Insomnio. [Juliantina]

Wabi sabi.

Wabi sabi: Encontrar belleza en las imperfecciones.

Capítulo narrado por Juliana.

Una extraña sensación parecida a la culpa me invadía. Se sentía como aquella vez que desobedecí a mamá sobre no salir a media noche a una fiesta del otro lado de la ciudad, recuerdo haber cargado con los estragos de esa mala decisión durante un mes entero, con mi madre haciéndome la ley del hielo y mi papá sin saber exactamente lo que había pasado. Pero está culpa era aún más incómoda, sentía como el simple roce de mis manos contra la toalla que cubría mis pechos me incomodaba. Quería desaparecer, ocultarme, por alguna extraña razón lo que había acabado de hacer en la ducha me parecía un acto indebido y digno de auto sentencia, me sentía como una pervertida. Jamás había hecho algo así y es que nunca en mi vida había tenido tantas sensaciones reunidas en mi interior.

Lo dejé pasar, porque seguir pensando en ello era seguir alimentando mi culpa y auto compasión, al fin y al cabo no puedo ser la única persona en el planeta Tierra que alguna vez se ha masturbado pensando en la persona que le roba el aliento cada que la ve ¿Verdad?

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Miranda, mi vecina, me miraba con el ceno fruncido y la boca entre abierta.

-A ver si te entendí ¿Tú quieres que te preste a Poncho para sacarlo a pasear?-

Asentí nerviosamente mientras sobaba mi nuca.

-¿Estás consciente de lo extraño que resulta que después de dos años y medio de no dirigirnos la palabra, de repente vengas a mi casa para pedirme a mi perro prestado?-

-Miranda- suspiré- creí que ya habíamos superado esa situación-

-¿Cuál de todas las situaciones?- se cruzó de brazos-¿El hecho de que nunca pudiste resolver tus sentimientos hacia mí después de haberte confesado lo que sentía por ti? ¿O quizá que de la noche a la mañana decidieras bloquearme de todas tus redes sociales sin siquiera tratar de hablar conmigo?-

-Estaba pasando por mucho y lo sabes, me costó mucho trabajo entenderme y entender lo que sentía-suspiré- no justifica lo que te hice, pero te juro que siempre me he arrepentido de la manera en la que terminé todo.
Aparte te pedí perdón muchas veces- agaché mi rostro en señal de vergüenza- aparte tenía novio-

-¿Tenías?-

-Es complicado, murmuré-

Miranda me miró con un semblante más comprensivo, para después suspirar.

-Lo quiero de regreso en dos horas-

Sonreí.

Mi relación con Miranda era un tanto complicada, sigo creyendo que ella la persona adecuada en el momento equivocado, pues apareció en un momento de mi vida en el que ni siquiera yo entendía lo que sucedía conmigo. Lo sé, lo manejé demasiado mal, me arrepiento de haberle alejado de esa manera, pero nunca he sido una persona que se estanque en el pasado.

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Los ojos de Valentina eran un grande y profundo mar lleno de misterio y nostalgia y aún así a mi parecían los ojos más hermosos del planeta Tierra. Se veía que en ellos cargaba el mayor peso de emociones que albergaba su ser, lo sabía porque su mirada constantemente divagaba a lo lejos, casi como queriendo encontrar algo en lo que pudiese centrar su atención para no comenzar a desbordar esas emociones que tanto trabajo le costaba contener.

Una vez más sus ojos se paseaban por toda la extensión del enorme parque y cuando eso sucedía, un largo suspiró se colaba por sus rosados labios, como quejándose en silencio, como si estuviese sintiendo dolor y no pudiese expresarlo. Aunque ella intentará ocultarlo, era muy evidente que no la estaba pasando bien, desde sus cutículas desechas por tanto morderlas, hasta su pálido rostro con el semblante dolido.