que el momento llegue.

Los ojos grises del beta destellan en un intenso carmesí. 

—Han sido 14 años de espera — su mirada se tornó fría — Su caída será tan grande que el mundo de la cultivación jamás lo olvidara.

Huaisang solo sonríe detrás de su abanico de forma siniestra, compartiendo un pensamiento similar al del cultivador demoniaco.

14 años es demasiado tiempo.

El tiempo ha llegado.

Las piezas se acercan al núcleo del juego. 

¿Es el final o el comienzo? Huaisang a esperado tanto tiempo, en su mente aparece JingYi, aquel pequeño niño que llego a querer como un sobrino es lo que queda de su antiguo amigo y para honrar su memoria y darle paz ha maquinado todos estos años junto a Wei Wuxian un plan para hacer caer a esa persona que se oculto a la vista de todo el mundo del cultivo. 

Quizás, si no hubiera descubierto lo que esa persona trato de hacer a su Da-ge las cosas hubieran sido diferentes o quizás hubieran sido exactamente igual, pero en el momento en que supo que estuvo teniendo al su lado a una rata traidora no dudo en mover sus hilos para investigar y descubrir cosas que no espero en el proceso.

Entre esas que Wei Wuxian siguiera vivo, pero esto solo fue afortunado para sus planes y consiguió un valioso aliado que cuando le conto lo que descubrió estuvo a punto de desatar el infiero.

Pero no.

Ellos no lo echarían al infierno, harían que el mismo quisiera ir al infierno. 

Ya esperaron 14 años, un poco mas no era nada comparado. 

—Mierda. 

Wei Wuxian volteo a ver a Huaisang que había maldecido y tenia en su mano un pájaro. El omega miro al contrario con seriedad.

—Han atacado la secta Lan. 

JingYi estaba nervioso

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JingYi estaba nervioso. 

El movimiento que hacia con Zidian en su mano, girándolo en su dedo era una evidencia clara, era algo que sin saberlo comenzó a hacer desde que recibió el arma y se encontraba en alguna situación que lo ponía nervioso o incomodo, a veces incluso solo para calmarse cuando se sentía molesto por algo. 

¡Su shūshu apenas se había recuperado de su ultima herida y nuevamente fue atacado! ¡esta vez en su propia secta! ¡¿Quienes fueron esos bastardos?! ¡Si tan solo hubiera actuado mas rápido y los hubiera seguido! Pero en el fondo sabia que por mucho que se recriminara, no hubiese podido hacer mucho, quienes fueran los atacantes eran personas expertas para entrar como lo hicieron a una de las sectas mas poderosas.

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