Insomnio. [Juliantina]

Atisbar.

Atisbar: Observar algo con atención pero con disimulo.

Capitulo narrado por Juliana♡.

|Flashback|

Las suelas de mis zapatos impactaban fuertemente contra el lustrado azulejo del pasillo.

Los salones estaban llenos de estudiantes en horario escolar.

Mis rodillas rebotaban con el vaivén de mi andar, el viento golpeaba fuertemente mi rostro y hacía chocar mechones de cabello contra mi cara.

Mi corazón latía estrepitosamente y el aire comenzaba a escasear en mis pulmones, quería huir, escapar lejos de ese lugar.

Una vez estuve en el umbral de la puerta principal de la escuela pude dejar de correr. Miré a mi alrededor, un montón de estudiantes con sonrisas despreocupadas en sus rostros, unos fumaban cigarrillos, otros esperaban a sus padres o el transporte público.

Voltee mi rostro detrás mía y pude notar a Sebastián correr despavorido en mi dirección. El sentido de alarma se volvió a activar en mi cuerpo, indicándome que debía huir del peligro o por lo menos de lo que mi mente creía que era el peligro.

Mis piernas volvieron a su andar y sin pensarlo dos veces comencé a correr por la banqueta, hasta que la fachada de la escuela quedó lejos de mí vista.

¿Cómo le explicaba al chico con el que llevaba saliendo desde los trece años que ya no me gustaba? O peor aún ¿Cómo le explicaba a mi novio con el que llevaba cinco años que había redescubierto mi orientación sexual y que estaba segura de que me gustaban las chicas?

Minutos atrás me encontraba en una de las tantas bancas del patio de la escuela, con la mirada gacha tratando de evitar la mirada confundida de mi novio. Eligiendo las palabras adecuadas para salir del closet con él, pero no era lo suficiente valiente para hacerlo y por el contrario había decidido salir corriendo de la escena.

Tenía un año entero dudando en si los varones eran en realidad el género que me atraía, miles de vídeos y series lésbicas después y pude comprender que quizá toda mi vida había preferido a las chicas, pero la presión social y familiar me habían obligado a pensar lo contrario.

|Fin del flashback|

Cuando Valentina sonríe se le marcan sus hoyuelos a los extremos de su boca y sus pómulos se sonrojan, sus ojos se achinan un poco y unas pequeñas arrugas se le forman en los extremos de estos.

Cuando Valentina bebe agua de su vaso de porcelana fina, las pequeñas olas que rebotan en sus labios los humedece dándoles un efecto ligeramente más rosas y grandes.

Cuando Valentina inspecciona meticulosamente con su mirada algún punto ciego de la habitación, sus pupilas se agrandan y le dan un aspecto más intimidante a sus orbes azules.

Y cuando yo veo a Valentina por el rabillo de mi ojo, posando en aquel banco de metal frente mía, el compas de mi corazón se acelera de manera brutal, casi pidiéndome que por favor pare de mirarle para que pueda normalizar su palpitar.

Cuando conocí a Sebastián por primera vez en aquella banca del patio de la escuela, mi corazón nunca palpitó con tal brutalidad.

¿Así se sentía cuando alguien te gustaba de verdad?

Porqué si así era, Valentina me gustaba demasiado.

Valentina tomaba el fino tenedor con sus delgados dedos y sonreía cuando me descubría mirándola comer.

Yo simplemente me agachaba avergonzada por haber sido pillada.

-Eres una excelente cocinera, Juliana- 

Dijo mientras se levantaba de su asiento para dejar el plato sucio en el lava platos.

-¿Te gustan las películas de terror?-

Me preguntó mientras el chorro de agua caía en los dorsos de sus manos.

-Claro, soy una persona a la que le gusta degustar todas las formas del arte-

Valentina tomó la pequeña toalla de mano que posaba colgada en la pared de la cocina.

Una vez hubo secado sus manos, volteó en mi dirección, yo simplemente me aferraba fuertemente de la barra de concreto mientras recargaba mi espalda baja en la misma, estaba segura de que si soltaba mi agarre podía desfallecer en ese instante.

Los labios de Valentina se entre abrieron con intenciones de volver a hablar cuando el timbre de la puerta fue tocado.

La mujer mayor interrumpió sus intenciones de comenzar a hablar y caminó a la puerta.

Yo permanecí hermética sosteniendome del frío material.

Los nervios comenzaban a atacarme una vez más, ese estado de completa ansiedad volvía a mi.

"Es solo una película, es solo una película".

Intentaba sosegar todo el mar de sentimientos encontrados en mi ser, cuando la puerta fue abierta.

"Lucho ¿que haces aquí?"

Pude escuchar a una consternada Valentina contestar la puerta y encontrarse con la presencia de su esposo.

Su esposo.