Mermar.

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Mermar: Hacer que algo disminuya o quitar a alguien parte de cierta cantidad que le corresponde.

Capitulo narrado por Juliana♡.

Nunca en mi vida había sentido tanta desesperación como en estos momentos, las manecillas se paseaban por toda la circunferencia del reloj lenta y apaciguadamente.

"¿Y si ya le llamo?"

No sabía con exactitud la distancia que había entre la casa de Valentina y la tienda, quizá ya había llegado, o quizá había sido acorralada por algún loco enfermo en algún callejón oscuro y sin salida.

Yo era la mejor persona para inventar escenas trágicas y terroríficas en mi cabeza.

Cuando la manecilla marcó el último segundo que faltaba para que diesen los quince minutos que Valentina me había dicho, tomé el celular y marqué el número que la ojiazul había registrado. Esperé un par de segundos en la línea hasta que por fin su voz se coló por el auricular.

-Te dije que podía llegar a casa sin ayuda-

Las extremidades de mi cuerpo se relajaron, estaba a salvo.

-Me alegra saber que llegaste con bien- Respondí más tranquila.

Un silencio inundó el otro lado de la línea.

-Bueno, te dejo descansar- Dije.

-Gracias- la escuché decir- Gracias por escucharme-

-No tienes nada que agradecer-

-Que descanses, Juls-

-Igualmente, Val-

••

Comenzar a trabajar en una tienda de autoservicio nocturna había precipitado en más de un aspecto mi horario de dormir, ahora despertaba a la una de la tarde y eso hacía que me perdiese no sólo el desayuno con papá, si no un montón de horas que podía invertir en mejorar mis técnicas de edición.

Con pesadez en los ojos por fin me dispuse a salir de la cama, las persianas ya estaban abiertas y de seguro papá había sido el culpable de ello.

Me deslicé lentamente por mi recámara hasta llegar al cuarto de baño, abrí la llave de la ducha y dejé que el agua cayese, en espera de que la temperatura se ajustase.

Mientras eso sucedía, regresé a mi habitación y recogí del suelo mi ropa del día anterior, que siempre llegaba a quitarme a duras penas por el enorme cansancio y la dejaba tirada en el suelo, tomé el pantalón de mezclilla y antes de botarlo al cesto de la ropa sucia revisé los bolsillos del mismo.

Al introducir mi mano, me di cuenta de que la pequeña instantánea que le había tomado a Valentina estaba ahí, Valentina estaba equivocada, no lucía horrible, lucía extremadamente hermosa, aún y con ojeras. Era una foto simple, sin producción ni edición extra, entonces no tenía lugar en ninguno de mis álbumes, era demasiado estricta con mis trabajos, los clasificaba según rubros y esa foto no contaba con ninguno de ellos, así que tomé la pequeña imagen y la pegué en el espejo de mi tocador.

Regresé a la ducha y con la palma de mi mano revisé que el agua no estuviese ni tan fría ni tan caliente, cuando confirmé que el agua estaba en ese punto intermedio que me gustaba, me deshice de mi ropa de dormir y entré en la ducha.

Cuarenta minutos después y ya estaba limpia y cambiada en el comedor, desayunando los ricos chilaquiles que mamá había hecho antes de ir al trabajo.

Era un día sin muchos pendientes, solamente tenía en mis planes ir al parque a caminar y quizá comprar un helado. Me encontraba sentada degustando mi platillo favorito, mientras revisaba las notificaciones de mi celular, cuando un mensaje llegó a mi buzón.

Insomnio. [Juliantina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora