Compasión.

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Antes que nada, debido a la super ausencia de este fic, si aún te interesa seguirle el hilo, te recomiendo leerte unos dos capítulos anteriores para que recuerdes de que trataba jajaja...sigamos.








Compasión: sentimiento de pena, de ternura e identificación ante los males de alguien.

Capitulo narrado por Valentina♡.

-Papá sigue llamándome para preguntarme como vas con la empresa-

Eva caminaba con un labial color cereza en la mano y un espejo en la otra por la extensión de la sala de estar.

-Presiente que no estás haciendo las cosas como debería ser-

Me encogí de hombros mientras seguía comiendo mi cereal con leche.

-Me pregunto ¿cómo es que aún así sigue sin cederme un poco de la empresa?-

Deglutí el resto de cereal de mi boca y negué repetidas veces.

-Eva, ya pasaron meses de eso ¿Cuándo lo vas a superar?- me levanté del sofá- Además, aunque el quisiera, la empresa ya es completamente mía y yo decido-

Eva bufó molesta.

-¿Cuándo planeas retomar el rumbo de tu vida, Valentina? Llevas muchos días en los que no sales de ese sofá-

Abrí la llave del lavabo y comencé a fregar mi plato.

-Ah pero no fuera para escabullirte como rata a las doce de la madrugada ¿Se puede saber a dónde vas?-

Sequé las palmas de mis manos en el regazo de mi pijama.

-Yo no te cuestiono cuando llegas a las tres de la mañana y con el labial corrido, hermana-

-Pues no y no deberías porqué estás en mi casa y no tienes ese derecho-

-Mira, Eva- suspiré- No te contesto como debería porque eres mi hermana mayor y como la más anciana de este vínculo familiar, te debo el mínimo de respeto posible-

Caminé de regreso a la sala y me desplomé en frente del televisor. Mi hermana me secundó, sentándose en otro pequeño sillón.

-Está bien, dejémoslo así- me dijo.

Mi hermana mayor revisaba los mensajes de su celular, mientras yo fingía no tener un cúmulo de enormes pensamientos en mi cabeza. Apenas las seis de la mañana y mi mente ya estaba trabajando cuan hámster en una bola de plástico.

Parecía que la vida de Eva era más placentera o por lo menos más llevadera. Nunca la vi llorar en la sala de la casa a las dos de la mañana por estar estudiando para un examen, ni nunca escuché a papá decirle que no podía ir a una fiesta a las doce de la noche. Yo tenía la empresa de papá, pero Eva tenía la vida más feliz.

-¿Eva?- le llamé.

Mi hermana levantó el rostro y asintió con la mirada.

-¿Te gusta tu vida?-

Mi hermana me miró extrañada.

-¿A qué te refieres?- me contestó.

-Sí, a eso ¿realmente puedes decir que tu vida es buena o bonita?-

Mi hermana suspiró.

-Mira Val, no sé si estés atravesando por una situación de confusión de identidad, pero creo que deberías arreglarlo o nos llevarás a la quiebra-

-¿Por qué siempre eres así?-

-¿Así como?-

-Así de pesada, yo simplemente te hice una pregunta sincera, no tenías porque responderme de esa forma si no querías hacerlo-

Insomnio. [Juliantina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora