Sempiterno.

2.4K 233 6
                                    

Sempiterno: Qué durará siempre, que, habiendo tenido principio, no tendrá fin.

Capitulo narrado por Valentina

Desconcertada. Esa era la palabra que podría describirme en este preciso momento, mi esposo nunca había reaccionado de esa forma para conmigo. No era el hombre más paciente del mundo o el más respetuoso en cuanto a decisiones respecta, pero nunca en los 4 años de matrimonio que teníamos se había atrevido a agredirme de tal manera, el llanto no dejaba de emanar de mis lagrimales y el sentimiento de pánico no lograba salir de mi cuerpo.

Por un segundo perdí la noción de dónde y en qué circunstancias me encontraba, hasta que un par de cálidos y relajados brazos me rodearon del cuello y con mucha delicadeza me envolvieron en un abrasador calor casi diciéndome "todo está bien". Poco a poco el sentimiento de caos fue cesando y las lágrimas se apagaron cómo si de chorro de una manguera se tratase, la adrenalina nerviosa se fue extinguiendo y en su reemplazo una ola de paz y comprensión vino a cobijarme. Levanté el rostro de entre el cuerpo que me sostenía y pude mirar el rostro preocupado de una desconocida joven que me sonreía con los ojos al notar que mi estado de ánimo se encontraba más estable, con lentitud fui deslizando mi cuerpo del suyo y cuando al fin estuve libre de su agarre le regale una sincera sonrisa pues me encontraba realmente agradecida de su intervención.

-Ha sido la noche más ajetreada que he tenido hasta ahora- Comentó la morena con una sonrisa nerviosa.

Yo simplemente me encorvé y le devolví la sonrisa.

-Lamento haber sido la protagonista de ella- contesté.

-Descuida, no tienes que disculparte, nunca nadie sabe a qué situaciones puede enfrentarse-

La morena chica se agachó a tomar las regadas cajas del piso para luego reincorporarlas en el estante en el que antes yacían, imite su acción y la auxilié a limpiar el desastre que yo había hecho.

-¿Ya te sientes mejor?- Me preguntó aún recogiendo ambas las cajas.

Asentí.

-Gracias por haberme defendido, y te ofrezco una disculpa por la vez pasada, me comporté muy mala onda contigo- Terminamos de acomodar los cereales y ella se dirigió detrás de la caja.

Yo me acomodé en una pequeña mesita de metal que utilizaban los clientes que tenían tiempo para ingerir sus alimentos cerca de la caja.

-Por cierto, soy Valentina- Le dije a mi salvadora.

-Un gusto Valentina, yo soy Juliana-Me contestó con una muy grande sonrisa.

Insomnio. [Juliantina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora