¿Y que tal salí?

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Capitulo narrado por Juliana .♡

Siempre he sido una persona que evita los conflictos en todas las estancias de mi vida, nunca me ha parecido agradable el guiarse por el instinto primitivo. Así que cuando fui testigo de la desagradable actitud de aquella pedante chica decidí que era lo mejor conciliar con ella y dejar que se llevase la botella de tequila.

Cuando al fin salió del lugar y la tienda volvió a quedar con mi sola presencia, un mar de pensamientos comenzaron a hacerse presentes en mi cabeza y las preguntas de cuál sería la razón de aquella desconocida mujer para entrar en una tienda de auto servicio a las dos de la mañana por una botella barata de tequila. Por su vestimenta y falta de entusiasmo podía entender que una de sus razones no era porque estaba en una fiesta y el alcohol estuviese escaseando, una cena de aniversario tampoco, ni mucho menos un brindis de trabajo. Entonces todas las teorías que se atravesaron por mi cabeza se resumieron a dos: tristeza o insomnio.

7 días después.

Hoy se cumplía una semana trabajando de noche en aquella tienda. La verdad es que no me sentía agotada o aburrida, por el contrario, me encantaba toparme con escenas y situaciones bastantes peculiares protagonizadas por todo tipo de personas que entraban al lugar. Por ende, decidí cargar todos los días mi cámara instantánea, cuando los clientes se acercaban a pagarme lo que fuese que querían comprar me adelantaba a retratar sus rostros distraídos, más de uno me preguntaba cuál era el propósito de mi hostil acto, pero cuando les explicaba el proyecto que estaba en proceso de realizar sus caras de confusión cambiaban por una sonrisa amistosa y unas palabras como "suerte" o preguntas como "¿y que tal salí?".

La venta disminuía considerablemente pasando la 1 de la mañana, ya los transeúntes eran una o dos personas, siendo honesta no me causaba temor alguno el quedarme sola, era una zona residencial segura y la delincuencia no abundaba como en otros lados, sin embargo un gas pimienta no estaba de más.

Ya había terminado de hacer el inventario semanal y ahora me disponía a hacer unas cuantas sopas de letras, cuando fui interrumpida por un estruendoso impacto del cristal de la puerta contra uno de los estantes de cereales que posaba en la entrada. Por mi cuerpo rondó de inmediato un alarmante sentimiento de pánico y con gas en mano me dispuse a caminar hacía el evento. La chica de la vez pasada luchaba contra el agarre de un chico robusto y enfurecido.

Insomnio. [Juliantina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora