12| Lo que tu eres

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Cualquiera que viera a JingYi, se preguntaría que mosco le pico.

En su habitación, dando círculos con fuertes pisoteadas el pelinegro murmuraba por lo bajo, con una expresión de angustia en sus aniñadas facciones.

Llevaba casi media hora haciendo lo mismo, en cualquier momento alguien tocaría la puerta para avisarle que la comida estaba preparada, lo cual le crispaba más los nervios porque eso significa que en lugar de ir al comedor familiar, tendrían que ir al salón de banquete para compartir la comida con los miembros de la secta Ouyang.

—¿¡Por que me pasa esto a mi!? — masculla frustrado

Rayos.

Si tan solo no hubiera ido por la vida siendo tan descarado ¡no estaría en ese dilema!

¡Por Dianxia! ¡Prácticamente le había coqueteado (aunque nunca fue su intención) a un alfa heredero de una secta! ¡Una secta que hace parte del territorio de Yunmeng!.

Si hubiera sido cualquier otro alfa hubiese estado bien ¡pero no! Su mala suerte quería reírse de el y le puso en su camino a uno de los alfas con quien menos debía comportarse así.

Quería correr a los lagos y ahogarse en ellos.

Y los ajenos a su situación dirán ¿por que exagera tanto? No es para tanto ¡Pues no! ¡Si lo es, y para mucho!. No solo se comporto de una forma inadecuada con un futuro líder de secta (que poco le importaba realmente, aquí lo preocupante era lo que podía causar su comportamiento) si no que pudo dar una idea equivocada.

Aquel alfa podría creer que estaba interesado, lo que llevaría a que fuera comentando a su padre, el líder Ouyang, este a su vez presentaría la posibilidad de un enlace matrimonial, creyendo erróneamente que ambos jóvenes estaban interesados (porque JingYi sabe que es bonito y no va fingir que no lo sabe) y haciendo una ganga no solo con la secta Jiang, también con la Lan.

El chico Ouyang es lindo, tiene unos bonitos ojos esmeralda, de seguro será mucho más atractivo cuando sea mayor... enfócate JingYi... el caso es que no quiere un compromiso matrimonial.

¡Es demasiado joven para estar comprometido! Vale, que el sabe que esa clase de cosas no son nada raras, de hecho los matrimonios arreglados son mas frecuentes que los de amor, mucho mas en las sectas ¡aun así no quiere estar comprometido, menos con un desconocido! Por que si, muy lindo y todo pero desconocido a fin de cuentas, solo sabe su nombre y que es el heredero Ouyang.

Aun tiene cosas por hacer, lugares que visitar, personas que conocer, de por si esta amarrado a la responsabilidad de dos sectas ¡no quiere tener que asumir un compromiso de matrimonio!.

No, no, no.

¡Se niega a aceptarlo!

Primero se vuelve un cultivador errante o se vuelve monje.

El suave toque de golpes en la puerta lo detiene y luego escucha una voz.

—Joven Maestro JingYi, la comida esta lista, la líder Jiang y los invitados le esperan en el salón de banquete

—Enseguida voy — contesto al instante

Camina hasta el cuadrado espejo que cuelga de una pared, se observa en el y se da cuenta que su cabello esta demasiado desordenado, no lleva su cinta Lan ya que suele quitársela antes de la cena por temor a ensuciarla por algún descuido muy típico de el, no quiere perder el tiempo peinado su cabello, saca de un cajón una cinta violeta, realiza un rápido chongo apretado que recoge todos sus cabellos, dejando solo libre un grueso mechón de un lado de su rostro y unos pequeños del otro lado que escapan traviesos.

AmatistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora