Insomnio. [Juliantina]

Koselig.

Koselig: Sensación de calidez y simpatía que surge de compartir pequeños placeres con gente cercana.

Capitulo narrado por Valentina♡.

|Flashback|

Las suelas de mis zapatos ardían infernalmente debido al intenso sol, el caucho de la pista de atletismo se colaba por los lados de mis tenis cada que daba un paso apresurado.

El equipo varonil de soccer entrenaba para la universiada que se aproximaba.

Gotas de sudor frío recorrían el largo de mi cuello, mi coleta de caballo se tambaleaba de un lado a otro y en mis audífonos resonaba "Girls just wanna have fun".

Sólo me falta una vuelta para cumplir mi meta personal, estaba a un metro aproximadamente de cruzar la línea de salida, cuando pude sentir el potente golpe en mi cabeza y segundos después mi cuerpo caer contra la pista que ardía debido a los incesantes rayos solares.

Un enorme dolor se centró en mi nuca y de pronto todo se volvió borroso.

"Eres un idiota, fíjate para donde pateas el balón"

Fueron las palabras que alcancé a escuchar para por último perder el conocimiento.

Un penetrante aroma a alcohol etílico hizo que todas mis neuronas despertarán junto a mis cinco sentidos.

Un desconcerto enorme inundaba los rincones de mi atontada cabeza, las paredes pálidas me hicieron entender segundos después que estaba en la enfermería de la facultad.

Me reincorporé levemente en la camilla, hasta quedar con la cabeza levantada. Ahí estaba él, sentado en una de las sillas de espera, con su típica sonrisa de galán de telenovela.

-Hola ¿Te sientes mejor?-me preguntó.

Asentí con mi dañada cabeza y el volvió a sonreír.

-No me conoces, pero yo a ti sí. Soy Lucho, yo te traje a la enfermería-

Y ese fue el día en que conocí a mi esposo.

¿Quién se casa a los 19 años? Mi hermana me lo decía una y otra vez mientras caminaba de un lado a otro por la sala de estar.

Respuesta: una muy enamorada e inmadura niña.

|Fin del flashback|

Las películas de terror eran mis  favoritas y más cuando las veía en compañía. Juliana tenía esa cualidad de ser una persona amante del arte en general y era la compañera perfecta para degustar un filme de terror sangriento sin que me cuestionase al respecto.

Estaba a punto de ofrecerle a Juliana una serie de títulos clásicos de películas terroríficas para poder ver juntas, cuando el timbre de la puerta fue tocado.

Sin prisa y con duda, me dirigí a abrir la puerta, para después toparme con el rostro de la última persona con la que esperaba toparme.

-Lucho ¿Que haces aquí?-

Mi esposo se aparecía por detrás de la puerta con un enorme ramo de flores y sus sonrisa típica de ególatra.

-Haz ido a casa por tus cosas, no puedo permitir que te vayas Valentina....eres el amor de mi vida-

Mire una vez más el gran ramo de gerberas rosas, debo admitir que mi esposo podía ser un patán pero me conocía como la palma de su mano, cuatro años no eran en vano.

-Lucho ¿Cómo supiste que estaba aquí?- le cuestioné confundida.

-Amor, te conozco perfectamente, si no había venido antes era porque quería darte tu espacio, pero es suficiente, tienes que volver conmigo a casa-