Quimera.

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Quimera: aquello que se propone a la imaginación como posible o verdadero, no siéndolo.


Capitulo narrado por ambas.

POV Valentina.

Sus delgados y largos dedos adornados con un par de anillos de plata rosa dejaron reposar sobre la mesa una enorme taza de chocolate caliente. De pronto su silueta tomó asiento frente mía, con las piernas cruzadas y la taza que sostenía entre sus manos, la recargó sobre el filo de su rodilla derecha.

-Te escucho- me dijo sin más.

Abracé la caliente porcelana con mis dos manos, sintiendo como el hirviente líquido me comenzaba a quemar las palmas, no me inmuté en lo absoluto, al contrario, el dolor me ayudaba a focalizar mi atención en algo y así evitaba sobre pensar lo que estaba a punto de decir.

Lucía permaneció en silencio durante dos minutos, mirándome fijamente a los ojos, su mirada denotaba intriga y compasión. Hasta que se cansó de mi silencio y procedió a hablar.

-Te gusta ¿No es cierto?-

Sus palabras me tomaron por sorpresa, en tan sólo un par de segundos había puesto sobre la mesa todo ese cúmulo de pensamientos que me estaban atormentando desde hace días. Bajé la mirada sobre la pálida mesa de mármol blanco y comencé a asentir lentamente, sin levantar el rostro, casi sintiendo vergüenza al darle nombre a lo que tanto trabajo me estaba costando aceptar.

-¿Y cuál es el problema? A Juliana también le gustas tú. Pero no le digas que te dije, si no me va a colgar de las bolas-

Reí por su comentario, pero de inmediato callé. Al fin tuve el valor de levantar el rostro, para toparme con una Lucía despreocupada que me sonreía cuan madre consolando a un pequeño infante.

-No lo sé, nunca en mi vida había sentido algo así-

-¿Nunca en tu vida habías sentido atracción por alguien?-

-Por una mujer- susurré.

-Cariño, de todo hay en la viña del señor- Lucia río mientras sorbía de su taza- dímelo a mí- volvió a decir mientras sacaba una pequeña cajita de papel para porros y lo posaba sobre la mesa.

-Es sólo que, en lugar de sentir emoción, siento ansiedad y mucho miedo- exclamé.

Lucía tomó una pequeña hoja de cañamo transparente y la extendió sobre la mesa.

-¿Y que es exactamente lo que te provoca ese miedo?- me preguntó.

-No lo sé, jamás en mi vida me vi a mi misma sintiendo esto por una chica que acaba de terminar su etapa adolescente- exclamé con un tono frustrado.

-Es cierto, Juliana es relativamente más joven que tú y eso puede llegarte a causar un poco de conflicto pero, Juliana dejó de ser una niña desde hace mucho. Es la chica más inteligente y cuerda que he conocido en mi vida. Y si el tema legal te preocupa....-

-¡No es eso!- suspiré frustrada.

Lucía dejó de rellenar el pequeño papel de cáñamo con hierba y me miró con una ceja levantada.

-Es sólo que ....toda mi vida otras personas me han dicho que es lo que debo sentir y que es lo que debo de hacer con eso que siento. Y es la primera vez que yo tengo el control de decidir que hacer con todo esto que estoy sintiendo en mi interior y no sé que hacer con ello. ¡Necesito que alguien me diga que hacer con esto!-

Un par de lágrimas comenzaron a posarse en las comisuras de mis ojos, convirtiendo la imagen frente mía en una enorme mancha borrosa, la melancolía comenzó a desbordarse sobre mi pecho y un enorme nudo en la garganta comenzó a formarse debido a mis inútiles intentos de bloquear cualquier rastro de vulnerabilidad.

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⏰ Última actualización: Sep 20, 2023 ⏰

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